Mitos y verdades bizarras del rodaje de ‘El mago de Oz’ (1939)
Por: Michel Cárdenas Feria
El mago de Oz (1939), el inmortal clásico de MGM, es sin duda una de las películas más queridas e influyentes de todos los tiempos. Su uso revolucionario del Technicolor para pasar del blanco y negro de Kansas al vibrante mundo de Oz capturó la atención del público por generaciones y cimentó su lugar en la historia del cine.
No obstante, la historia de su rodaje es un contraste brutal con la fantasía que se ve en pantalla. Detrás de toda la magia hubo una producción marcada por el maltrato laboral, condiciones peligrosas, reemplazos de elenco y el uso de materiales tóxicos que hoy resultarían impensables e ilegales.
Los mitos alrededor de El mago de Oz
Un suicidio en el set
Luego de que la película se comenzara a comercializar para reproducción en los hogares, se hizo popular el mito de que una persona se había quitado la vida en el set durante el rodaje. La teoría sugería que un actor de talla baja (Munchkin) se había desvivido por un amor no correspondido hacia Judy Garland, y que su cuerpo balanceándose quedó capturado en el corte final de la escena en que Dorothy y sus amigos caminan por el camino amarillo.
Con los años, y al poderse restaurar la película en una mejor definición, se demostró que en realidad lo que se apreciaba eran aves de gran tamaño moviéndose por el set.
The Dark Side of The Rainbow: la sincronía con Pink Floyd
A este fenómeno se le conoce popularmente como The Dark Side of The Rainbow, e inició aproximadamente en 1995 en grupos de fans de Pink Floyd. La teoría sugiere que si se comienza a reproducir el álbum The Dark Side of The Moon (1973) justo cuando el león de MGM ruge por tercera vez, la música se sincroniza perfectamente con la acción de la película.
Los momentos donde las coincidencias son más notorias son más de 100 e incluyen:
- La canción "Time" sonando cuando la señorita Gulch entra en escena.
- La canción "Money" comenzando cuando Dorothy llega a Oz y ocurre el cambio a colores vivos.
- El latido del corazón al final del álbum, coincidiendo con la escena en la que Dorothy escucha el pecho del Hombre de Hojalata.
Aun así, los miembros de la banda negaron totalmente que ambas producciones tengan alguna relación, aunque se mostraron sorprendidos por el fenómeno.
La maldición de El Mago de Oz que conecta con las películas de Wicked
Este mito ha tomado una fuerza considerable en los últimos meses, especialmente tras el intenso rodaje desde 2022 y el estreno de las películas Wicked y Wicked: por siempre, la adaptación del musical precuela a la gran pantalla. La teoría sugiere que los problemas que afectaron al primer elenco de El Mago de Oz (el deterioro de la salud mental y las condiciones laborales indignas de Judy Garland) se habrían "traspasado" o manifestado en el nuevo set.
Lo que más ha llamado la atención de los fans para sustentar esta creencia es el cambio físico de las protagonistas, Ariana Grande (quien interpreta a Glinda) y Cynthia Erivo (Elphaba), quienes se ven actualmente significativamente más delgadas al finalizar el proyecto que al comenzarlo. Sumado a esto, en entrevistas recientes, la dinámica entre ellas fue descrita por algunos seguidores como tensa o incómoda. Según las teorías de la "maldición", este "deterioro" físico y psicológico sería una manifestación directa de los peligros y presiones que sufrieron en la producción original de 1939.
Los hechos comprobados: abusos y peligros reales en el rodaje
Intoxicaciones por el maquillaje
El Hombre de Hojalata fue interpretado por Buddy Ebsen inicialmente, hasta que se enfermó tan gravemente después de diez días de rodaje que fue hospitalizado. Su maquillaje para lucir plateado era polvo de aluminio puro, lo que le provocó una reacción alérgica severa y una grave insuficiencia respiratoria.
Fue reemplazado por Jack Haley, cuyo maquillaje (pasta de aluminio) también le causó una grave infección ocular.
Por su parte, La Bruja Mala del Oeste, ahora nombrada Elphaba, (Margaret Hamilton) fue maquillada con cobre y otros componentes tóxicos. Además, la actriz sufrió graves quemaduras de segundo y tercer grado en la cara y las manos cuando un mecanismo de efectos especiales para su desaparición falló, lanzando fuego real en lugar de humo. Tuvo que ausentarse mes y medio del set.
Abusos y malos traros a Judy Garland
Judy Garland, que tenía 16 años al momento de rodar, fue obligada por el estudio MGM a seguir una dieta extrema y usar un corsé apretado para ocultar su busto en crecimiento y parecer más joven e infantil. Esto sumado a que para mantenerla trabajando en jornadas de hasta 72 horas de rodaje, los ejecutivos le administraban anfetaminas (estimulantes) y luego barbitúricos (calmantes) para dormir, iniciando un patrón de adicción que la afectaría toda su vida.
Como si no fuera suficiente, la propia Garland y su esposo afirmaron más tarde en entrevistas que la actriz sufrió acoso sexual por parte de algunos de los actores que interpretaban a los Munchkins, muchos de los cuales, según ella, estaban borrachos en el set.
Todos estos hechos fueron negados por los productores y directores de la cinta.
El elenco fue expuesto a sustancias cancerígenas
En la escena donde "nieva" sobre Dorothy y sus amigos, se utilizó amianto (asbesto) para simular los copos. Este material es un conocido carcinógeno que se prohibió en películas años después, pero cayó directamente sobre la piel de los actores de El mago de Oz.
El traje de león era una tortura
El traje del León Cobarde, interpretado por Bert Lahr, estaba hecho con piel de león real y pesaba alrededor de 40 kilos. El actor sudaba continuamente y la temperatura del set (debido a las luces intensas) a menudo superaba los 38 °C, lo que convertía las jornadas de rodaje en una tortura.
A pesar de todos los problemas y peligros, El mago de Oz se convirtió en una película de culto que tiene un legado de gran impacto. Además de lo revolucionaria que fue, para muchos causa morbo verla sabiendo todo lo que hubo detrás de su realización.
