La misoginia pop explicada en canciones
Cuando hablamos de la misoginia pop nos referimos a la expresión del odio hacia las mujeres que se inserta en la cultura popular y se normaliza, es decir, conquista el sentido común. Hoy te contamos en canciones cómo reconocerla porque puede estar circulando a nuestro alrededor en la estética, las redes, las series, los memes y las dinámicas de fandom, impulsadas por líderes de opinión que en muchas ocasiones minimizan los hechos.
“Es humor, no es para tanto”
La misoginia pop se mantiene vigente porque logra camuflarse como entretenimiento en letras pegajosas, estéticas festivas y narrativas románticas que normalizan celos, control, infantilización o violencia simbólica hacia las mujeres, mientras el público las consume sin cuestionarlas.
No es un fenómeno marginal: medios culturales han revisitado críticamente, por ejemplo, siete canciones muy populares de distintos géneros, incluido el rock clásico, por sus letras misóginas; un diario español aplicó un detector de machismo a las diez canciones más escuchadas en el país desde 2014 y encontró que más de la mitad tenían al menos un verso misógino; y una columna de cultura pop en Estados Unidos recopiló quince canciones del pop global señaladas por su machismo explícito.
Esa frase tan repetida - “es humor, no es para tanto”- funciona como mecanismo de defensa cultural al permitir que la dominación, la humillación o el control se lean como ironía, tradición musical o simple broma. Así, la misoginia circula como parte del paisaje, se vuelve moderna, normal, hasta deseable, y crea un consentimiento cultural que suaviza la violencia simbólica y deja espacio para violencias más directas.
5 canciones para entender la misoginia pop
Estas canciones han sido mencionadas en distintos debates culturales y permiten ver cómo opera la misoginia pop cuando sus letras se escuchan sin el filtro del “solo es música”.
1.“Under My Thumb” – The Rolling Stones (1966)
Clásico del rock señalado durante décadas por su narrativa de dominación. Jagger canta: “Bajo mi pulgar está la chica que antes me tenía dominado” y “ahora está bajo mi pulgar”, una metáfora directa de poder sobre la mujer. La letra no describe una relación igualitaria, sino un proceso de “corrección” del comportamiento femenino: antes ella lo “manejaba”, ahora él presume haberla puesto en su lugar. Además, su tono casi festivo hace que la violencia simbólica pase desapercibida entre marimbas y riffs, lo que la convierte en un caso emblemático de misoginia disfrazada de estilo.
2. "Hey Joe” – Jimi Hendrix (1966)
Basada en la canción de Billy Roberts, narra el anuncio del asesinato de su pareja: “Voy a buscar a mi mujer para dispararle”. La historia sigue a un hombre que decide matar a su compañera porque ella le habría sido infiel y luego huir al extranjero, sin que la letra plantee cuestionamientos morales. Es uno de los relatos de violencia de pareja más explícitos en el rock clásico. La interpretación intensa de Hendrix transformó una historia brutal en una pieza icónica, prueba de cómo la estética puede suavizar o incluso glorificar un contenido violento cuando se convierte en himno.
3. “Run for Your Life” – The Beatles (1965)
Incluye una amenaza directa: “Prefiero verte muerta, niña, antes que con otro hombre”. También dice: “Corre por tu vida si puedes”, lo que constituye una advertencia explícita de daño físico si ella se relaciona con alguien más. A pesar de ello, la canción circuló durante años como parte del sonido juvenil e inocente de la banda, sin demasiados cuestionamientos. John Lennon confesó más tarde que era “posesiva y terrible”, una declaración que confirma la lectura crítica de la letra. Su existencia dentro del pop más masivo evidencia cómo la misoginia pasa desapercibida cuando está incrustada en melodías luminosas que despiertan nostalgia.
4. “Used to Love Her” – Guns N’ Roses (1988)
La banda la presentó como humor negro, pero la frase central —“La amaba, pero tuve que matarla”— banaliza la violencia extrema. A lo largo de la canción, el narrador describe el asesinato como una decisión casi doméstica, sin remordimiento ni reflexión ética, y hasta se permite decir que todavía la escucha quejarse bajo tierra. Durante décadas, esta canción ha sido debatida por cómo convierte un homicidio en chiste, reflejando un patrón del hard rock ochentero donde la agresividad masculina era celebrada como parte del personaje rebelde. La ironía usada como excusa se vuelve parte del problema: la violencia deja de ser un límite para convertirse en entretenimiento.
5. “Kim” – Eminem (2000)
Una dramatización detallada de una pelea con su entonces esposa que culmina en un asesinato ficticio. Eminem interpreta ambas voces y grita frases como “Mira lo que me obligaste a hacer”, un recurso típico de la narrativa violenta que desplaza la responsabilidad hacia la víctima. Su crudeza y su teatralidad la convirtieron en una de las canciones más polémicas de la carrera del rapero y del rap mainstream de su época, precisamente por representar paso a paso una agresión extrema en clave de ficción. Además, su circulación masiva abrió un debate global sobre cómo la industria empaqueta violencia íntima como espectáculo emocional y la vende como catarsis artística.
¿Qué revelan estas canciones?
Es evidente en esta pequeña muestra musical que la misoginia pop no depende del género musical, sino del discurso instalado en el sentido común. Del rock clásico al rap contemporáneo, estas cinco canciones muestran cómo la violencia simbólica, y en algunos casos física. se normaliza cuando se presenta como romance, ironía o estilo.
Más que prohibirlas, entenderlas permite reconocer los mecanismos culturales que siguen moldeando nuestra percepción de las mujeres y de la violencia que enfrentan. Escucharlas con otros oídos es un ejercicio necesario para leer críticamente el paisaje musical que habitamos.