‘Shadow Force: sentencia de muerte’, una película rodada en Colombia
Shadow Force: sentencia de muerte está en los cines de Colombia desde el pasado 17 de julio, con una historia que combina acción al límite, tensión y una poderosa reflexión sobre el amor, la maternidad y la familia.
Protagonizada por Kerry Washington (Scandal) y Omar Sy (Lupin), esta cinta presenta una nueva dimensión del cine de acción: más humana, más emocional y con una historia que trasciende fronteras. Se destaca la participación de la actriz colombiana Natalia Reyes, una peligrosa y enigmática asesina de una organización secreta de mercenarios.
La historia sigue a Kyrah e Issac Sarr, exmiembros de una unidad internacional de asesinos de élite conocida como Shadow Force, quienes desertan de su organización para proteger lo más valioso que tienen: su hijo. Perseguidos por antiguos aliados, ambos deberán enfrentarse a sus pasados mientras intentan mantener a salvo a su familia.
Joe Carnahan, su director, reconocido por sus películas explosivas como Infierno blanco, encontró en Shadow Force una oportunidad para combinar espectáculo con humanidad. “Quería que cada escena de acción tuviera alma. No se trata solo de explosiones, sino de personas reales luchando por lo que aman”, señaló.
Natalia Reyes interpreta a Moriti, una de las integrantes del letal grupo Shadow Force. Para Reyes, filmar en su país y ser parte de esta producción internacional fue motivo de orgullo:
“Estoy emocionada de que Colombia esté en el mapa de estas producciones. Esta historia también nos representa”. Reyes aparece en escenarios icónicos del país como Bogotá, Cartagena y las Islas del Rosario, lo que le da a la película una riqueza visual y una conexión emocional especial con el público colombiano.
La actriz, reconocida por su protagónico en Terminator: Dark Fate y Pájaros de Verano aporta no solo su fuerza interpretativa, sino una representación genuina del talento colombiano en el cine internacional. “Representar a una mujer latina en una historia de acción con alcance mundial fue un reto hermoso”, señaló Reyes durante el rodaje.
La decisión de rodar en Colombia no fue casual. El equipo creativo buscaba locaciones que transmitieran grandeza, riesgo y autenticidad. Desde los callejones de Cartagena hasta las montañas nubladas de Bogotá, cada rincón del país fue aprovechado al máximo.
La producción contó con un equipo mayoritariamente colombiano, lo cual fue clave para darle autenticidad y diversidad al proyecto. Como explicó el productor Stephen “Dr.” Love:
“Este es un thriller global protagonizado por una familia. Y Colombia se convirtió en el escenario perfecto para contar esa historia”. Además del impacto visual, rodar en Colombia aportó una energía única al set. La mezcla entre el profesionalismo técnico de la industria local y la calidez humana del equipo fue decisiva para lograr una producción exigente en condiciones complejas.
Las calles vibrantes, los contrastes arquitectónicos y la riqueza natural del país no solo enriquecen la estética del filme, si no que también lo conectan con una identidad cultural auténtica y poderosa.