La SIC sancionó a Sayco por impedir que los artistas gestionen sus derechos
La Superintendencia de Industria y Comercio impuso una sanción histórica a la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (Sayco) y a ocho de sus directivos por más de $5.300 millones.
La decisión, anunciada el 7 de noviembre de 2025, responde a que la SIC identificó prácticas sistemáticas que impidieron a autores y compositores gestionar individualmente los derechos patrimoniales de sus obras.
¿Por qué sancionaron a Sayco?
La investigación de la SIC determinó que Sayco, siendo la única sociedad autorizada en Colombia para gestionar colectivamente los derechos de comunicación pública de obras musicales, abusó de su posición dominante.
En lugar de facilitar que los artistas eligieran cómo administrar sus derechos, Sayco implementó barreras sistemáticas para forzarlos a entregarle toda la gestión.
Los derechos de comunicación pública incluyen la reproducción de música en radio, televisión, conciertos, bares, restaurantes y cualquier establecimiento comercial.
Según la ley colombiana, los autores pueden decidir si gestionan estos derechos de forma colectiva (a través de Sayco) o individual (directamente o mediante empresas especializadas).
¿Qué prácticas abusivas identificaron?
Discriminación contra quien quisiera gestión individual
La SIC encontró que Sayco clasificaba a los afiliados que querían reservarse parte de sus derechos como "titulares administrados" en lugar de "socios".
Esta distinción no era solo nominal: les impedía elegir y ser elegidos en los órganos directivos de la entidad, silenciando su voz en la toma de decisiones.
Además, estos artistas debían pagar un 10% adicional sobre la tarifa regular para financiar programas sociales y económicos de Sayco, pero no podían acceder a esos beneficios. Era un castigo económico disfrazado de aporte solidario.
Contratos diseñados para bloquear la autonomía
Sayco diseñó contratos de mandato que impedían explícitamente a los autores reservarse algunas formas de comunicación pública para gestionarlas por su cuenta.
Es decir, si querías que Sayco manejara los derechos de, por ejemplo, establecimientos comerciales, tenías que entregarle también la gestión de televisión, radio, conciertos y todas las demás modalidades. Era todo o nada.
Cuando algunos afiliados intentaron modificar sus contratos existentes para recuperar la gestión individual de ciertas modalidades, Sayco se negó rotundamente.
Incumplimiento de una orden previa
En noviembre de 2016, la SIC ya había sancionado a Sayco y le ordenó realizar las adecuaciones técnicas y administrativas necesarias para facilitar la gestión individual. Nueve años después, a pesar de tener la capacidad técnica para hacerlo, Sayco no cumplió.
¿A quién afectó esto?
Las prácticas de Sayco no solo perjudicaron a autores y compositores individuales. También bloquearon la entrada de empresas emergentes especializadas en gestión de derechos patrimoniales que querían ofrecer servicios alternativos y más eficientes a los creadores musicales.
Sayco es el único jugador autorizado para gestión colectiva, así que impedir la gestión individual equivale a eliminar cualquier competencia y dejar a los artistas sin opciones reales.
Las medidas impuestas por la SIC
Además de la multa de más de $5.300 millones, la SIC impuso un conjunto de órdenes de cumplimiento obligatorio que tendrán seguimiento por más de tres años:
- Modificación de todos los contratos de mandato (nuevos y vigentes) para permitir la gestión individual de algunas formas de comunicación pública
- Implementación de un Programa de Cumplimiento del Derecho de la Competencia bajo vigilancia estricta de la SIC
- Eliminación de las restricciones discriminatorias contra quienes opten por gestión individual
- Adecuaciones técnicas y administrativas que debieron hacerse desde 2016
¿Qué significa esto para los artistas?
La decisión de la SIC abre un nuevo panorama para la industria musical colombiana. Los autores y compositores ahora podrán gestionar directamente sus derechos de comunicación pública sin enfrentar penalizaciones económicas ni exclusiones políticas dentro de Sayco.
Esto, en teoría, abre campo para una remuneración más justa y real para los artistas, quienes podrán decidir libremente si prefieren gestión colectiva, individual o una combinación de ambas según sus intereses.
También habilita la entrada de empresas que puedan ofrecer servicios más eficientes de gestión musical.
La sanción histórica de la SIC marca un punto de inflexión. Por primera vez, las prácticas anticompetitivas de Sayco tienen consecuencias económicas reales y medidas de seguimiento que buscan transformar estructuralmente el mercado de gestión de derechos de autor en Colombia.
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