El béisbol, la pasión del pueblo caribeño
Por: Adriana Diaz Alfaro
Desde su llegada a Colombia a inicios del siglo pasado, por la costa norte colombiana, la práctica del béisbol se extendió rápidamente. A pesar de que en sus comienzos la élite cartagenera fue pionera en la introducción y difusión de este deporte, muchos jóvenes sin educación formal y con menores recursos económicos comenzaron a jugar en las playas donde se les conocía como “playoneros”.
“Muchos jóvenes veían el béisbol como una vía de oportunidad. El juego pronto emergió como uno de los pilares culturales tanto de Cartagena como de Barranquilla. Al igual que en las naciones vecinas del Caribe, el amor y la práctica del béisbol abrió un camino para integrar a la población costeña”, indica la investigadora Kalen Riola García.
Y es que el béisbol en la región ha vivido grandes épocas doradas caracterizadas por sus llegadas a momentos cumbres, con la práctica enaltecida, jugadores en lo alto de sus carreras y el público más conectado con el deporte asistiendo masivamente a las series o temporadas de juego.
En Cartagena y Barranquilla el deporte rey tiene su cuna y mayor difusión en los barrios. Nacen los talentos en familias tradicionalmente beisboleras y estimulan la práctica en las pequeñas escuelas que promueven el conocimiento de sus mentores que suelen ser exjugadores y con quienes los nuevos bateadores crean un vínculo que permite robustecer sus nacientes carreras. La mayoría de estos chicos con el firme propósito de hacerse un lugar en las ligas mayores nacionales e internacionales.
El talento de los jugadores caribeños es innegable. Los peloteros latinoamericanos han liderado, desde hace años, aspectos tan importantes del juego como el picheo y el bateo.
La relevancia del béisbol en la región radica en que ha transcendido fronteras y abre muchas posibilidades a sus jugadores. Históricamente, mientras los países caribeños y latinoamericanos se han convertido en una cantera inagotable de estrellas que han brillado en las Grandes Ligas Norteamericanas, en su día a día las ligas internacionales profesionales del Gran Caribe como Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y Colombia, acogieron a numerosos jugadores de béisbol estadounidenses negros, imposibilitados de jugar en EE.UU debido a la segregación racial.
Posteriormente, ese intercambio de conocimientos sería de vital importancia en la transmisión del aprendizaje a los jugadores que inician sus carreras.
Por su parte, los campeonatos universitarios, abren la posibilidad a jugadores de óptimo rendimiento no solo a continuar con la práctica de este deporte, sino que se les brinda la oportunidad de ser becarios en las distintas facultades universitarias a las que pueden acceder precisamente gracias a sus habilidades deportivas.
Actualmente, el deporte de la pelota caliente ha tomado un segundo aire gracias al inesperado título conquistado en la Serie del Caribe del 2022, de manera que niños, jóvenes y adultos avivan una vez más su gran pasión por el deporte, esperando la temporada de la liga de béisbol profesional que comienza en noviembre y finaliza en enero y que contará con la participación de los Toros de Sincelejo, Caimanes de Barranquilla, Tigres de Cartagena, Vaqueros de Montería y a los debutantes de Getsemaní de Cartagena, quienes disputarán el título de campeones que además tienen clasificación directa a la serie de Caribe Caracas 2023.
En Chévere pensar en voz alta ahondamos en la historia de una familia beisbolera de Barranquilla, en el podcast “Béisbol con aires caribeños”. Los invitamos a conocer un poco más aquí.
