¿Por qué nos gusta tanto Game Of Thrones?

¿Por qué nos gusta tanto Game Of Thrones?

Debemos reconocer que somos grandes fans de Game Of Thrones y también debemos reconocer que esperamos impacientemente que llegue ese momento del año en donde por 10 semanas, nada parece ser más importante...  
Martes, 12 Julio, 2016 - 03:00

Por: Manuel Carreño

Sin embargo tengo claro que más allá de su gran superproducción, sus escenas de peleas, sus mujeres hermosas y sus intrigas, GOT no es la serie mejor hecha de la historia y tiene más visos de culebrón que de historia épica. Entonces ¿por qué millones de personas (incluyéndome) no pueden pararse del televisor cuando empieza a sonar la música y aparece el mapa en relieve de Westeroos? Aquí doy cinco razones que tratan de explicar el fenómeno.

 

El Pastiche

Game of Thrones es una combinación de todas las narrativas fantásticas empaquetadas en un solo relato. Es lo que se conoce como “un pastiche”. El diccionario define pastiche como “Imitación que consiste en tomar diversos elementos y combinarlos de manera que el resultado parezca una creación original.”  Eso es exactamente lo que hace Game of Thrones con sus reyes, clanes, dragones, zombies, Frankesteins, hechiceros y demás elementos que llevamos viendo y leyendo por más de 200 años, todos en una sola historia. Por eso la historia es sorprendente y familiar a la vez.


 


El juego

GOT es un juego “obvio, de eso se trata” dirán algunos pero no me refiero a su trama y sus luchas por el poder y lo obvio del nombre. Me refiero al juego que la serie mantiene con sus espectadores. Si uno no arrancó con la primera temporada (y aún si lo hizo) GOT es una serie que reta al espectador a recordar cientos de nombres de personas, lugares y castillos, de la misma manera que uno debe seguir el linaje de todas las casas. Tener clara toda la trama es un ejercicio casi imposible pero fascinante, un rompecabezas de millones de piezas que uno no puede parar de hacer.


 

Tomárselo en serio

GOT está ubicada en un mundo medieval fantasioso, es a todas cuentas historia de ficción con algunas bases sociales de realidad . Sin embargo la serie está tan bien elaborada que los que la vemos, terminamos sufriendo, gritando, riendo y llorando por personajes ficticios desde todo punto de vista.

Lloramos con la muerte de Hodor, nos ponemos contentos de que por fin terminen con Ramsay, nos preocupa la suerte de Sansa. Los personajes terminan haciendo parte de nuestra vida y si uno ve a alguien hablar de Hodor riéndose... pues la verdad, es un tema muy serio que merece respeto.


 

 

Dejarse sorprender

A diferencia de las películas de superhéroes en donde de entrada ya sabemos qué pasará, y básicamente uno va esperando una explosión más grande que la película anterior, GOT rompe ciertas narrativas que nos obliga a no asumir que sabemos el final.

Eso nos obliga a ver la serie con ojos de niño que va por primera vez a cine; nos obliga a quitarnos ese cinismo de encima y jugar el juego a la serie. A veces decepciona, otras no; pero no importa, yo me sigo dejando sorprender porque ya pocas cosas lo hacen.


 

La conversación

Tal vez lo mejor de GOT sea el buen timing que tuvo para salir en estas épocas de redes sociales. Lo mismo se puede decir de muchas series pero ninguna ha manejado las redes como GOT. Es cuestión de meterse un domingo postcapítulo y la gran conversación que se arma. Desde los memes burlándose hasta la gente expresando sus sentimientos. Todo lo que menciono arriba se comparte, ya sea con la persona que uno tiene al lado o con gente que está en cualquier parte del mundo. Una conversación universal, parecida a al que yo tenía con mis amigos del colegio sobre Star Wars. Y si uno logra compartir. Ya tiene sentido ver la serie.


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