Los Punsetes, psicodelia con alma punk en Rock al Parque 2023

Rayando las 6 de la tarde, cuando justo terminaba de marcharse el sol y comenzaba a hacerse oscuro en el cielo bogotano, se apagaron todas las luces del escenario Eco by Radiónica, para llenarse de humo todo el espacio y, entre atmósferas creadas con guitarras y distorsiones, inició el show de una de esas bandas que ha llevado un nuevo aire al rock español, combinando nostalgia y experimentación en su sonido.

Con un show bastante sobrio, con una Ariadna Paniagua, vocalista del grupo, tan estoica frente al micrófono que parecía una estatua que solo movía sus labios, disparando letras como si estuviese declamando cada una de ellas, sucedieron los primeros minutos sobre el escenario.

Más de una docena de canciones, que fueron un recorrido por diferentes momentos de su trayectoria de casi 20 años ya, sin mediar palabra alguna con el público, así fue gran parte del show. Un tema tras otro, solo parando por segundos entre cada una, como si fuese una coreografía muy perfecta, llena de sincronía.

Ante la ausencia de vistosidades, buena parte del público del escenario Eco by Radiónica se quedó igual que como estaba Ariadna en el escenario: casi inmóviles, absortos en el ritual que proponía la banda española, recibiendo y digiriendo los mensajes llenos de sátira y existencialismo que estaban encerrados en las letras de cada canción. Aunque sí hubo algunos que lograron reconocer sus canciones y les nació cantar, y hasta saltar cada que las tonadas eran más enérgicas y movidas.

“Por no decir que pinta fatal, cada herida que me cubro acabará conmigo en el futuro, hola, destrucción”, “Estadísticamente lo más prudente es aceptar que a lo mejor soy idiota”, y “Afílate los puños en mi cara, hoy tienes 2x1 en mi mejilla, escúpeme por una buena causa”, fueron algunas de las líricas que retumbaron en el escenario Eco by Radiónica durante el final de la tarde y el inicio de la noche de lunes.

“Muchas gracias Bogotá, muy bacano estar hoy con ustedes, buenas noches”, fueron las únicas, y además las últimas palabras que la banda pronunció. Con esto, y las últimas notas de “Una persona sospechosa” (uno de sus himnos más fuertes) perdidas entre un feedback infinito, se despidió la banda española después de 45 minutos de música sin una sola pausa.