Chévere Pensar en Voz Alta: elecciones regionales en Barranquilla

Aquí podrán encontrar el programa entero e información complementaria sobre algunos aspectos que preocupan e interesan a los barranquilleros.
Jueves, 24 Octubre, 2019 - 05:55

Por: Juan Pablo Conto

En Chévere Pensar en Voz Alta estamos haciendo una serie de programas por diferentes ciudades de Colombia de cara a las elecciones regionales del domingo 27 de octubre. El objetivo: hablar de los problemas, necesidades y retos desde el sentir de la gente. Es por esto que, más que candidatos, estaremos conversando con personas que desde iniciativas y proyectos han estado ejerciendo su ciudadanía para transformar positivamente la realidad. 

Desafortunadamente no podemos estar por todo Colombia, ni abarcar todas las problemáticas de los lugares que visitaremos, pero esta es una invitación abierta a que, lejos de banderas, cada persona busque mirar qué es lo mejor para su ciudad. En Radiónica, ya sea por redes sociales, teléfono o presencial en los eventos, esperamos que nos ayuden a alimentar un diálogo en tiempos donde se escucha poco. 

Bienvenidos a este especial, sigan el recorrido de Chévere Pensar en Voz Alta y, mejor aún, repliquen la dinámica con sus comunidades para que nuestros destinos sean elegidos por ustedes. 

Pueden leer y escuchar otros capítulos de este recorrido:

Cali
Pereira
Bucaramanga
Pasto
Cartagena
Santa Marta
Riohacha
 

BARRANQUILLA: Medio ambiente y movilidad

 

Como les comentamos en el artículo anterior, arrancamos la segunda mitad de este recorrido de Chévere Pensar en Voz Alta previo a las elecciones regionales del 27 de octubre. Estamos viajando por el Caribe colombiano y nuestra segunda parada fue la ciudad de Barranquilla. De la mano de Adriana Díaz, nuestra corresponsal en esta parte del país, identificamos dos temas urgentes para los barranquilleros: Medio ambiente y movilidad. 

Hay puntos claves para centramos la conversación alrededor de estas dos temáticas, la cual tuvo lugar en la Alianza Francesa de Barranquilla, que nuevamente nos abrió las puertas. En primer lugar  a lo largo del año se han registrado tres incendios en terrenos del Parque Isla Salamanca, afectando tanto el ecosistema del lugar como el aire de Barranquilla hasta donde termina llegando el humo. En segundo lugar, la gente no se está subiendo al sistema de transporte Transmetro, mientras aumenta el parque automotor de la ciudad; una fórmula que solo llevará al caos vial. 

Para la conversación invitamos, por un lado a Elizabeth Noriega, bióloga de la Fundación IdeasBio, un proyecto que tiene como objetivo la protección, la educación, el desarrollo e innovación ambiental de tecnologías en la búsqueda de sociedades sustentables. Por el otro tuvimos a Julian Alberto Arellana, doctor en ingeniería civil y especialista en movilidad.  

A continuación complementamos con algunos datos lo conversado durante el programa, que pueden escuchar completo al final del artículo. 

Medio Ambiente

El Parque Isla Salamanca es un área protegida de más de 56 mil hectáreas, con bosques de manglar y ciénagas. El domingo 1 de septiembre se presentó un incendio en la zona, siendo el tercer fuego que ha tenido lugar este año. Los motivos de estos aún son desconocidos y nadie asume la responsabilidad. 

El incendio consumió siete hectáreas, pero más allá de este caso en particular, preocupa el hecho de que se trata de una situación repetitiva en este santuario ecológico. En su momento, la directora territorial caribe de Parques Nacionales, Luz Elvira Angarita, señaló que este fuego afecta el ecosistema y hace que la fauna se disperse. 

De la misma manera, el biólogo Samuel Cáceres, miembro de la Fundación Batis, un centro de investigación y ejecución de proyectos para la sostenibilidad ambiental, explica que con estos sucesos se altera y se interrumpe los ciclos  de vida de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, que pueden haber muerto por la sofocación. Además, el humo eventualmente produce un hollín que termina afectando a las hojas y a la vegetación del manglar que puede llevar a generar un aislamiento del proceso de la fotosíntesis. Esto es muy grave, pues el manglar de Salamanca es una barrera protectora capaz de soportar las condiciones salinidad y brisa marina de este contexto. 

Otra de las consecuencias de esta situación es la afectación de la calidad del aire en Barranquilla, algo que fue reportado por la ciudadanía a través de redes sociales, donde manifestaron la presencia de humo y cenizas en la cuidad. Hay que señalar que Barranquilla Verde, un Establecimiento Público Ambiental (EPA) que promueve, orienta y regula la protección de los recursos naturales y la sostenibilidad ambiental, explicó que durante los días del incendio hubo momentos en los que la calidad del aire obtuvo una concentración de 106 microgramos cúbicos en la estación de monitoreo que se ubica en la Escuela de Policía Antonio Nariño. Sin embargo, según lo establece la Resolución 2254 de 2017, que regula la calidad del aire, para declarar la alerta se debe mantener por 24 horas una concentración de material particulado con alcances de 150 microgramos cúbicos.

Ahora, teniendo en cuenta que la media nacional es de 50 microgramos cúbicos, y que incluso Barranquilla suele estar por debajo con 44, los datos de Soledad y Puerto Colombia no arrojan cifras tan positivas. Pese a que faltan puntos de medición para tener datos más confiables, respectivamente superan los 57 y los 63 microgramos por metro cúbico de material particulado en el aire. Hay que tener en cuenta que según los objetivos de la ONU de sostenibilidad la idea es llegar 30.

Más allá de todo existe una vieja hipótesis frente a las quemas, y es que detrás puede haber manos que buscan que la isla pierda su condición de reserva natural con el fin de usar esas tierras para construcción, agricultura o ganadería. Por eso, nuestra invitada Elizabeth Noriega comentó que es extraño que siempre agarran un par de campesinos sin que el fenómeno cese. Lo mismo opina el ya citado biólogo Samuel Cáceres, que señala que lo mismo sucede en el Amazonas. 

Por otro lado, otros de los temas que ocupó la conversación fue Puerto Colombia, pues el pasado viernes 31 mayo se formó en sus playas una isla de basura de 18 kilómetros de diámetro, equivalente a 28 canchas de fútbol, con peso aproximado de 17.550 toneladas. Aunque en un principio se afirmó que los desechos habían sido arrastrados desde el interior del país, principalmente de Bogotá, por el río Magdalena, expertos en hidrografía colombiana concluyeron que fue el resultado de varios sucesos en todo el país que se gestaron, más que nada, en la Costa Caribe.

Para nuestra invitada Elizabeth Noriega, debe haber un esfuerzo ciudadano para subvertir este tipo de situaciones. Y aunque el director de Barranquilla Cómo Vamos -una iniciativa ciudadana que hace seguimiento y monitoreo a la calidad de vida urbana a través del análisis de indicadores técnicos y de percepción- resaltó el esfuerzo que se ha hecho por mejorar el aprovechamiento de residuos, pasando de una tonelada (0.2%) aprovechada al año por habitante a 22 (4.8%) en 2018, cada habitante de la capital del atlántico, en promedio produce 1.25 kilos de residuos al día, por encima del 0.9 del promedio nacional. Esto marca un reto. 

Movilidad 

De acuerdo al informe de Barranquilla Cómo Vamos, la ciudad presenta avances en materia de infraestructura vial. Para el año 2017 se construyeron 250.200 metros cuadrados de vías nuevas, se recuperaron 60 mil de malla vial y la cobertura de la malla vial en buen estado, según la Sectetaría de Obras Públicas, llegó al 89%. Aún así, el 36% de los Barranquillero sigue considerando que se debe ampliar y hacer más manteniemiento en las vías.

Según las cifras de la Secretaría Distrital de Tránsito y Seguridad Vial de Barranquilla, a septiembre de 2017, circulaban por la ciudad 175.853 vehículos, de los cuales el 84.4 % son de servicio particular, alrededor de 146.606. De estos, 73.207 son automóviles y 33.000 son motocicletas. Es un parque automotor grande que sigue creciendo y que va a taponar las vías, además de plantear retos en torno al mantenimiento y la evasión de instrumentos de control como la revisión técnico mecánica y de gases, y la formalización de actividades sin control ambiental.  

Aquí hay que señalar que en años pasados los vehículos matriculados en la ciudad se habían visto reducidos en un 30% y cerca de un 20% de los carros que circulaban tenían placa de otra ciudad, aunque utilizaran la malla vial de Barranquilla. Bajo el paradigma de que el carro del interior del país resulta más comercial al momento de vender, se venía afectando el recaudo de la capital del Atlántico. 

Más allá de esto, la ciudad aún tiene retos incentivando el transporte público, que es la ruta más sostenible para cualquier urbe. Sobre esto rondan muchas cifras positivas, como que el 77% de los encuestados por Barranquilla Cómo Vamos se mostraron satisfechos con el servicio del Transmetro. O que el Sistema Masivo pasó de transportar en el 2015 un promedio de 110 mil usuarios a 145 mil en el 2018. O que el 38% de los encuestados en el 2018 manifestó sentirse seguro en el Sistema, lo que representó una mejora de 15 puntos porcentuales frente a las cifras del 2017. Sin embargo, la sensación de que falta cultura ciudadana aumentó de un 27% a un 66%, al igual que la sensación de sobrecupo, pasando del 22% al 78%.

Sobretodo este último dato llama la atención, pues así la Alcaldía señale que se trata de algo que va acorde al crecimiento del sistema Transmetro, ni la cifra de pasajeros que se están transportando en promedio diariamente, ni la sensación de sobrecupo, concuerdan con la proyección establecida en la estructuración del proyecto. En sus inicios, el propósito se fijó en unos 300.000 pasajeros diarios, de lo que hoy solo se cumple un 45%.

Hay dos aspectos claves que se debe también afrontar en este tema. Por un lado, como lo señaló nuestro invitado Julian Alberto Arellana, el transporte público sigue siendo visto como inferior y el vehículo particular sigue ocupando, en la mentalidad, un lugar aspiracional. Esta es una idea que se debe desmontar en pro de la movilidad y del medio ambiente. Por el otro lado, aún hay muchos retos en cuanto a transporte informales como el mototaxi, que se convierte en una competencia directa para Transmetro.

En total, Barranquilla suma 14,5 kilómetros de cicloinfraestructura, de acuerdo con las cifras que reporta la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial Distrital. Ahora, como bien señaló nuestro invitado, en varias zonas de la ciudad simplemente se está marcando con pintura sobre el pavimento el espacio de los ciclistas, cosa que además los carros no están respetando. Incluso, en un recorrido que hizo el periódico El Heraldo, oriundo de esta ciudad, son pocos los ciclistas que sacan provecho de estas vías, dado que algunos prefieren andar sobre el andén y otros sobre el carril mixto de la carretera. Y en otros casos, los carros, motos y hasta camiones invaden el carril exclusivo, ya fuera transitando o parqueando en este.

Barranquilla tuvo un servicio gratuito de bicicletas que se inauguró en diciembre de 2015, se suspendió cuatro meses después, y se reanudó en diciembre de 2016 para clausurarse definitivamente en julio de 2017. Sería bueno mirar las posibilidades de incentivar el uso de este medio con estas estrategias, además de fortalecer, por ejemplo, los Ciclopaseos Biciquilla que tuvieron lugar en el marco del programa Montemos Bicicleta. Los usuario igual vienen en aumento y realmente el clima no necesariamente es un impedimento para el uso de este medio de transporte si la persona organiza los horarios de sus trayectos o se buscan las adecuaciones necesarias, el reto es garantizar las condiciones. 

Para Julian Alberto Arellana, se debe seguir trabajando en el espacio público. Si bien ha habido un plan de andenes y de arborización, se han recuperado zonas y entre parques, plazas, plazoletas, zonas verdes y caminos hay alrededor de 25 millones de metros cuadrados, de acuerdo al citado informe de 2017, cada ciudadano contaba con 1,05 metros cuadrados de espacio público efectivo. Una cifra que sigue siendo menor al de otras ciudades principales, como Bogotá (4,41 m2 por habitante) o Cali (2,58 m2 por habitantes).

Nuestro invitado no mostró mucha preocupación frente a los temas de canalización de los arroyos, al señalar que es un tema que ha mejorado con los años. La Alcaldía de Barranquilla ha invertido alrededor de 500 mil millones de pesos en esta tarea.

Otros comentarios o preocupaciones de los asistentes fueron: 

  • Hay que volver al río Magdalena y a su cuidado
  • En la Isla de la Loma, se están jugando muchos intereses y se está generando una especulación inmobiliaria.
  • Hay que incentivar una política del no carro.
  • Debe haber una pedagogía frente al medio ambiente y las acciones. ciudadanas para mejorar en este aspecto.
  • Se debe intensificar el proceso de arborización. 

Escuchen el programa completo a continuación y no se pierdan #CheverePensarEnVozALTA de lunes a jueves desde las 7 PM: