Catupecu Machu (Argentina)

Catupecu Machu (Argentina)

“Nacieron en el under del rock, intensos y viscerales. Se volvieron artesanos del sonido, experimentales y tecnológicos, y cambian de piel todo el tiempo sin dejar de ser ellos mismos. Hacen canciones para engañar a la muerte, y son los últimos sobrevivientes de una especie en vía de extinción”. Lalo Mir, locutor argentino.
Miércoles, 16 Julio, 2014 - 01:22

Por: Andrés Elasmar

Catupecu Machu: la bestia, el mito, la magia y el veneno; la banda argentina, innovadora, visceral e intensa, está cumpliendo dos décadas de trayectoria este año.  

Nacidos en familia, la de Fer y Gabi Ruiz en el barrio Villa Luro de Buenos Aires, Catupecu celebrará esta veintena de rock duro, actitud firme y huella impresa en siete discos de horas y horas de riffs inesperados, relatos imaginativos y letras desgarradoras, frente a un público cercano que también los ve como familia, el del evento más importante de nuestra emisora: el Concierto Radiónica. 

El próximo 14 de septiembre regresarán a Bogotá la garganta y la pasión inconfundible de Fer (guitarra) y toda la energía en vivo del señor Macabre (teclados) y los chicos Agustín Rocino (batería y ex Cuentos Borgianos) y el enigmático Sebastián Cáceres (bajo), la formación actual de Catupecu.

La agrupación, en este, su año de celebración, será parte importante de un cartel de 14 agrupaciones de todos los géneros y orígenes que harán historia en tres ciudades de Colombia simultáneamente.

#Catupecu20

En la cuna del rock argentino, entre la sensibilidad de Spinetta, la vanguardia de Soda Stereo, la rebeldía de Violadores, y una nueva generación de los noventa, creció un reptil diferente que Fer bautizó en 1993 como Catupecu Machu, junto a Gabi y a su amigo Abril “Aprile” Sosa, quien los conoció en su sala de ensayo.

Balanceando muy bien la agresividad con la melodía, y una mente abierta a sonidos latinos, andinos y electrónicos, desde muy temprano hicieron su propio lugar entre los grandes.

Su historia sonora, la del animal imaginario, que también escribieron por un tiempo los hermanos Marcelo y Mariana Baraj, y el mono Javier Herrlein, es de contrastes continuos, tanto musicales como vivenciales; entre la tragedia y la gloria, las pérdidas humanas y la fortaleza personal, los instrumentos galopados y estridentes, y sin duda, la voz única y magnética de un Fer que alaba a Camarón, a Piazzola, a Atahualpa Yupanqui, pero que el primer CD que compró fue uno de The Clash.

Catupecu tiene el cuero bien duro, más aún después del accidente de auto que dejó a su hermano Gabi (el inventor de la “arpa láser”) inhabilitado para volver a tocar en 2006. Pero también son optimismo y una sonrisa de victoria después de cada canción bien hecha, como cuando grabaron Encuentro en el estudio con Lalo Mir.

Por eso, aún siendo Fer el único de los originales que queda, de esta historia que no ha parado desde Dale! de 1997, hasta El Mezcal y la Cobra de 2011, y que seguirá muchos años más, la celebración de sus 20 años en el Concierto Radiónica es la de una familia de amigos que han dejado el alma, tanto los viejos como los “nuevos” (Macabre, Rocino y Cáceres), en la formación de uno de los grandes del rock del continente.

Prepárense para ver en el Concierto Radiónica una descarga emocional como ninguna otra; prepárense para ser parte también de El Grito Después - Veinte Años, la biografía sonora que la bestia mitológica argentina lanzará para celebrar estas dos décadas de rock y vida.    

Con Catupecu Machu a bordo, el  Concierto Radiónica no para de crecer, y vuelve a convocar también al público de Medellín y por primera vez al de Cali, Valle del Cauca. Los argentinos se unen a un evento sin precedentes en la historia de la radio pública colombiana.

¡Dale Catupecu!

 


catupecumachu.com