Travis Scott, el rey de caos

Repasamos la vida del artista que enfrenta varias demandas tras Astroworld.
Martes, 9 Noviembre, 2021 - 04:29

Por: Radiónica

Travis Scott es un tipo intenso. Sobre el escenario es como un director de orquesta que con su batuta coordina una tormenta. El caos es su firma, el desorden su inspiración y la furia el elemento en el que está más cómodo. Parte de la popularidad de Scott, recae sobre sus frenéticos shows, pero lamentablemente el 5 de noviembre, el descontrol se fue de las proporciones y tras una estampida, ocho personas fallecieron y decenas terminaron heridas. 

Scott que prometió pagar los funerales de las víctimas y apoyar psicológicamente a todo el que necesite ayuda, enfrenta varias demandas e investigaciones por lo sucedido. Pero este tipo de problemas no son nuevos en la vida del rapero que ya había enfrentado dos juicios por incitar disturbios, uno en 2015 tras su presentación en Lollapalooza, y en otro en 2017 en Arkansas. En ambos casos se declaró culpable y pagó altas fianzas. 

Pero el caos no es algo nuevo en la música. Las multitudes apretadas, sudadas, con poco aire, saltando desenfrenadamente, chocando sus cuerpos y surfeando sobre las cabezas es una constante del underground. La violencia y la catarsis han acompañado millones de conciertos y rara vez terminan en tragedia. De hecho, una de las características que hizo tan famoso a Travis Scott es que imprimió esos elementos de rudeza más comunes en el punk, el metal y el hardcore rap, al mundo del trap comercial, en donde él es uno de los exponentes más populares del mundo. 

Gracias a esto y a la tremenda puesta en escena que usa, revistas como Rolling Stone han dicho que sus conciertos son los mejores del mundo y para sus fanáticos esta siempre es una experiencia tan intensa que están dispuestos a todo con tal de exorcizar todos sus demonios junto a este artista. Y “todo”, incluso es seguir las órdenes que Scott lanza desde el escenario, las cuales van desde saltarse las barricadas e ignorar al personal de seguridad, hasta brincar desde una altura de tres pisos directo a la multitud. 

Su fanaticada se hace llamar ragers, que viene de la palabra rager, que puede traducirse en algo así como rabioso, que para Scott es un modo de vida. Una forma de sentir a flor de piel los conciertos, una forma de expresión furiosa que sobrepasa la realidad. 

 

 

Estos antecedentes de líder del caos unido a un público completamente salido de su razón y enceguecido por la euforia y el comportamiento de manada, han empañado la exitosa carrera de este músico nacido en Houston, Texas bajo el nombre de Jacques Bermon Webster II

Antes de convertirse en uno de los nombres más exitosos de la música comercial contemporánea y ser famoso en el mundo de la farándula por su relación con Kylie Jenner, Scott vivía en los suburbios de Houston, en un principio con su abuela y luego con su padre. La música es algo que lleva en su ADN ya que su abuelo fue compositor de jazz y su padre de soul, y él desde pequeño aprendió a tocar la percusión y el piano.  

Pero fue el hip hop lo que atrapó sus sentidos. A los 17 comenzó a producir sus primeros beats con su amigo Chris Halloway y en 2009 en el finado Myspace arrancó su carrera musical con un proyecto llamado The Graduates. En 2010 creó otro grupo con el rapero OG Chess llamado The Classmates, que se separó luego de dos años por diferencias creativas y personales. 

Pero Scott ya había probado las mieles del escenario y su objetivo era llegar a lo más alto. En 2012 abandonó su carrera en la Universidad de Texas, su familia le quitó todo el apoyo financiero y se mudó a Nueva York en busca de la fama. Pero tras unos meses durmiendo en el piso de la casa de un amigo, arrancó para Los Ángeles. En esa ciudad la cosa no fue del todo más fácil, seguía durmiendo en los sofás de sus conocidos y probando suerte principalmente como productor, hasta que se unió con el músico y productor T.I. de Grand Hustle Records, quien notó que Scott tenía algo especial. 

Los primeros trabajos de esta nueva etapa fueron los mixtapes de Owl Pharaoh y Days Before Rodeo, los cuales comenzaron a llamar la atención de la industria del hip hop e incluso llegaron a oídos de Kanye West, con quien Scott luego formaría una estrecha relación personal y comercial, la cual derivaría en su éxito total con el lanzamiento de Rodeo, su álbum debut en 2015. 

Casi de inmediato, se convirtió en una estrella mundial no solo por su música, sino por sus desenfrenados shows, y desde su primer trabajo no ha parado de subir y subir. Su segundo LP fue Birds in the Trap Sing McKnight (2016), pero su consolidación fue en 2018 con el lanzamiento de Astroworld

 

 

Llamado así por un parque de diversiones, este tercer álbum contó con la participación de artistas como The Weeknd, Kid Cudi, Frank Ocean, Drake, James Blake, Philip Bailey, 21 Savage entre muchos otros. Además el sencillo "Sicko Mode", estuvo 30 semanas en el número uno de las listas de Billboard, algo que ningúna canción de hip hop había logrado antes. Del éxito de esta producción nació en 2018 el Astroworld Festival, que en tan solo unos minutos, pasó de la gloria a la infamia. 

El 2021 había sido un gran año para Travis Scott, Kylie Jenner está esperando su segundo hijo, lanzó Utopia, su cuarto álbum, y después de 18 meses sin música en vivo, su festival iba a volver con toda la fuerza. Pero ahora toda la culpa de la tragedia está cayendo sobre él y su equipo. 

El oficial de policía Troy Finner, aseguró que antes del inicio del show, se acercó a Scott y a su jefe de seguridad, para expresarle su preocupación por las condiciones del evento. Y como se ve en los videos de redes sociales, el cantante siguió con su actuación a pesar de que había detenido el concierto cuando una ambulancia ingresó a socorrer a una persona. Según dijo Scott, esta decisión la tomó para evitar un disturbio mayor y no sabía la magnitud del desastre hasta después de los hechos. 

Ahora la opinión pública busca desesperadamente culpables y castigos. Las redes sociales están llenas de críticas, las demandas seguramente seguirán llegando y hasta se han dicho cosas tan absurdas como que Scott estaba haciendo un ritual satánico para “cosechar almas”.

Al ver los terribles videos de esa triste noche, es claro que hubo un error de logística, pero vale la pena preguntarse si la culpa es entera del estilo rabioso de Travis Scott. Obviamente un artista debe entender cuando está llevando muy lejos algo, pero el desenfreno del público va más allá de la influencia de un cantante. Hay factores como la pandemia, la crisis social y económica del mundo, la depresión colectiva, la enajenación social y este nuevo sentido de consumir todo lo que se puede, que también pueden jugar un papel en esta tragedia. La reactivación ha sido descontrolada en todo el mundo y tal vez era cuestión de tiempo para que algo así pasara. Esta vez le tocó a Traviss Scott. 

Si bien tiene que haber consecuencias legales por Astroworld, también es importante volver a hacerse la pregunta de cómo logramos que los eventos sean seguros, y esa reflexión involucra a artistas, empresarios y audiencia.