“Tengo cada día” de Humberto Pernett: magia y psicodelia

Repasamos, de arriba a abajo, el nuevo álbum de Pernett.
Miércoles, 25 Noviembre, 2020 - 03:54

Por: Adriana Díaz

Humberto Pernett regresa con “Tengo cada día”, un álbum que incluye colaboraciones con la leyenda del rock Phil Manzanera, el guitarrista y compositor haitiano Wesli y la participación de músicos colombianos como Jaime Alzate, Marlon Marañón, Amós Piñeros, Iván Gardeazabal, Rodney Teherán, Pacho Cuadrado John Bejarano y Alejandro Duque. 

Su retorno a la música se enmarca como un recorrido no solo por los sonidos colombianos, sino por la electrónica, el rock y el acid jazz. “Tengo cada día” es un viaje sonoro que, a través de la lírica y la musicalidad, nos traslada de la música caribeña y su folclor a los encantos de la música andina, demostrando el sendero recorrido durante la producción de este trabajo discográfico. 

El disco abre con “Canta” y con la canción que le da título al álbum. Desde el inicio, la energía positiva y contagiosa de la que Pernett impregna todos sus trabajos discográficos también hace presencia en esta introducción.  

Con “Canta” se van introduciendo flautas de millo, sonidos electrónicos y voces infantiles que hablan de la semilla en crecimiento. Entre ritmos de tambora nos muestra a un Pernett mucho más orgánico y adulto. 

Por su parte, “Tengo Cada día” es un poderoso llamado al disfrute del tiempo presente, a pesar de las vicisitudes. La colaboración con Phil Manzanera da un enérgico aporte a esta creación de la que Humberto comenta que: “Es como un manifiesto a la libertad que llega en este momento tan preciso de la historia con un mensaje muy claro, ‘Tengo cada Día’, tengo el presente como mi más grande tesoro”.

Pero más allá de la estructura narrativa que se encuentra en esta canción, que llama poderosamente la atención sobre la perspectiva artística ante estos tiempos tan extraños, nos muestra también el lazo indefectible que ha tenido la música de Humberto con el rock y el jazz, en esta canción se escucha una fusión cultural en esplendor.

“Llegar a Phil fue un proceso mágico, él me contactó hace unos años a través de dos grandes amigos colombianos, el ingeniero de sonido colombiano Andrés Mesa, quien trabajaba con Phil en ese momento, y el cantante y artista plástico barranquillero Lucho Brieva, a quien tuve el gusto de conocer en Cali; a través de ellos Phil escuchó mi música y me llamó para trabajar en su álbum ‘Corroncho 2’ donde grabé gaitas, tambores, flautas wayú y sintetizadores, eso me abrió la puerta con el maestro”, comenta Pernett.

Agrega que “Mi plan era viajar a Londres para trabajar en este álbum junto a él pero para aquel entonces mi padre enfermó y falleció a los pocos meses y me tocó cambiar la estrategia, así que lo invité cuando ya tenía la canción hecha y él con sus guitarras replanteó toda la idea de la canción como la tenía hasta el momento. Cuando sentí esas guitarras dije: 'esto es una canción de rock and roll latino'”.

Al llegar a “Del monte Bajo” nuestros oídos podrán fácilmente rendirse a los encantos de los bambucos y los sonidos andinos. Esta colaboración con Amós Piñeros nos traslada al páramo colombiano, donde se produjo parte del álbum, un territorio casi nunca antes explorado por Humberto en el que el agua y su recorrido por la montaña toman la palabra. 

“Amós trabajó como coproductor en el álbum, es todo un maestro tanto de la composición como de la producción, en su estudio la ‘Ñ’ se ensambló gran parte del disco, y no podía faltar una canción con él. Ya muchos amigos nos lo habían dicho, así que empezamos a trabajar con máquinas de ritmos y desarrollamos un concepto sobre el bambuco al que llamamos 'Bambuco 808' por la máquina de ritmos roland 808 con la cual empezamos a componer el tema. La canción ‘Del Monte Bajo yo’ es un homenaje al agua que baja del páramo y nos bendice a todos. En este tema también participaron los amigos de Manigua Rock Mestizo, con quienes hicimos el tema 'Canción de Iguaque'” puntualiza. 

“Mensaje de Orión” también se abre paso entre ritmos andinos, tiples y bambucos, integrando como siempre el elemento electrónico; en “Cazadora Lunar” se ve una compenetración absoluta con el entorno, él es la voz del bosque que clama porque no lo maten entre samples de litófonos y secuencias creadas a partir de ritmos ancestrales.

En los siguientes tracks la influencia caribeña se hace mucho más presente y sensible al oído. Él ha sido un referente imprescindible en la musicalidad de nuestros días no solo para el Caribe, sino para el país.

Hace más de dos décadas Humberto Pernett trabaja estas fusiones, pero sus búsquedas siempre está la variedad, como él mismo lo expresa: “En este disco hay de todo, eso intento cada vez que hago un disco, que sea muy variado, que no se quede en una fórmula, que mi música se desarrolle a la par conmigo como persona, para este disco dije: ‘vamos a hacer algo diferente, mucho rock, algunas amalgamas algo de acid jazz y de música del interior del país donde vivo desde hace ya muchos años, algo se le pega a uno”, dice con su sentido del humor intacto. 

La música de Pernett se va desglosando con letras muy humanas sin dejar su esencia bailable, no pierde la herencia africana aunque esté lejos del mar, eso es claro en temas como la champeta “Oh Johanna” junto al guitarrista haitiano Wesli, y se siente el mar de forma muy nítida, también está cargado de erotismo en canciones como “Como lluvia Sobre el Mar” que navega entre acordes de Acid Jazz y Cumbia.

El álbum entero lleva un exótico recorrido que atrapa momentos muy especiales de la vida del autor. “El Cipote Caporal” es un ejemplo de ello, se trata de un homenaje póstumo a su padre, quien fuera en vida el director de un importante grupo de danza folclórica del Carnaval de Barranquilla. “El Cipote Caporal es mi padre y es un homenaje a él, a mi primo Nito Show, a la danza del Cipote Garabato, a la ciudad de Barranquilla y sus tradiciones. En ella narro la historia de él, una historia real de un hombre que lo dio todo por la tradición. Fue mi primer maestro, con él entendí que el viaje era conocerse a sí mismo a través de la identidad”, agrega Humberto. 

Estos sonidos caribeños contrastan con otras facetas de Pernett, en un tema totalmente inesperado como “Magia Elemental” nos transporta a un mundo mágico de magos con pociones sicodélicas; y en “Cucarachas o Mariposas” se pasea entre el rock y el reggae. “Mundo” incluye una flauta china grabada por el saxofonista bogotano Iván Gareazabal. Y en esa variedad de sonidos hay una auténtica entrega en la realización, una lírica creativa y exquisita.

Esta amplitud que ofrece el más reciente álbum de Humberto Pernett se reconoce en cada uno de los cortes que lo integran: “cada canción es un universo, algunos temas los produje y los hice en Barranquilla y Puerto Colombia. Canciones 'Oh Johanna', o 'Como Lluvia Sobre el Mar' tienen ese sabor exquisito del Caribe; otros surgieron ya en la montaña, como 'Cazadora Lunar' que fue inspirada en una experiencia acá en el páramo, donde un vecino tiene en su casa la cabeza de un ocelote de la región, eso me impactó mucho y escribí ese tema. Acá detrás de las montañas de Bogotá donde nace el agua, el páramo se ha vuelto fuente de inspiración para mí, y lugares sagrados como la Laguna de Iguaque, donde dicen los Muiscas que nació la humanidad” apunta Pernett sobre el álbum que estaba destinado a publicarse a mitad de año y que a pesar de las dificultades para su presentación ante el público, se abre paso en esta multiplicidad sonora que nos deja el 2020.