Foto cortesía de Andrés Ramírez

"Mi padre era el Titán": Andrés Ramírez

Andrés, hijo Elkin Ramírez, quien por 33 años lideró la banda Kraken, compartió con nosotros algunos recuerdos de su padre. 
Martes, 30 Enero, 2018 - 09:30

Por: Mariana Vélez

A muchos, Elkin Ramírez nos dejó valiosas lecciones para la vida, su tenacidad, su perseverancia, su rebeldía y la pasión con la que llevó la bandera del rock nacional a muchos rincones del mundo hizo que el líder de Kraken se convirtiera en una leyenda. 

Además de haber sido un artista impecable y arriesgado dentro de la escena nacional, fue un excepcional padre que transfirió a su hijo Andrés Ramírez, la importancia de las artes dentro del progreso del ser humano. 

“Tenía aproximadamente 10 u 11 años, cuando me paré sólo en la mitad del Teatro Metropolitano. Creo que esa es una de las imágenes que hizo que años más tarde yo me convirtiera en actor de teatro” recuerda.

Andrés Ramírez es el más grande legado que dejó el Titán. Es actor de teatro y en la actualidad es el director artístico de Kraken, la agrupación de su padre. 

En Radiónica tuvimos la oportunidad de hablar con él acerca de la relación que tuvo con su padre y de lo que significó para él ser hijo de una figura tan importante dentro del rock latinoamericano. 
 

¿Cómo era Elkin Ramírez cómo padre?

Mi padre era un padre muy cariñoso. De hecho, siempre sentí la diferencia entre los papás de mis amigos y el mío, ellos no eran tan expresivos con sus hijos, mientras que mi padre nunca temíó decir: “hijo te amo”, “te extraño”, “te quiero”, “creo en ti”. 
Cuando se es niño, la figura del papá significa jugar, divertirse y acompañarlo a los conciertos, pero cuando eres grande, la relación trasciende y se convierte en una amistad, una compinchería y un trabajo en equipo. Tanto así, que nuestra relación 
 pasó por muchos momentos como esos; primero, ademas de enseñarme  y acompañarme, tambien me convirtió en su amigo y su colega. Llegamos a trabajar juntos. Es realmente una historia de compañerismo y de amor muy fuerte, muy grande.

¿Cómo fue la primera vez que viste a tu papá en concierto?

La primera vez que lo ví sobre el escenario yo estaba muy pequeño por lo que no recuerdo específicamente datos de ese día, sin embargo, recuerdo la anécdota de cuando estábamos grabando Kraken V en 1995; yo tenía aproximadamente 9 o 10  años y lo acompañé a Discos Fuentes a grabar.

Él en un momento se me acercó y me dijo que iban a cantar con un coro de niños, por lo que me preguntó que si yo quería cantar en él; me sorprendí porque sentía que no podía cantar, e incluso le dije: “Papá yo no canto” y él me dijo: “No, tú cantas muy bonito, yo te he escuchado”. Obviamente me había escuchado cantar porque siempre he sido fanático de los musicales y en aquella época me encerraba a ver dichas películas en mi cuarto para luego replicarlas con coreografía y todo.  

Lo hice, lo hicimos. Esa primera vez en la que cantamos juntos, ha sido el recuerdo más impactante y palpable que tengo de cuando era pequeño. Los primeros conciertos los recuerdo como un paseo, pasaba delicioso, en carretera, comiendo, cuidado por todos sus amigos quienes eran los miembros de la banda. 

¿Qué significó haber hecho parte de uno de los discos más importantes del rock colombiano como lo es el Kraken V (1995)? ¿Qué sucedió después?

Después de haber hecho la grabación de Kraken V (1995), donde yo canté en los coros de la canción ‘Símbolo de la Huella’, él me invitó a que hiciera parte del concierto que se iba a hacer en el Teatro Metropolitano en dicho año; era la primera vez que yo pisaba un teatro, la primera vez que yo me paraba frente a un montón de personas y estaba bastante entusiasmado por eso, sin embargo, no había alcanzado a dimensionar de que se trataba. Pues ese momento de mi vida sería definitivo, tan definitivo que influyó en la decisión de lo que soy hoy: actor.

Recuerdo que cuando fuimos al Teatro Metropolitano para cantar en vivo en el show que se preparó para el lanzamiento de ese álbum… mientras íbamos caminando por la parte trasera del teatro me sentí en un espacio tan grande que lo que hice fue analizar desde la parte de atrás, todo ese mar de sillas rojas que en él convivían. Ese momento, impacto muchísimo mi vida, tanto así que no tengo recuerdos del teatro lleno sino de cuando estaba vacío. Yo sentí que pertenecía a ese lugar, y creo que todo tiene que ver con esa sensación; creo que cada vez que me monto a un escenario la sensación que recuerdo, es esa que tuve cuando tenía aproximadamente 10 u 11 años, cuando me paré solo en la mitad del Teatro Metropolitano.
 

¿Cómo recuerdas al Titán?

Yo no sólo perdí a un padre, también perdí a un amigo muy entrañable que extraño cada día de mi vida. Lo recuerdo como un padre muy cariñoso que siempre me impulsó a que creyera en mí mismo, a que creyera en mi proyecto de vida, a que fuera quien yo quisiera ser y a no tener miedo a la transformación dentro de ese proceso.

 

(...) Y con su pelo en hombros
Se le escapó
Un día a toda esa opresión

Nunca nadie se sentaba
A escuchar lo que pensaba
A nadie le importó

Era amante de la vida
De la música que un día
Sus sueños despertó

Y con su pelo en hombros
Se le escapó, un día a toda...

- Fragmento de la canción, 'Todo Hombre Es Una Historia', Kraken