García Márquez y la muerte de John Lennon

García Márquez y la muerte de John Lennon

"Tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles comenzaron a cantar", escribió 'Gabo' en el El País de España, después del asesinato del músico en 1980.
Lunes, 21 Abril, 2014 - 09:15

Por: Radiónica

La de fanático de los Beatles, o por lo menos de entendedor de la importancia cultural de la banda inglesa, es una faceta no muy conocida del fallecido escritor colombiano, aunque predecible. 

Para una de las mentes más lúcidas y cultas de nuestro tiempo, un fenómeno casi global en su época como la "Beatlemania" no pudo haberle sido indiferente de ningún modo, como da cuenta en el artículo que escribió para El País el 16 de diciembre de 1980, titulado Sí, la nostalgia sigue igual que antes. 

La fiebre de los Beatles lo había agarrado años antes en México, en 1963, en plena pubertad musical de los ingleses. Lo sorprendió con el grito juvenil enloquecido de "Help, I need somebody", como también a Carlos Fuentes, su eterno amigo y lector de manuscritos, quien escuchaba a la banda de Lennon a todo volumen, como "aislado de los horrores del universo", mientras escribía sobre hojas urgentes bajo una inmensa nube de humo de cigarrillo.

En Sí, la nostalgia sigue igual que antes el creador del Macondo recuerda que un disco de la banda era la única música que tenía disponible para escuchar en un momento duro de su vida (mucho antes de publicar Cien años de soledad), junto a otro de Debussy, en su casa de San Ángel.
 
Aunque no da cuenta de fanatismo o amor incondicional por los Beatles, explica que entendió a los cuatro de Liverpool como propulsores de un nuevo contexto cultural y social; nunca como una agrupación cualquiera.
 
Sin embargo,García Márquez, hijo de Aracataca, del Caribe y el trópico, fue y será siempre más conocido por su afición desde niño a la música vallenataDespués, en sus años más duros de escritor y para toda la vida, lo sería también de la salsa y de la música clásica y barroca europea. 

De la primera, por ejemplo, contó en una entrevista de la revista El Manifiesto, a propósito del lanzamiento de Cien años de soledad, que esta era una de sus principales influencias narrativas: "(...) creo que mis influencias, sobre todo en Colombia, son extraliterarias. (...) más que cualquier otro libro, lo que me abrió los ojos fue la música, los cantos vallenatos (...) la forma como ellos contaban, como se relataba un hecho, una historia, con mucha naturalidad". 

De la segunda habla en el artículo de El País, recordando a su amigo el escritor colombiano Álvaro Mutis. En la "tonta" y supuesta lista de los mejores compositores clásicos, los de la letra b (Beethoven, Bach, etcétera), el autor de Illona llega con la lluvia incluiría a Bruckner, dice. 

El canto de los Beatles, no obstante, significó para el Nobel el comienzo de las rebeliones universitarias y la revolución sexual, del uso de "drogas para soñar" y una ruptura generacional inevitable entre padres e hijos, en algo parecida a la causada en la familia Buendía por pasiones desbordadas, los amores imposibles y la influencia gitana sobre los hijos de la paciente Úrsula y el aventurero José Arcadio.  
 



JOHN LENNON RADIONICA
Lennon y Yoko Ono. Foto: tomada de Wikimedia Commons.
 

"La apoteosis de los que nunca ganan"

Apasionado siempre por la Revolución Cubana, recordar la iniciada por los Beatles en el momento de luto colectivo por la muerte de Lennon (Mark Chapman lo asesinó el 8 de diciembre de 1980), cogió a García Márquez nostálgico y triste, pero profundamente sabio:
 
"La única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles", escribió, y "nuestro pasado personal se aleja de nosotros desde el momento en que nacemos. Pero sólo lo sentimos pasar cuando se acaba un disco".  
 
El acontecimiento fue para Gabriel García Márquez una oportunidad de hacer una reflexión sobre el mundo y de extendernos la mano para entender el suyo propio, marcado de alguna forma por las canciones que también dejaron huella en medio planeta.
 
A la vez, fue una oportunidad de darnos una visión magnifica del mundo que está afuera y que nos deja asesinatos absurdos como el del líder de Los Beatles. 
 
?Sobre Lennon, quien es protagonista de su artículo pero se oculta entre las frases magistrales del autor sobre sí mismo, sus hijos y la vida (hasta que reaparece en en el último párrafo), dice alentarse en algo por cómo la gente se conmocionó en todo el planeta frente a su asesinato, como una "apoteosis de los que nunca ganan", como una victoria a pesar de la muerte: 

"En un siglo en que los vencedores son siempre los que pegan más fuerte, los que sacan más votos, los que meten más goles, los hombres más ricos y las mujeres más bellas, es alentador la conmoción que ha causado en el mundo entero la muerte de un hombre que no había hecho nada más que cantarle al amor". 
 
Lennon, entre la letra de canciones como Elenor Rigby y Lucy In The Sky With Diamonds, se le aparece a García Márquez como "un visionario de un mundo mejor", no como un surrealista, "como le dicen a todo lo que les parece raro los malos lectores de Kafka", explica el autor de Cien años de soledad
 
Surrealismo no existe en las primeras frases de Imagine, por ejemplo, sino una visión distinta de cómo podría funcionar mejor ese mundo que solo se ocupa de los "hombres ricos", al que hace alusión García Márquez. Tampoco en Motheren el que Lennon recuerda su pasado difícil con su madre: "Madre, tu me tuviste a mi, pero yo nunca a ti", canta su letra.
 
"Su muerte absurda nos deja un mundo distinto poblado de imágenes hermosas", concluyó sin concluir, en uno de los párrafos de la mitad del artículo, García Márquez. La frase se podría decir hoy igualmente del colombiano más grande de todos los tiempos. 
 
Sí, la nostalgia sigue igual que antes, publicado dos años antes de ganarse el Nobel, es ante todo una alusión del escritor fallecido a una nostalgia que nunca se va, que nunca nos deja, pero que "el tiempo sabe acomodar donde no duele tanto", como expresa en el artículo.
 
Es la misma que dejará por siempre la muerte de John Lennon, y la del gran Gabriel García Márquez, y que será muy difícil de acomodar jamás donde no duela. 
 


García Márquez (centro). Foto: Agencia Efe. Derechos reservados.