Una cita con Andrés Calamaro

En esta charla, exploramos la historia de El Salmón, desde sus inicios como teclista hasta la actualidad.
Martes, 5 Octubre, 2021 - 08:14

Por: Álvaro González Villamarín

Una historia de un personaje que bajo la lluvía espera a otro personaje y se cansa de esperar. Esta es la historia de la canción “1.000 horas” de Los Abuelos de la Nada. Si bien, para 1988 la agrupación no existía y su integrante principal Miguel Abuelo ya no estaba en esta dimensión, fue durante diez semanas la canción más importante de Colombia en la Superestación (88.9 F.M.), a partir de ese momento y con el boom del rock en español, surge la figura de un joven cantante Andrés Calamaro

Algunas personas creyeron que ese joven había fallecido, se confundían con la partida de Miguel Abuelo. Para ese entonces, Andrés Calamaro ya había hecho parte de la primera formación de Soda Stereo, siendo muy joven hizo parte de Los Abuelos de la Nada, y ya había publicado en 1988 tres trabajos discográficos como solista.

La historia llevaría a Calamaro a España con Los Rodríguez, le daría quizá uno de los discos más importantes en Iberoamérica: Alta suciedad (1997) y le daría títulos como “El Salmón”. Para el 2021, el artista lanzó Dios los cría, hablamos con él sobre este álbum y toda su trayectoria. 

En Radionica hicimos un especial y decíamos “Dios los cría y Calamaro los Junta” está precioso este álbum. Yo creo que es una forma muy bella de celebrar tus canciones y de celebrar el continente porque es definitivamente un álbum continental...

Andrés: Hola Radiónica, querido hermano, soy Andrés Calamaro, vamos a conversar sin prisa. Primero que nada me encantaría a través tuyo mandar un abrazo, un beso fraternal a toda Colombia el respeto y el afecto y el amor que me transmite tu pueblo en todas las regiones es muy importante para cualquier cantante, personalmente para mí. Estoy en deuda conmigo mismo porque sé que en Colombia escuchan mis rolas y mis discos casi desde la época de Los Abuelos y tuve que esperar muchos años para consagrarme con giras y recitales allí.

Me siento muy recibido muy querido y muy respetado, tengo muy presente que interrumpimos el año pasado una gira que tenía que pasar por Colombia con nuestra ilusión la de siempre dicho lo cual si estamos hablando de Dios los cría y el diablo los junta, el viento los amontona. Resultó ser un disco panaméricano, continental, intenté incluso invitar algún cantante para cantar en inglés y me contacté con uno o dos, y en español por supuesto también con figuras y leyendas, héroes de la tradición, iberoamericanos digamos entonces que es eso, la "iberoatmósfera" que nos envuelve en un mismo idioma, mismas tradiciones, como antes, la guitarra de 6 cuerdas, los versos el 8 sílabas los toros y un mismo idioma. 

Cuando comentabas de la canción "Gaviotas" y presentaste a Saúl Hernández como una figura fundamental de la música en nuestro idioma, quizá para quienes vivimos en Colombia o en México sabemos de la importancia de Caifanes, Jaguares, de Saúl y hablabas incluso de tu preferencia por esta canción, creo que ese fundamento de verdad es muy emotivo y ratifica lo que hemos hablado, es un disco completamente iberoamericano, creo era un sueño hecho realidad escucharte cantar junto a Saúl...

Profesor Álvaro, muchas gracias y muy buena noticia la que me está dando. En mi bandera, estrenada el día de la bandera argentina y cantar con León Gieco que es un emblema tan importante como los colores de la bandera nuestro artista número uno de la matrix del rock.  "Gaviotas" es de mis canciones preferidas, es de aquellas que no fue afortunada en el sorteo del favor de la popularidad, pero me gusta de verdad y cantarla con León Gieco, que es como un hermano mayor para mí, o con Saúl es muy especial, porque estamos cortados con la misma tijera prácticamente.

"Gaviotas" es muy especial, la grabación en El Salmón (2000) es un poco satánica, pero muy especial para mí, siempre la consideré en el registro de "My Way" de Frank Sinatra, no sé si tiene mucha relación "Gaviotas" y una especie de candombe o no sé, psicodélico, pero oscuro. Es una versión preciosa con el trío, el toque en la guitarra del niño José, de verdad Raúl es mi héroe. Nos conocemos desde los primeros años de esta generación de rock en particular en México, a partir de la cual se empieza a hablar de un conjunto de rock latinoamericano, si es que existe, siempre acepté de los roqueros, tal vez los artistas en general, pero me consta de los músicos de rock que somos francotiradores desde donde podremos, es muy complicado poder viajar para tocar, tener el beneplácito, el honor o el privilegio de ir lejos de casa para cantar.

En mi caso particular he sufrido por varias clases de problemas: personales, políticos, sociales, económicos. El ser músico en Argentina, ser músico en Colombia es muy complicado, cualquiera lo sabe y con Saul también tenemos en común que hemos sufrido un poco. Él tuvo muchos problemas físicos para poder seguir cantando, las lesiones, los accidentes laborales, pero siempre tuvo un carisma especial y me parece que esa generación en México, como La Maldita Vecindad, Caifanes, por supuesto Soda Stereo, forman o fundan lo que hay ahora, por lo menos a según algunos documentales se menciona como rock latinoamericano. Con Saúl nos conocemos desde sus primeros toques de Caifanes y La Maldita Vecindad que viene de la cultura del chopo.

El chopo es una institución, como un gran mercadillo anarco punk de bandas underground, es el equivalente a Rock al Parque, es una institución que no depende de nadie, una verdadera organización no gubernamental qué sirve para la existencia del rock más subterráneo, el punk rock, la electrónica underground. Rock al Parque es como El Chopo en cuanto a institución en México, no sé si en otros países existe algo parecido.

Bueno y "Gaviotas" es una canción triste, pero gloriosa, o sea la música nunca puede ser triste, es más, los músicos tenemos un cerebro bastante específico, no podemos escuchar la letra cuando escuchamos una canción o una melodía porque es mucha información musical llegando al mismo tiempo.

Miramos la música, los instrumentos, cuando escuchamos un cantante percibimos, en general los oyentes dedicados a la música, los que amamos la música no siempre podemos distinguir la letra de la melodía, por eso escuchamos también la música en inglés o la música de Brasil. No nos importa si está cantada en otro idioma, ya si nos interesa vamos a estudiar esas letras, la letra es muy importante a largo plazo y "Gaviotas" es un conjunto, una grabación en sí misma, satánica de El Salmón (2000) y cantarla con Saúl fue muy bonito, estoy muy agradecido y creo que si hablamos de rock latinoamericano, más allá de qué importe o no hay que considerar esas bandas, que lo refrescaron cuesta arriba, con sacrificio y mucho trabajo en los años 80.

Creo que ver cómo tus canciones se pueden transformar aún más, en lenguajes tan hermosos de la música popular Iberoamericana, creo que aquí hay algo que has encontrado nuevamente en ellas, ¿Cómo fue ese proceso? Incluso, insisto, a mí me encanta la aproximación en ciertos casos, al bolero. Me parece sublime sin duda alguna, Andrés...

Muchas gracias, sí es muy interesante me encanta conversar de esto. También me gusta el bolero como a todos, el bolero es como el estándar americano, el equivalente a Cole Porter. En nuestro idioma un territorio en disputa entre México y el Caribe, todos conocemos el bolero, canciones de Armando Manzanero, es casi como hablar de Gardel, Javier SolísDani Santos, Rolando La Serie, como parte de la telaraña de la salsa de La Fania, que cantaron tan rico como Héctor Lavoe o Ismael Rivera, nosotros somos músicos de rock, pero versátiles. El arreglo de este disco es de una gira que hicimos que pasó por supuesto por supuesto por Colombia, giramos con el mismo trío que graba, estuvimos en Manizales, Barranquilla, Pereira, Cali y Bogotá.

Estuvimos con Martín Bruhn, un percusionista muy versátil de la provincia de Córdoba, Rodrigo de la Mora Jiménez, Toño Miguel, un contrabajista de jazz muy completo de Zaragoza, Germán, el director de este conjunto musical, del trío del arreglo de este disco, un músico de rock pero muy jazzero. El llegó al tango, escuchó "Jugar con fuego", que escribimos con Mariano Mores, hizo un arreglo entre el cable en base a ese piano. Tiene ese tipo de sensibilidad verde piano, de jazz. El disco por momentos tiene detallitos de habanera, del estadio Azteca, los acordes vienen sucios con la trampa y yo creo que llegamos al bolero por la velocidad de las cosas, ritmos que conocemos como la clave afro latina o afro cubana, el bolero es el más lento y el merengue es el extremo más rápido, el bolero es el más lento y por el medio vienen el guaguancó, la bachata, el boogaloo y todo lo que en los años 70 se conoce como salsa, la música tropical, subtropical en el caso de Argentina, las dos cosas en el caso de Colombia.

Colombia tiene tantos géneros y subgéneros musicales como paisajes, incluso el tango se lo han apropiado de la misma forma en Argentina. La cumbia tiene otro cuerpo totalmente distinto al de la cumbia colombiana, ni siquiera las cumbias en Argentina se parecen tanto que la copia del Santafesina de Los Palmeras y Leo Mattioli de Dalila tiene otro tipo de sabor más melódico más romántico con acordeones canto de otra manera y la cumbia villera la cumbia de los suburbios de Buenos Aires, más marginal, es una versión eléctrica un poco punk y reggae del sonido de Los Mirlos del Perú.

Este proyecto empezó cuando en el año 2005 hicimos un par de maquetas con Germán y una terminación del disco Romaphonic Sessions (2016), un disco de piano grabado sin estudio de grabación y sin piano, pero bueno éramos nosotros buscando un poco el sonido de las canciones, además de algunos tangos, intentábamos cantar sin la guitarra eléctrica, sin la batería, esa dinámica que era nuestra, nuestro folklore, guitarra, batería, el bajo como accesorio muy al sonido de The Rolling Stones. Cuando terminamos el disco en el tempo, es decir el tiempo de la velocidad del compás de la música, encontré que podíamos cuajarnos con lo que yo me imagino que es el bolero, una ciencia en Cuba, una ciencia diferente en México, a través de los artistas grandes que acabamos de nombrar es recordar, entonces con mucha humildad y mucho respeto, y con tres músicos muy buenos hicimos esta versión de las canciones a la velocidad del bolero. 

La canción que tiene más años es “Pasemos a otro tema” con Julieta Venegas, creo que acá se logra recapturar esa nostalgia tan bella de tu discografía de los años 80.

Yo empecé en los años 80 muy joven, era un adolescente y un aspirante a músico, en batería, en teclados, en bajo, con guitarra, con algún instrumento tenía que ocurrir. Era un buen proyecto de baterista y podría haber tocado bajo, guitarra, pero fue con los teclados, porque era muy complicado encontrar alguien con teclado al final de los años 70. Yo tenía 15 o 16 años y las probabilidades de convertirme en músico eran muy pocas en Argentina, sin embargo, me dieron la oportunidad de tocar teclado, más adelante otro tipo de proyectos. Toqué en Cabaret, en locales nocturnos, con una secta de niños de dios que leían el Antiguo Testamento, con Soda Stereo cuando no se llamaba Soda Stereo, y en ese momento fue que milagrosamente entre a tocar con Miguel Abuelo, Cachorro López, Daniel Melingo y todos Los Abuelos de la Nada, fue un milagro, probablemente un accidente, porque los otros músicos de teclado ya estarían tocando, el único que quedaba libre era yo y al año siguiente estaba tocando con Charly, que por cierto hicieron arreglos muy complicados, aprendí sobre la marcha a finales de los años 80.

Yo hacía muy pocas canciones buenas por año. Se destacan "Pasemos a otro tema" o "Señal que te he perdido", porque eran prácticamente las únicas canciones buenas que escribía. Seguramente hay un público curioso, rockero, que le gusta estudiar cómo lo somos nosotros o las capitales roqueras, como Bogotá o Cali, que cruza en la literatura con Andrés Caicedo, y Tijuana es de estas ciudades punk, roqueras, seguramente a Julieta le resulta familiar, notable es el talento que Julieta tiene para todo, tiene un talento y un carisma que lo mejora todo. 

Nosotros grabamos los instrumentos sin saber quién iba a cantar la canción, la cantante de mujer tiene un registro más normal más alto, salvo el caso del Adams, que no puede cantar cualquier cosa porque son monstruos que recuerda a Mercedes Sosa, pero Julieta tiene muchísimo talento ya nos conocíamos. Había cantado antes mis canciones, canta de una forma muy dulce y muy sexy, con un talento espectacular sabe jugar con las melodías con las armonías y quedó una versión muy bonita, una de las canciones que tocó rescatar del olvido. 

Vicente Amigo, Manolo García y Andrés Calamaro en “Para no olvidar”, esta es una canción de lágrimas sin duda alguna y yo creo que es algo muy significativo...

Sin duda sí, por lo que es Manolo García y por lo que es el maestro Vicente Amigo, también, recordar que cuando empezamos con Los Rodríguez, fue de una forma muy humilde Madrid y por aquellos años Manolo estaba totalmente consagrado como artista de El último de la fila, incluso empezó tocando batería con Los Burros. Me parece, en Barcelona, estaba totalmente consagrado en los años 80 por la seriedad, por la calidad poética y artística que tiene, la pureza como persona, como artista plástico incluso. Manolo García es purísimo diría Joaquín Sabina y es muy difícil de encontrar para un disco, es esta persona que no atiende el teléfono, que no contesta un correo electrónico jamás, que están en la suya y es un privilegio haber juntado para esta canción a estos dos maestros.

Vicente Amigo, si procede recordarlo, vale la pena, es un top 3 de los guitarristas del mundo entero, probablemente estamos hablando del mejor guitarrista del mundo, lo demuestra. Además cantamos muy cuajado, muy arrebujado, muy bien, en una consonancia muy buena con Manolo, queda muy bien cantarla juntos por la mitad de la canción entra la guitarra flamenca, entran las palmas y el cajón del piraña también, son príncipes elegidos entre la aristocracia del arte el arte andaluz universal que conocemos como los palos del flamenco.

Muy especial para no olvidar, nunca fue una de las canciones que suenan en la radio como sencillo, no es un éxito nunca tuvo video, cuando grabamos Palabras más, palabras menos (1995), nuestro primer disco que grabamos en unos estudios muy peculiares, en Andalucía. En aquel momento se intentó triunfar con "Milonga Del Marinero Y El Capitán", con el reggae antiprohibicionista, que aquí no podemos hacerlo, después con el punk rock Palabras más, palabras menos y finalmente el disco cuajó con "Mucho mejor (hace calor)", nadie pensó que "Para no olvidar" iba a ser una canción tan importante, que se disfruta muchísimo en los conciertos, no es fácil de cantar ni tocar pero la gente que viene a los conciertos la disfruta muchísimo. La canta gente de todas las edades y además es la elegida por las mejores hinchadas en los mejores estadios de fútbol, en Chile independiente Racing, San Lorenzo en Buenos Aires, así que la cantan, adaptan la letra para el adversario.

Pasó un poco como el caso de "Paloma". Son canciones elegidas por el público, demuestran que las canciones nacen en cuanto encuentran oídos que las quieren escuchar y es el caso de "Para no olvidar" y el caso de Dios los cría (2021), estas versiones exquisitas, ahora excepcionales por quienes las cantan, Julio Iglesias, Rafael Alejandro, el parche colombiano, los maestros mexicanos, de Montevideo Fernando Cabrera, el gran León Gieco, Vicentico, una serie de cantantes contando Madrid que honra muchísimo este repertorio. Agradezco eso con mayor humildad.

Colombia te quiero, te quiero más, soy Andrés Calamaro.