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El cannabis medicinal, una alternativa necesaria

Desde el 2017 el mercado del cannabis medicinal se encuentra permitido en Colombia. Te contamos qué ha pasado en Colombia en lo que respecta a este tema.
Jueves, 2 Mayo, 2024 - 04:03

Por: Maria Alejandra Beltrán López

Desde hace más de 300 años se viene hablando de los beneficios que tiene el cannabis para el tratamiento de algunas enfermedades, sin embargo, separar esta conversación del uso recreacional ha sido muy complejo, particularmente a la hora de lograr una ley que beneficie la practica medicinal. 

En punto de partida hablamos con Pablo Zuleta, Coordinador de psicoactivos en la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes sobre el proceso que sigue viviendo el cannabis medicinal desde la academia, el proceso legal que atraviesa en Colombia y lo beneficios que presenta en algunos casos relacionados a la salud. 

¿Cuál es la diferencia entre los términos cannabis y marihuana?

El cannabis se refiere a la planta en general y la planta tiene una historia complejísima. Hay unas referencias importantes de 13 subespecies existentes, previo al desarrollo del mercado y la producción industrial o controlada de la planta. 

Hoy en día tenemos muchas más variedades a las anteriormente conocidas. Estaba la sativa, la índica,  la ruderalis; hoy en día existen una gran cantidad de tipos de plantas llamadas híbridos que son ampliamente complejos. La planta como tal, en general, también tiene unos beneficios para otro tipo de mercados, como el de cuerdas de textiles, de aceites, de alimentos que están bastante mimetizados con el boom del uso medicinal y con el del uso de la legalización o de la discriminación para el uso adulto o el uso recreativo.El cannabis en general implica todo el contexto de la planta, todos los usos potenciales.

El uso propio directo de la marihuana, se refiere al uso de la flor hembra para embriagarse. Esto también tiene una historia compleja en términos del desarrollo de mejores tipos de muestra con contenidos con cierto tipo de aumento de riesgos como tales y otros que no. 

Cuando uno habla del uso medicinal del cannabis, uno habla específicamente del uso de ciertos componentes del cannabis que tienen unos beneficios medicinales.

La otra discusión es, ¿cuál es la presentación para ese uso medicinal? Y esa presentación hoy en día va desde la flor misma que estamos hablando con unas características de desarrollo específico y con unos controles específicos para que la flor tenga nivel farmacéutico, aceites,  cierto tipo de gotas desarrolladas que tienen moléculas específicas o de grupo de moléculas específicas que están indicadas para cierto tipo de patologías o de trastornos que se han venido identificando.

En principio hablar de la marihuana es hablar de la flor hembra que, en cierto tipo de movimientos, se ve cosechar y eso es lo que usa como marihuana y cuando uno usa marihuana en términos generales es que la persona quiere embriagarse, o sea, quiere tener un periodo de tiempo de una embriaguez que le produce cierto tipo de agrado como en contextos de fiesta, de relajación, de observación de distinto tipo de actividades artísticas o no artísticas, pero ese es el uso propio de la marihuana. 

¿Desde hace cuánto tiempo se empieza a hablar del cannabis medicinal desde la medicina y la academia?

Es un tema complejo en términos de decir desde cuándo se habla porque la nueva ola o la discusión moderna que lleva a los procesos de legalización y descriminalización del uso del cannabis como medicina, podemos decir que empiezan la década de los 90 de forma digamos continua desde entonces, desde que en California se empezó a abrir el espacio legal de poder usar cannabis medicinal. 

Sin embargo, si uno hace una revisión más pormenorizada de lo que ha sido el uso medicinal del cannabis, hay un periodo de tiempo importante en México, a finales del siglo XIX con el advenimiento de la vinculación de grupos médicos a la llegada del cannabis como tal a las costas mexicanas, que fue hace mucho tiempo.

Hay digamos unos vacíos de información que tenemos, pero el comercio entre la India, la China y México, incluso la nueva España, antes de la independencia mexicana, había comercio del uso del cannabis. Hay que entender que el uso del cannabis para esa época empieza a fumarse gracias al conocimiento que se tiene el tabaco porque el cannabis antes del descubrimiento de América no se fumaba, se usaba como medicina, se usaba el hachís como parte de los usos orales y también con cierto tipo de mezclas con la flor misma.

Volviendo al punto de esta ola actual, viene fuertemente de los 90 aunque hay también unas referencias de usos medicinales con autorizaciones legales de uso medicinal desde los años 70 en los Estados Unidos. 

Con la academia vinculada directamente, a partir de la década de los 90 con una fuerza importante que se da en California pero tiene mayores desarrollos posteriores con la vinculación de otros estados norteamericanos, con el estado de Washington, con el estado de Colorado, pero también con un desarrollo importante en otros países, principalmente en Israel y en Holanda. Uno puede hacer un seguimiento de las publicaciones de ese entonces y ver cómo ha ido creciendo esa idea de del uso medicinal del cannabis como tal.

¿El uso del cannabis medicinal puede llegar a ser la puerta de entrada para el uso de otro tipo de drogas o puede generar alguna adicción?

No, de ninguna manera. Hay un tema que es importante aclarar, el cannabis medicinal que nosotros conocemos en este tiempo creció gracias al uso medicinal de la flor del cannabis, me refiero al uso de la marihuana como medicina. 

Hay un desarrollo de medicina antropológica bastante complejo y es que la gente acude al uso de la marihuana como medicina porque hay una relación de un intermediario del mercado que es el grupo médico que conoce los usos medicinales o los observa y empieza a adecuarlos, pero para eso se requirió en su momento que hubiera un volumen relativamente importante de médicos que generaban los procesos de formulación o de recomendación, pero esos usos están centrados directamente al alivio de cierto tipo de síntomas. 

Una de las cosas que es importante entender es que la marihuana en general a la gente no le gusta, hay un tema que a veces se desconoce alrededor del asunto y es que en el curso de vida, cuando uno ve las encuestas que se han hecho en el país y en otros países de 100 personas de la población, alrededor de 14 prueba en la marihuana en la vida y que la gente quiera repetir el uso, o sea, después de una vez en la vida que uno reporte uso en el último año cae de 10 personas que lo usaron alrededor de 2 lo vuelven a repetir, es decir, a la mayoría la gente no le gusta la experiencia a la marihuana como tal.

En el caso de cuando uno descubre un uso medicinal, solamente genera adherencia cuando la gente siente un alivio, no cuando genera desagrado y en ese sentido la adherencia a los tratamientos que hemos observado en general, dentro de los estudios de salud pública existe un sostenimiento de mantenimiento del uso en la medida que el reporte es adecuado, el reporte de alivio está presente y no por el contrario. 

¿Para qué pacientes o para qué tipo de dolores puede llegar a ser funcional el cannabis medicinal?

Podríamos afirmar sin ningún tipo de inconvenientes que hoy en día se usa mucho para el dolor. En cierto tipo de indicaciones también a personas que están cursando, por ejemplo con algún tipo de cáncer, no porque vaya a resolver el cáncer sino porque además de aliviar el dolor, la incomodidad, ayuda al sueño como también ayuda a tolerar cierto tipo de aspectos de los tratamientos propios para el cáncer.

También es muy funcional para aquellas personas que viviendo con VIH han desarrollado SIDA, éstas podrían tener beneficios específicos para esos dos elementos. De igual forma, para dolores articulares crónicos ha mostrado algunos beneficios, presentación para estos dolores van desde el uso propio de la flor, hasta el uso de aceites para vapear, como también gotas de uso oral y también usos locales de cierto tipo de ungüentos que, de acuerdo a los componentes que presenta, tienen alguna buena absorción y buen efecto en las articulaciones. También se utiliza para el parkinson, el apoyo en la esquizofrenia y la esclerosis múltiple, el glaucoma, entro otros. 

Legalmente qué ha pasado en Colombia en lo que respecta al cannabis medicinal, ¿qué permite y qué no la ley en su uso?

La ley colombiana de cannabis medicinal fue una ley mal diseñada y su reglamentación también. El primer aspecto que quiero resaltar es que el cannabis medicinal que había sido exitoso como industria y como vínculos de apoyo en general para los pacientes se había basado en el comercio de la flor para uso medicinal y en la ley colombiana prohibieron el uso de la flor. 

Tenían en las expectativas inicialmente que íbamos a desarrollar unos muy buenos aceites, muy buenas destilaciones, muy buenos cambios que podrían llegar a tener productos finales, pero Colombia nunca estuvo preparada para desarrollar técnicamente esos aceites, tuvimos inconvenientes en una sobredimensión de las ventajas ambientales y geográficas que tenemos para producir el cannabis, posiblemente venidas de ese mito de que en Colombia se producía la mejor marihuana del mundo, pero desgraciadamente no es así. 

Nosotros tenemos un problema en términos de producción de cannabis diferente a otros lugares. Si bien tenemos 12 horas de luz prácticamente todo el año, esas 12 horas de luz no son de alto lumen porque nosotros somos un país de alta nubosidad y para producir un buen cannabis se necesita una alta dosis de lumen para poder llegar a producir lo que se tenía como expectativa heredada de la información proveniente del hemisferio norte. Ahí se generaron unas expectativas y unas inversiones sobre unas bases no tan ciertas que llevaron de alguna manera a la quiebra de la mayoría de las empresas de producción de cannabis medicinal.

Se generaron unos cuellos de botella complicados, el primero fue que no se pudo comercializar la flor, ni siquiera en exportación durante un periodo de tiempo muy largo. Segundo, no estábamos preparados para el desarrollo de la tecnología para producir aceites, además las flores son el producto fundamental y tenían que tener todos los contextos de control para mostrar que la flor cumplía los requisitos para hacer flores farmacéuticas.

La gente consideró que no era necesario generar un control muy fuerte sobre la flor porque finalmente se van a producir aceites y lo que terminó pasando es que no se pudieron producir los aceites de forma adecuada para poder llegar al mercado internacional y generar exportaciones. Muy pocas empresas lograron exportar aceites.

Durante el gobierno Duque se logró, después de mucho tiempo, de muchos trabajos en distintos niveles de gestiones que se dieran cuenta en ese momento de la importancia de la exportación de la flor para reactivar el negocio. Pero, no permitió el desarrollo del uso de la flor como medicina en el territorio colombiano, entonces eso facilitó que algunas empresas lograran exportar la flor por encima de la exportación del aceite, así este le fuera a representar un mejor beneficio económico porque era un producto terminado y con un valor agregado pero la tecnología y el desarrollo de información no era lo suficiente para producir los aceites.

Cuando se empezó a permitir la exportación de la flor algunas empresas habían logrado tener exportaciones adecuadas. Sin embargo, quiero advertir que a pesar de eso, las exportaciones son bajísimas para la inversión general. El último dato que yo tengo es que las exportaciones llegan alrededor de 12 millones de dólares en total, sumado todos los tipos de exportación, no solamente estamos hablando de flores o aceites, si no estamos hablando de distinto tipo de elementos asociados al cannabis.