Takuma Sato y Rolando Coronado. Foto de: Prensa Andretti Autosport.

El otro colombiano que también ganó las 500 millas de Indianápolis

Hablamos con Rolando Coronado, el bogotano jefe de mecánicos del actual equipo ganador de la carrera más importante de la Indycar.
Miércoles, 28 Junio, 2017 - 09:02

Por: Juan Pablo Coronado Alvarado

Una de las carreras emblemáticas del automovilismo mundial por excelencia es las 500 Millas de Indianápolis. En el último tiempo, varios pilotos colombianos han participado en ella, pero la de este año en particular tiene un sabor diferente y especial. ¿El ganador? Takuma Sato, del equipo Andretti Autosport. ¿Lo especial?, su jefe de mecánicos es colombiano: Rolando Coronado.

El carro 26 de Sato cruzó la línea de meta en el primer lugar de esta mítica carrera. Paradójicamente, el mismo que usó el piloto colombiano Carlos Muñoz el año pasado y en el cual obtuvo el segundo lugar. Con 47 años de edad, Coronado lleva en USA 26 años trabajando fuertemente. Estudió en Colombia enfocado en la mecánica, y en Estados Unidos estudió mecánica automotriz.

Luego de trabajar como mecánico en carros particulares, en concesionarios y talleres tradicionales, una ventana se abrió. Y este bogotano que vive en Indianápolis la supo aprovechar para llegar, quedarse y consolidarse en uno de los equipos más poderosos del automovilismo norteamericano: el Andretti Autosport. Radiónica habló con Rolando acerca de su experiencia en Norteamérica y, por supuesto, de su brillante victoria como jefe de mecánicos, de una de las más exigentes pruebas automovilísticas a nivel mundial. 


Foto de: Prensa Andretti Autosport

¿Cómo inició su carrera profesional y cómo dio con uno de los más fuertes equipos del automovilismo norteamericano?

Yo empecé en Tocancipá, en Briceño, y afortunadamente tuve la oportunidad de venir a EEUU a estudiar inglés con una visa de estudiante, y al cabo de unos años, tratando de ingresar al gremio automovilístico encontré un trabajo con una categoría que se llama Barber Dodge donde corrieron algunos colombianos y ahí fue donde di mis primeros pasos en el automovilismo deportivo americano y gracias a Dios el piloto con el que yo trabajé, Jeff Simmons, ganó el campeonato y fue contratado por Team Kool Green, equipo de Darío franchitti cuando Montoya estaba con Ganassi, y desafortunadamente después de trabajar un año con Simmons la categoría Indy Lights quebró por primera vez y tuve la oportunidad de pasar a trabajar en el carro de Darío. Ya llevo 17 años con ellos

¿Cómo es un día de trabajo cualquiera?

Es un poquito pesada. Hay algunos días que son más fáciles que otros, pero generalmente tenemos dos prácticas al día. Tenemos que llegar a la pista entre 5 y 6 de la mañana, tener el carro listo para la primera práctica 9 ó 10 de la mañana, corremos hora y media y luego tenemos unas dos o 3 horas de descanso. La segunda práctica es mas o menos a las 4 de la tarde y de ahí tenemos que trabajar en el carro hasta ponerlo a punto para el siguiente día y de acuerdo a lo que los ingenieros quieran cambiar. Si estamos de buenas, salimos de la pista a las 6-7 de la noche, pero generalmente entre 8 y 10 de la noche es una hora habitual de salir de la pista. Si el carro se llega a estrellar ahí sí la cosa se pone difícil y generalmente tenemos que trabajar hasta altas horas de la noche o a veces hasta la madrugada del día siguiente.

¿Qué significó esta victoria en las 500 millas para usted?

Definitivamente fue una experiencia inolvidable. Con Carlos Muñoz terminamos 2 veces en el segundo lugar y es un trago amargo cuando uno tiene un carro para ganar y no se da la victoria. Afortunadamente este año con Sato se nos dieron las cosas, es la carrera más importante que se corre en el automovilismo norteamericano y le ha dado mucho auge al equipo: hemos ganado tres de las últimas 4 carreras de las 500 millas y Andretti tiene unos carros muy sólidos. Todavía estoy feliz, no se me va a quitar por lo menos por otro año. Fue una carrera muy interesante para nosotros: El carro no estaba ciento por ciento durante el 80 por ciento de la carrera y decidimos hacer unos cambios de aerodinámica en las últimas 50 vueltas y fue una decisión que le ayudó a Sato a obtener la victoria.

¿Cómo son las jornadas en la zona de pits?

Son intensas. Ponemos aproximadamente 18 galones y medio de gasolina, cambiamos 4 llantas y generalmente se hacen ajustes de alerones de aerodinámica delanteros y traseros en aproximadamente entre 7 y 9 segundos. Es una parte muy emocionante de la carrera; tener la responsabilidad de que el carro salga a tiempo, de que uno no cometa ningún error. Nosotros hemos hecho unas pruebas en las cuales un segundo de demora en las 500 millas equivale a la recta de la pista, así que las paradas de pits en las 500 millas especialmente, en Texas también, son críticas. Perder medio segundo es perder 200, 300 metros.

¿En qué momento se encuentra el automovilismo colombiano?

Está en una posición en cuanto a la cantidad de pilotos colombianos compitiendo en el exterior. Tenemos pilotos en Europa, en Norteamerica, pienso que nunca se había visto como se vio hace 2 años, 5 pilotos compitiendo en las 500 millas. La parte más difícil para el automovilismo colombiano es la parte económica definitivamente y especialmente cuando los pilotos que genera el país que son muy buenos tratan de sacar dinero del país: el cambio de nuestra moneda desafortunadamente no es conveniente para ninguno de los pilotos que lo quieren hacer. Pienso que el automovilismo colombiano puede en este momento construir un buen futuro. El auge que ha tomado este deporte en Colombia desde que nuestros pilotos tienen éxito en el exterior ha sido muy positivo. Juan Pablo Montoya abrió las puertas para el automovilismo colombiano; ha sido y es todavía un excelente piloto.

¿Qué tan lejos estamos de tener un piloto colombiano en la Fórmula 1?

La parte más difícil de llevar uno de los pilotos colombianos a la formula 1 es el aspecto económico. Hoy en día el talento no es suficiente. Nunca se había visto que un piloto de la F1 tuviera que traer dinero y hoy en día estamos viendo que el 40 ó 50% de esos pilotos está pagando para correr por esos equipos. Veo las posibilidades, en un futuro no muy lejano, de que Colombia empiece a llevar carros deportivos de alta categoría a Suramérica como en una época se corrió. Si nosotros pudiéramos orientar nuestra juventud hacia el automovilismo ayudaría mucho. Desafortunadamente en nuestro país si no es futbol o ciclismo es bastante difícil.