‘La guerra de los mundos’, el día que una emisión de radio desató el pánico | Foto del New York Time y Bridgeman Images

‘La guerra de los mundos’, el día en que una emisión de radio desató el pánico

La adaptación radiofónica, narrada por Orson Welles el 30 de octubre de 1938, es la transmisión de radio más recordada de todos los tiempos. 
Martes, 13 Febrero, 2024 - 10:55

Por: Cristian Galicia

La adaptación radiofónica de La guerra de los mundos, narrada por Orson Welles el 30 de octubre de 1938 en su programa The Mercury Theatre on the Air, es uno de los eventos más famosos en la historia de los medios de comunicación y, sin dudarlo, la transmisión de radio más recordada de todos los tiempos. 

Esta dramatización, adaptada por Howard Koch de la novela homónima de H. G. Wells, fue una hazaña innovadora que provocó una respuesta extraordinaria en su audiencia y dejó una huella indeleble en la cultura popular.

En la década de 1930, la radio era un medio de comunicación poderoso, dominante y una parte integral de la vida cotidiana de los estadounidenses. Antes de la llegada de la televisión, la radio era la principal forma de entretenimiento y de obtener noticias e información para millones de personas en todo el mundo.

Tenía una amplia audiencia y un alcance masivo. Era una forma de comunicación directa y accesible que llegaba a los hogares de la mayoría de la población, tanto en áreas urbanas como rurales. La radio era asequible y fácil de usar, y se convirtió en una parte integral de la vida cotidiana de las personas.

Además, contaba con un poder único para crear imágenes mentales vívidas y transportar a los oyentes a lugares lejanos a través del sonido. Las emisoras de radio transmitían una amplia gama de programas, incluyendo música, dramas, comedias, noticias, programas educativos y mucho más. Los programas de radio eran a menudo en vivo y contaban con actores, músicos y narradores que proporcionaban entretenimiento directamente a los hogares de los oyentes.

En ese contexto, existía el programa The Mercury Theatre on the Air, dirigido por Orson Welles, el cual ya había ganado notoriedad por sus dramatizaciones innovadoras y creativas. Por eso, con el día de Halloween acercándose, Welles y su equipo idearon una adaptación especial que se destacara.

Orson Welles y su equipo trabajaron en la adaptación durante semanas, enfocándose en hacerla lo más realista y convincente posible. Utilizaron un formato de boletín de noticias para presentar la historia, lo que agregó autenticidad y aumentó la sensación de urgencia. Además, se incorporaron efectos de sonido realistas y actuaciones creíbles para crear una atmósfera de tensión y miedo.

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El 30 de octubre a las 8 p. m. hora del este, la transmisión comenzó con el propio Welles presentando el drama y aclarando que se trataba de una obra de ficción. Pero los oyentes que sintonizaron tarde se perdieron su descargo de responsabilidad, mientras que algunos de los que lo escucharon no prestaron realmente atención a lo que estaba diciendo, o simplemente lo olvidaron a medida que avanzaba el drama.

La emisión inició como un programa de radio estándar, pero pronto fue interrumpida por boletines de noticias que informaban sobre extrañas explosiones de gas y la caída de meteoritos en Nueva Jersey.

A medida que la narrativa avanzaba, la invasión marciana se desarrollaba con mayor intensidad, causando caos y pánico en todo el país. Muchos radioescuchas creyeron que lo que estaban escuchando era un informe genuino de una invasión extraterrestre.

El pánico se extendió rápidamente entre la audiencia que sintonizaban el programa. Hubo informes de personas que huían de sus hogares, llamadas de emergencia a la policía y congestión del tráfico en algunas áreas. Muchos se escondieron en sótanos y refugios, temiendo lo peor.

Aunque algunas personas reconocieron que se trataba de una dramatización, otros entraron en pánico genuino, convencidos de que estaban siendo testigos de un evento real y catastrófico.

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A medida que la noticia se propagaba y se comprendía la verdadera naturaleza del programa, las emociones se calmaron, pero el evento dejó una impresión duradera en la psique colectiva de la sociedad estadounidense.

La transmisión dominó los titulares de los periódicos del día siguiente y muchos periodistas extrapolaron relatos anecdóticos para hacer afirmaciones radicales sobre quienes habían sido presa del pánico. Esto ayudó a solidificar la impresión de que el programa de Welles había creado histeria.

La transmisión de La guerra de los mundos generó un intenso debate sobre la responsabilidad de los medios de comunicación y la influencia de la radio en la sociedad.

Si bien algunos críticos cuestionaron la ética de la dramatización, otros elogiaron su ingenio y su capacidad para cautivar a la audiencia. El evento incrementó la reputación de Orson Welles como un innovador audaz. 

Escucha la transmisión aquí:

Qué pasó con Orson Welles

En un episodio de 1955 de una serie de la BBC llamada Orson Welles's Sketch Book, el actor aseguró "Hicimos todo eso con mucho cuidado y reproducimos exactamente lo que habría sucedido. Pensando en hacer que todo fuera más efectivo. Pero no teníamos idea de cuán efectivo sería".

Luego diría “Como a mitad del espectáculo mientras seguíamos con el guión que teníamos delante, vimos que en la sala de control había muchísimos policías, y cada momento más. No tenía idea de que de repente me había convertido en una especie de evento nacional".

Después del incidente de La guerra de los mundos, Orson Welles continuó su carrera en el mundo del entretenimiento, pero el episodio marcó un hito significativo en su carrera y en la historia de los medios de comunicación.

A pesar de las controversias generadas por la dramatización radiofónica, el incidente también ayudó a consolidar la carrera de Welles como un innovador en los medios de comunicación y como "un maestro en la manipulación de la narrativa".

Así fue que aprovechó la atención que recibió por la dramatización para impulsar su carrera en Hollywood. En el ámbito cinematográfico, Welles alcanzó la fama con su primer largometraje, El ciudadano Kane (1941), que es considerado uno de los mayores logros en la historia del cine.

A pesar de sus éxitos iniciales, Welles tuvo una carrera tumultuosa, marcada por conflictos con estudios de cine y luchas financieras que limitaron su capacidad para realizar proyectos de la magnitud de El ciudadano Kane.

Sin embargo, aquel evento radial nunca lo dejó y lo marcó para siempre, como reveló él mismo para la BBC, cuando se le preguntó sobre la transmisión posteriormente. El narrador hizo una gran afirmación sobre el impacto duradero que tuvo su programa en la formación de la opinión pública y contó cómo, unos años más tarde, se supo que Japón había lanzado un ataque sorpresa contra la base estadounidense en Pearl Harbor durante una actuación patriótica que estaba dando por radio.

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"Estaba en medio de algún himno de alabanza a los campos de maíz estadounidenses o algo así", relató, "cuando de repente, un caballero entró corriendo en el estudio de radio, levantó la mano y dijo: 'Interrumpimos esta transmisión. Quiero traerles un anuncio: Pearl Harbor acaba de ser atacado'. Y, por supuesto, nadie en Estados Unidos creyó esta noticia tan seria y terrible. No durante horas, nadie en Estados Unidos, porque todos decían: 'Bueno, ahí va otra vez, de verdad, bastante de mal gusto, fue gracioso una vez, pero no la segunda". 

A lo largo de su carrera, Welles continuó innovando en el cine y el teatro, aunque también experimentó altibajos y enfrentó desafíos financieros. A pesar de ello, su legado como uno de los grandes talentos creativos del siglo XX está firmemente establecido, y su influencia en la cultura popular y en la forma en que se cuenta la historia en los medios de comunicación perdura hasta el día de hoy.

La guerra de los mundos aún hoy en día sigue siendo recordado como un momento icónico en la historia de los medios de comunicación. La adaptación radiofónica de Orson Welles es un testimonio perdurable del poder de la narrativa y la influencia de los medios de comunicación en la percepción de la realidad. Aunque fue una dramatización ficticia, su impacto duradero destaca la importancia de la responsabilidad y la ética en la creación de contenido mediático.