De censuras, prohibiciones y otros enemigos del rock
Hace una semana escribía en este mismo espacio la importancia que debe recuperar el rock para ser una tribuna de los cambios políticos y sociales del país y el mundo. Pero cuando uno habla de rock, debe recordar que muchas veces su caminos no fueron fáciles. Hace una semana también el mundo del rock en Colombia entraba en una gran discusión alrededor de su festival mas importante. Discusión que implicó que se hablara de conceptos como libertad de expresión, política, orden público y censura. En este espacio me interesa hablar de algunos de eso conceptos, sin meterme en las vueltas eternas de los nombres propios, que a veces de tanto repetirse impiden ver el panorama completo.
Nunca aquellos que le han puesto palos en la rueda al rock, han aceptado la palabra 'censura'. Hay miles de ejemplos: El primero que se me viene a la cabeza es cuando las organizaciones ultra conservadoras de los años cincuenta en Estados Unidos quemaban los discos de Elvis Presley en nombre de las buenas costumbres. En esos mismos años la policía prohibía las fiestas de rock and roll por considerarlas peligrosas, aunque la verdadera razón era porque el espacio permitía que blancos y negros se encontraran en el baile, cuando las leyes racistas de la época no lo permitían.
Tampoco se hablaba de censura cuando en 1977 en el Reino Unido se prohibió que sonara en cualquier emisora la canción God Save The Queen de los Sex Pistols, por considerarla irrespetuosa con Su Majestad, de la misma forma que se le prohibió a la banda tocar en suelo británico. (Lo cual generó que tocarán en el rio Támesis, donde la policía finalmente llegó a callarlos).
En Latinoamérica hay varios casos pero uno de los que mas se recuerda es el del rock argentino entre los años 76 y 82, en donde la junta militar de la época manejaba una lista de radiodifusión para ver cuales canciones podían sonar en radio y cuales no, basado exclusivamente en razones totalmente subjetivas de parte de los militares encargados, defendiendo supuestamente los intereses del pueblo.
Y los ejemplos siguen. Tal vez el mas sonado en los últimos años sea el ocurrido en Rusia cuando tres de las integrantes del grupo femenino de punk Pussy Riot fueron apresadas y condenadas a dos años de cárcel por vandalismo después de hacer un performance frente a la catedral de la iglesia ortodoxa en Moscú.
Y finalmente, tampoco se hablo de censura en Colombia cuando en un hecho sin precedentes en el festival más grande del país, se deciden cancelar invitaciones teniendo en cuenta opiniones políticas de terceros, de empresarios que parecen con el suficiente poder de hacer cambiar de opinión a toda una entidad con un par de opiniones en las redes sociales.
Es muy grave si se decide cancelar un acto de música, sea cual sea, por razones ideológicas. En todos los años que llevo yendo a Rock Al Parque, he tenido la oportunidad de ver bandas posicionadas en los distintas orillas ideológicas, con discursos y/o letras a favor o en contra de distintos estamentos políticos, religiosos y sociales. Pero siempre teniendo a la música como elemento fundamental para las bandas y el público.
Y si es grave cancelar cualquier acto artístico por temas ideológicos, es igual de grave que se haga en nombre de la seguridad y el orden público. Es obvio que en cualquier festival musical a gran nivel, la seguridad de todos los asistentes es lo más importante; pero lo que se debe buscar son formas de garantizar la seguridad de todo el público presente, antes de asumir con rapidez que la única solución posible es cancelar el acto. Tener un precedente de ese tipo da pie a que todos los festivales que se hacen en la ciudad puedan cancelarse bajo esa premisa.
El rock debe seguir siendo una tribuna de diálogo. Cualquier idea debe ser respetada sobre todo si el discurso esta contado desde lo artístico. En el momento que otros intereses primen por encima de eso, estamos abriendo una puerta que difícilmente podamos cerrar. Queda en manos de los encargados de tomar decisiones que esto no sea así. Para que nunca mas pensemos en nuestra escena musical y la palabra ‘censura’ pase por nuestra cabeza.