Vogue

Vogue a la colombiana: símbolo de resistencia

Piisciiss, Neni Nova y Axid defienden sus derechos a través del baile.
Jueves, 1 Julio, 2021 - 07:00

Por: Lorena Rojas Sarmiento

A comienzos de la década de 1960, las drag queens afroamericanas se reunían en salones de baile para expresar, a través del arte y del cuerpo, las injusticias que usualmente vivían en las calles de Nueva York. En estas congregaciones, que hacían parte de la cultura ball de Harlem, tenían también la tradición de criticar la forma de actuar de los altos cargos, como era el caso del gobierno y la realeza. En un comienzo se le llamaba presentación, después pasó a ser performance y con el paso de los años se le denominó vogue. 

Si bien no se sabe a ciencia cierta el momento exacto en el que se originó el voguing o la práctica del vogue, entre los primeros acercamientos está el del actor de drag estadounidense, Paris Dupree, quien imitó la pose de una portada de una revista al compás de la música. Otras teorías le apuntan a que el baile comenzó entre los reclusos gays negros de la Isla de Rikers, con el fin de llamar la atención de otros hombres. Lo cierto es que en la actualidad se sigue practicando en la cultura ball LGBTIQ+ y principalmente en los clubes de diversas ciudades como Nueva York y París. 

Sobre la historia del vogue en Colombia se conoce muy poco. Uno de los primeros referentes es el colectivo House of Tupamaras, que en 2017 presentó el primer ball party de vogue en Bogotá. Si bien ha sido practicado desde hace años, recientemente acaparó los titulares de diversos medios de comunicación gracias a Piisciiss, Neni Nova y Axid, tres activistas no binarias que se tomaron las calles de Bogotá para utilizar el vogue como símbolo de resistencia. 

Piisciiss, bailarina y activista, se encontró con expresiones artísticas cercanas al vogue en 2012 en una academia. Pero fue hasta que viajó a Argentina cuando se encontró con un mundo totalmente diverso en el que entendió el vogue como un movimiento, después viajó a Brasil en el 2015 y en este lugar se topó con la cultura ballroom.

La escena ballroom es un espacio seguro y de escape, existe desde el siglo XlX cuando se celebraban eventos con máscaras a los que se le denominaban “drags”. Con el tiempo se convirtió en un lugar de esparcimiento para la comunidad negra y latina LGBT+ de Nueva York. Lo que permite el ballroom es la libre expresión de las personas que se sienten rechazadas y marginadas en la sociedad heteronormativa. 

“Para mí fue empoderante, liberador y reconfortante, encontrar ese espacio y ver que realmente lo que somos, lo que expresamos y lo que queremos compartir es validado respetado y celebrado”, dice Piisciiss, quien continúa en una investigación constante de estas expresiones artísticas; añade también que “en la sociedad colombiana no tenemos muchos referentes de personas homosexuales, bisexuales, lesbianas, transexuales y al no tener un referente, no te enteras de este movimiento de toda esta cultura que también es tuya, que te pertenece”. 

Por esta razón, para Piisciiss es importante difundir el ballroom, el vogue y las expresiones artísticas LGBT+, y para hacerlo se le ocurrió la idea de hacer un video en Transmilenio para compartir, visibilizar y expresar su cultura, además de otros factores como “tomarnos el espacio público, apropiarnos de ese espacio que también nos pertenece, el mismo en el que muchas veces somos rechazades, violentades y nos excluyen por ser diversos”. 

Para esto, contactó a Neni Nova y Axid a quienes les pidió estar como figuras femeninas para hacer un performance de vogue fem, una de las corrientes del vogue que está enfocada en movimientos femeninos exagerados influenciados por el ballet, el jazz y la danza moderna. Las activistas además decidieron hacerlo al ritmo de guaracha, por su connotación social y porque a nivel internacional es representativa de Colombia. 

Además del video que grabaron en Transmilenio, Piisciiss, Neni Nova y Axid fueron las caras visibles LGBT+ y de la lucha de muchas personas frente al ESMAD el pasado 28 de abril, durante el Paro Nacional en Colombia en contra de la Reforma Tributaria. 

“Fue un momento muy mágico, muy fuerte, un momento de total impacto porque no esperábamos que pasara, no planeamos estar frente al ESMAD bailando”, Piisciiss

Primero con el video del Transmilenio y luego con el video del Paro Nacional, una vez más las activistas se habían vuelto virales, pero a diferencia de su primera aparición, esta vez el mensaje había quedado claro: el vogue más allá de ser un baile que se ha practicado durante décadas, es un símbolo de lucha, de resistencia, es una forma de alzar la voz por aquellos que ya no pueden hacerlo, por las minorías, por quienes durante años han sido segregados. 

“Cuando nos vieron las personas dijeron que paradas y que valientes, y sí, somos paradas y somos valientes, pero por otra parte no puedo creer que yo en tacones, mostrando pezón a medio vestir haya estado allá enfrente del ESMAD. Se necesita un cambio y por medio del arte, por medio de la danza, por medio de la expresión, lo podemos lograr” reflexiona Piisciiss después de ver los videos del pasado 28 de abril. 

Vogue a la colombiana:

Entre las cosas que más se destacan de la presentación de las tres activistas está el género musical que utilizan durante su performance: la guaracha, si bien, decidieron utilizarla por su connotación social y cultural, para el día del Paro Nacional 28A, hicieron una canción desde cero que hablara sobre la situación de Colombia.

“Para crear la canción le escribí a DjDayvi el creador de la famosa canción “Baila conmigo” y muy amablemente aceptó mi propuesta, él hizo la melodía, yo hice la letra y edición, y mi amiga, también cantante, Rosli fue la intérprete. Tres artistas colombianos y comprometidos con el cambio social”, dice Piisciiss

Más allá de una moda:

Con las apariciones de Piisciiss, Neni Nova y Axid, el interés por practicar el vogue se incrementó, aunque las activistas están de acuerdo con que cualquiera puede practicar el voguing, también hay diversas formas de apoyar a la comunidad. Si una persona toma la decisión de practicar este arte, de adoptar esta apropiación cultural, también debe creer y luchar por los ideales que hay detrás.

Por ejemplo, Axid dicta clases de voguing para, además de explicar su contexto, recaudar fondos para la Casa Trans, un espacio que está siendo invisibilizado actualmente y que además fue desalojado, esta es una forma de contribuir con la ayuda que recibió Axid por parte de este lugar. 

Actualmente la Red Comunitaria Trans necesita apoyo con diversas donaciones, debido a que no cuenta con apoyo de un ente gubernamental por lo que no tienen fondos para suplir sus necesidades. Además, este es un espacio que no solamente ha acogido a hombres y mujeres trans, sino a cualquier persona que lo necesite desde hace nueve años. 

Además del apoyo a la Red Comunitaria Trans, para Piisciiss es importante crear espacios donde se pueda hablar sobre género e identidad sexual con normalidad, pero esta construcción social tiene la base en el hogar, “Si tú que eres una persona heterosexual cisgenero y está a favor de las luchas LGBT+, vibras con esa misma sintonía de cambio, de lucha, que mejor forma de hablarle a tus hijos y a tus familiares sobre lo LGBT+, sobre los diversos géneros."

Entre los años 1960 y 1980 las casas comenzaron a tomar una mayor popularidad principalmente en las personas LGBT+, negras y latinas de Harlem, se realizaban una serie de competencias y los concursantes trans, gays y queer competían por el trofeo para defender la reputación de sus casas. Actualmente se siguen desarrollando algunas de estas competiciones. 

Los nombres de las casas eran adoptados en honor a reconocidas casas de moda de Milán y París, los competidores utilizaban el nombre de estas casas como su apellido durante la competencia, claros ejemplos son Tamiyah Mugler, Asia Balenciaga, Dashaun Lanvin, y Cesar Valentino

Pero, además de las competencias y del homenaje a la moda, estas casas funcionan también como un refugio, un espacio seguro en el que se crean lazos familiares. Las madres o padres de estos lugares se hacían cargo de aquellos que eran socialmente marginados por razones de género, sexualidad o raza. 

En tiempos de caos, Piisciiss y Axid comparten un mensaje de amor y lucha tanto para quienes se identifican como LGBT+ . Axid dijo: “Resistan todo tipo en todo ámbito, en todo, no solamente en este Para Nacional, sino en sus vidas. Resistan por su felicidad, por lo que les hace bien, por lo que les hace felices. Yo he sido reprimida mucho tiempo y este es mi mensaje, lucha por lo que amas, por lo que quiere ser, por su esencia, que nunca se dejen opacar de nadie como en este caso es el gobierno o en sus vidas”.

Mientras que para Piisciiss es importante que “no se quedan callados, no dejen que su voz sea silenciada y no sólo hablo de la voz física, sino de la voz de su corazón, la voz de sus pensamientos, todos sabemos qué es realmente lo correcto y lo sentimos, pero no dejemos que el miedo nos domine. Somos muy grandes y muy poderosos, podemos hacer grandes cambios. A la comunidad LGBT+ no se escondan, no tengan más miedo, digan basta, porque nosotros no merecemos sobrevivir merecemos vivir una vida digna plena y con todos los derechos que tenemos como seres humanos que somos”.

Piisciiss, Neni Nova y Axid, tres activistas LGBT+ demostraron una vez más que el cambio es posible a través del arte, que históricamente muchas de las luchas, en este caso a las que se ha enfrentado el vogue, han sido retratadas a través del arte y la cultura y que siempre será una forma de seguir en pie, de luchar, de resistir y que también deben verse como un acto político.