Recomendaciones sobre los hábitos alimenticios en el aislamiento

Laura Manotas desde Barranquilla nos ofrece algunas recomendaciones para optimizar nuestra vida diaria desde la alimentación.
Jueves, 30 Abril, 2020 - 01:16

Por: Adriana Díaz

La pérdida de la rutina ha ocasionado que replanteemos los itinerarios en el aislamiento, modificando no solo los espacios y modos para la creación de relaciones interpersonales y las prácticas del día a día, sino que ha propiciado la alteración los hábitos alimenticios, lo que podría ocasionar en un mediano plazo desordenes nutricionales de complejo tratamiento.  

La ansiedad ha sido una reacción bastante común en medio del contexto social actual, la nutricionista Laura Manotas, desde Barranquilla, comenta: “es muy común que estos cuadros de ansiedad se vean reflejados principalmente en el ámbito alimenticio, ya que regularmente es con la comida con que drenamos, la mayoría de las veces nuestros estados de angustia y estrés, aumentando el consumo de comidas en cuanto a frecuencia, cantidades y preparaciones de los mismos. Casi siempre son preparaciones más densas a nivel calórico, la frecuencia de consumo aumenta y aparece el llamado ‘picoteo’ en el día, y las cantidades son mayores, de manera consciente o no a las que normalmente podemos consumir en un día rutinario común y corriente”.      

Es común en la actualidad el trastorno alimenticio, que puede manifestarse a causa de la variación de las cantidades consumidas o la alteración de los horarios. El apetito desenfrenado “Se caracteriza por comer en exceso, quien la padece llega a prometer que dejará de hacerlo. No obstante, siente una compulsión tan fuerte que no le impide resistir la necesidad y continúa haciéndolo. Esto es más común de lo que las personas piensan, de hecho, hay muchísimos casos sin tratamiento porque no han sido clínicamente diagnosticados por ser considerado dentro del ámbito social y familiar como ‘normal’” puntualiza la nutricionista.

En el otro extremo se encuentra la reducción en cantidad y calidad. La nutrición en tiempos de escasez es uno de los problemas deben gestionar los gobiernos, no solo en Colombia, sino el mundo. Sin embargo Colombia tiene cifras importantes de desnutrición en menores y población vulnerable en distintos departamentos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha alertado a los países para que la medidas en torno a la pandemia no solo se enfoquen en contener el virus, sino en reforzar los servicios vitales y se mencionó las acciones sociales en pro de la nutrición de los niños, niñas, adolescentes y madres gestantes. Alcaldes y fundaciones en el país se han encargado de mitigar con medidas paliativas esta carencia de alimentos.

Respecto a los niños o jóvenes en casa, además de la nutrición es improtante tener en cuenta la actividad física, la especialista destaca que “se deben aprovechar espacios de pausas activas en los menores, dentro de la realización de sus deberes escolares, y posterior a terminarlos. Aprovechar espacios físicos del hogar como escaleras, balcones o terrazas para la promoción de la actividad física y brindarles un espacio distinto al de su rutina en estos días de confinamiento. Es importante conservar tiempos de comida y mantener los horarios habituales de su escolaridad." Para el caso de los adultos mayores, es vital el manejo y garantía de consumo de todos los nutrientes en su ingesta de alimentos: "carbohidratos o harinas, proteínas y grasas saludables, para el sostenimiento de su óptimo estado nutricional y su fortalecimiento inmune, y dedicar a ellos por lo menos un tiempo de 20-30 minutos para incentivarlos a la realización de cualquier actividad física dentro del hogar”.

La implementación de todas estas recomendaciones podría redirigir los malos hábitos que puedan estar adquiriéndose durante la cuarentena. Precisamente debido a estos cambios, se producen alteraciones en el estado de ánimo, por ello la especialista barranquillera recomienda reducir el consumo de alimentos hipercalóricos en estos días (dulces, postres, chocolates, productos de pastelería y panadería en general, frituras y demás), ya que por lo general nuestro cuerpo no es capaz de utilizar y gastar toda la energía que estos nos aportan, esto nos lleva a almacenar más porcentaje de grasa o células adiposas, y es allí donde el inconformismo con el físico y los cambios aparecen, conduciéndonos a manejar estados de ánimos cambiantes y generalmente muy bajos. 

Además de tratar de mantener una rutina similar a la que veníamos manteniendo previa al aislamiento, la especialista, Laura Manotas ofrece algunas recomendaciones para optimizar nuestra vida diaria:

1. La inclusión de alimentos que contengan fitonutrientes, sustancias químicas de las plantas que inhiben a nivel celular la inflamación y tienen efecto terapéutico en las enfermedades. Fuentes de fitonutrientes importantes se encuentran en alimentos como la zanahoria, el mango, la ahuyama (ricos en betacarotenos), tomate (rico en licopeno), hojas de té y almendras, cacao, uvas (ricos de taninos), café (rico en alcaloides), cebolla, cebollín, puerro y ajo (ricos en compuestos azufrados); aceites vegetales, frutos secos, vegetales de hojas verdes, cereales integrales (ricos en tocoferoles).

2. Evitar restricciones excesivas, como disminución de consumo de proteínas o micronutrientes como vitaminas y minerales necesarios para nuestro equilibrio corporal.

3. Consumir frutas y verduras, ya que no solo proveen vitaminas y minerales, sino fibra y fitonutrientes, nuestros aliados anti inflamatorios.

4. No caer en pánico abusando de suplementos.

5. Dormir, el sueño beneficia no solo la salud mental, sino física e inmune.

6. Evitar el estrés, porque trae consigo un efecto negativo en nuestra inmunidad.

7. Practica de actividad física.

En conclusión, todo cambio que surja en los hábitos de consumo de alimentos afecta directamente la realización de actividades cotidianas, ya que de la alimentación depende el aporte de energía y nutrientes al cuerpo.