A propósito del 420 ¿Cómo va la regulación de la marihuana en Suramérica?

A propósito del 420 ¿Cómo va la regulación de la marihuana en Suramérica?

El mercado alrededor del Cannabis crece cada año. Hacemos un recorrido por las legislaciones que rigen en esta parte del continente.
Martes, 20 Abril, 2021 - 03:42

Por: Radiónica

El 2021 se proyecta como un año de crecimiento para el universo cannábico, gracias a que en los últimos años se ha visto una desestigmatización del uso de esta planta. La razón: por un lado están las múltiples bondades que el cannabis otorga, como su uso medicinal o su uso para la manufactura de fibras y tejidos. Y por el otro es un negocio muy lucrativo. Según el informe Global Cannabis Report: 2020 Industry Outlook de New Frontier Data, la proyección del mercado legal de cannabis es de $150.000 millones de dólares. Por su parte, la empresa Muisca Capital Group, afirma que el mercado muestra una tendencias de crecimiento y para el 2024 se estima que deje unos 100.000 millones de dólares

A la par de esto, distintas legislaciones alrededor del mundo se han vuelto más flexibles respecto al uso de esta planta. Además, el debate de su regulación para uso recreativo cada vez toma más fuerza y se está dando en los hogares de la ciudadanía y en las salas de los congresos. Pero esto trae varios retos y debates respecto al uso responsable y ético del cannabis y si su regulación está más ligada a una lógicas de mercado que a unas presiones contra culturales. 

Afortunadamente existen casos como el de Holanda, Canadá y algunos Estados de EEUU donde el uso de esta sustancia se ha venido regulando desde hace años, y poco a poco se han ido aprendiendo varias lecciones de qué se debe y qué no se debe hacer cuando hablamos del consumo de cannabis. 

Hace pocos días se registró el primer envío de THC legal de Colombia a Estados Unidos, lo cual muestra que al parecer más temprano que tarde la marihuana formará parte de nuestra cotidianidad. Por eso es importante tener herramientas que permitan llevar este debate con la seriedad que exige. 

Así que, en el marco del 420, repasamos la situación legal del cannabis en los países de Sudamérica, para entender mejor cómo avanza este tema en la región. 

Colombia

Desde 1994 está despenalizado el uso y posesión de marihuana siempre y cuando este no exceda la dosis mínima establecida en 2012 que es de 20 gramos. El autocultivo también es permitido, cada persona puede tener hasta 20 plantas que deben ser usadas para uso personal. La producción y venta de marihuana están penadas por la ley y puede generar una sentencia de hasta 20 años. 

En el 2015 se legalizó por completo la marihuana para uso medicinal en el país y se puede cultivar grandes cantidades siempre y cuando se tenga una licencia del Ministerio de Salud y del Ministerio de Justicia, estas pueden tardar entre 6 y 8 meses y tienen un costo de 30 millones de pesos. 

En 2018 cambió el enfoque progresista de Colombia cuando se decretó que la policía puede decomisar la dosis mínima, lo cual algunos sectores calificaron como un retroceso a la legislación que es considerada una de las más vanguardistas de Latinoamérica. En 2020 la Comisión Primera del Senado aprobó en primer debate la Ley de Regulación de la Marihuana Recreativa en Colombia y ahora está pendiente un segundo debate. 

Ecuador

En Ecuador desde 2013 no está penalizado el consumo y una personas puede tener un máximo de 10 gramos para su uso personal. El cultivo de cannabis psicoactivo y la venta son ilegales y están penadas por la ley, pero desde junio de 2020 se aprobó el uso de cannabis medicinal. Actualmente hay regulaciones para la siembra de cannabis no psicoactivo o que solo tenga 1% de THC. El Ministerio de Agricultura de Ecuador otorga licencia para plantar mínimo 5 hectáreas a campo abierto y 2 hectáreas en invernadero. 

Brasil

Se cree que el cannabis fue introducido en Brasil hacia principios de 1800, aunque no se sabe con certeza de quién lo hizo. Hay quienes argumentan que fue introducido por esclavizados proveniente de África, otros apuntan a los colonos portugueses ya fuera con objetivos recreativos o para sacar fibra de cáñamo. Ya en el siglo XIX, los colonos culparon a la marihuana de la baja productividad de los esclavizados y, en 1830, Río de Janeiro se convirtió en el primer lugar del mundo en poner condenas a quienes la consumieran. Claramente los castigos recaían en su mayoría sobre los afrobrasileños. Con el tiempo Brasil se convertiría en un país clave para la prohibición a nivel mundial. 

Los esfuerzos por la legalización del cannabis en Brasil ganó fuerza en las décadas de 1980 y 1990, con el apoyo de artistas y políticos como Fernando Gabeira y Carlos Minc -que intentó implementar el cultivo del cáñamo con fines industriales.

Hoy en día el cannabis en Brasil es ilegal, pero desde 2006 se despenalizó el uso personal y desde entonces no se castiga con cárcel sino que se dan advertencias sobre sus efectos, se presta servicio comunitario o se toman medidas educativas. Incluso en 2014 tuvo lugar un precedente legal en el que la prohibición de la marihuana se consideró inconstitucional y desde 2015  La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) empezó a contemplar la importación de productos a base de CBD con prescripción médica. Esto último contó con la aprobación en 2019, pero si bien  el reglamento regula la venta de medicamentos a base de cannabis, la autorización para permitir a las empresas el cultivo de la planta quedó en el limbo.

En Brasil, estas transformaciones están muy ligadas al gobierno de turno. El líder de extrema derecha y presidente del país, Jair Bolsonaro, está en contra de la reforma de la marihuana y, en el pasado, ha afirmado su intención de introducir políticas antidroga más represivas.

Venezuela

Venezuela es uno de los países más estrictos respecto a la legislación sobre el uso de marihuana. Todo consumo está prohibido y no existe una dosis mínima. Pero desde 2010, si una persona es capturada con un mínimo de 20 gramos no se la encarcela sino que se le aplican las denominadas “medidas de seguridad social”, lo que significa que esta deberá entrar en un programa de rehabilitación, prestar servicio comunitario y luego será sometida a vigilancia y controles por parte de los órganos jurídicos. 

Uruguay 

En el año 2012, los titulares de los principales medios anunciaban que Uruguay había presentado un proyecto de ley que apuntaba a legalizar la marihuana y con esto permitir las ventas controladas por el Estado controlando delitos relacionados con drogas. Bastó solo un año para que el país celebrara la aprobación de la llamada Ley de la Marihuana convirtiéndose en el primer país del mundo en legalizar la venta y la producción de la misma. 

El ex presidente José Mujica anunció la política como una estrategia para "arrebatarle el mercado al narcotráfico" y como una medida para aumentar la seguridad pública. Hoy por hoy existen tres vías para acceder al cannabis de forma legal: cultivo doméstico, ser miembro de un club de cannabis o la compra en una farmacia registrada. 

Chile 

En el 2018, La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) declaró a Chile como el tercer país en todo el mundo que consume más marihuana. Un dato no menor si se tiene en cuenta que en el año  2015 la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que despenaliza el cultivo de marihuana y también su consumo privado, con fines espirituales, medicinales y recreativos. Ese proyecto aprobó la despenalización del autocultivo de 6 plantas máximo y la tenencia de cannabis para consumo privado en mayores de edad (10 gramos máximo), además de la regularización de su uso para fines terapéuticos.

Antes de este hecho el Instituto de Salud Pública ya había autorizado la importación y administración de medicamentos en base a cannabis y permitido el consumo personal de marihuana de manera espontánea y privada. 

Bolivia: 

En Bolivia el consumo de marihuana en cualquier caso es ilegal y la persecución es fuerte. Ahora, según investigaciones periodísticas hasta un centenar de pacientes con enfermedades del sistema nervioso y otras enfermedades graves o crónicas están acudiendo a la marihuana medicinal, aunque de forma clandestina lo que los termina poniendo en riesgo. 

Ligado a esto, también han surgido varias páginas en Facebook de agrupaciones que promocionan y hablan de los posibles beneficios del Cannabis para la salud, así como asociaciones de pacientes o simplemente personas que tienen un interés en este tipo de medicinas. En mercados populares, como el de Cancha en la ciudad Cochabamba, se consiguen pomadas a base de marihuana e incluso aceite para fines medicinales.

Algunos investigadores y abogados de ese país ven dentro de la constitución algunos artículos que les pueden ayudar a flexibilizar dicha reglamentación y establecer un marco regulatorio para el uso de marihuana medicinal. Estos estarían relacionados con el respeto a los derechos humanos y el derecho a la salud

En definitiva, el panorama boliviano es muy distinto al de varios de sus países vecinos, pero poco a poco se ha creado una cultura alrededor de la marihuana, aunque más a niveles individuales y regionales. 

Argentina 

En el 2017, en Argentina, se aprobó una ley que autorizaba el uso medicinal de aceites de cannabis; sin embargo, la prohibición del cultivo de la planta y de la tenencia de semillas en forma particular o grupal aún estaba prohibida. 

El año pasado se aceptó el decreto que autoriza la venta en farmacias de aceites y cremas producidas a partir del cannabis y el cultivo personal y en red para los usuarios, investigadores y pacientes que se registren en el Programa Nacional de Cannabis. El uso recreativo aún es penalizado. 

Perú 

“Un departamento convertido en laboratorio clandestino de marihuana fue intervenido esta madrugada por efectivos de la Policía Nacional en San Miguel”, así informaban los medios de comunicación peruanos en el año 2017 un suceso que pasó de ser noticia cualquiera a convertirse en la semilla que dio lugar a un debate sobre la legalización del cannabis medicinal. 

Tras la intervención en ese apartamento, muchas madres salieron a decir que esas plantas eran las medicinas que estaban curando las enfermedades de sus hijos. Esa discusión abrió la trocha hacia la legalización del cultivo, transporte y venta de cannabis medicinal que se dio en el año 2019. 

Paraguay

Hacia el año 2016, la BBC de Londres nombraba a Paraguay como el mayor productor de marihuana de Sudamérica y en uno de los mayores distribuidores del mundo. 

El año pasado, según la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), en este país se cultivaban entre 5.000 y 8.000 hectáreas de cannabis, una producción ilegal que vincula a unas 20.000 personas en uno de los territorios más desiguales del mundo, con casi un 40 por ciento de su población en la pobreza. Estamos hablando de unos 700 millones de dólares por año que, por lo demás, ha convertido a su la frontera con Brasil en una de las más letales del mundo. 

En 1988, la ley paraguaya eximió de sanción a quienes poseyeran un máximo de 10 gramos de marihuana para consumo personal. En diciembre de 2014 hubo un proyecto de ley para despenalizar la posesión y uso de marihuana y la posesión de no más de 30 plantas.Y a principios de 2015, el senador Blas Llano, manifestó su apoyo a la legalización, convirtiéndolo en el político paraguayo de más alto rango en hacerlo hasta ese momento. 

Ya en 2020, el Congreso de ese país sancionó el proyecto de ley que despenaliza el uso medicinal de la marihuana, autorizando incluso el cultivo personal, con la condición de que su portador tenga un certificado médico que lo autorice. Aquí fue clave el senador Patrick Kemper, uno de los impulsores del proyecto. Ya el país otorgó las primeras licencias para la producción y distribución de cannabis medicinal a más de doce farmacéuticas que recibieron licencias para importar semillas para el cultivo de la planta. Queda la duda sobre su estrategia de cara al cultivo ilegal. 

México

Sumamos a este país a la lista por su impacto en la región. En 1920, se prohibió en México la producción, la venta y el uso recreativo del cannabis. Algunos años más tarde, en 1927, se prohibió también la exportación de la planta. Hoy este país se ha convertido en uno de los países con mayor producción y exportación a nivel mundial. 

Son muchos los debates que se han dado alrededor de la marihuana en ese país. Aquí algunos precedentes: 2008, el entonces senador René Arce Islas presentó una iniciativa de ley para regular el mercado de la cannabis que no llegó a ningùn lado. En 2009 se promulgó una ley que permitía la posesión para uso personal de cinco gramos de cannabis como máximo. En 2015, la menor Graciela Elizalde, diagnosticada con el síndrome de Lennox Gastaut, tuvo el primer permiso en la historia de México​ para importar y utilizar un aceite de cannabis rico en cannabidiol para tratar las más de 400 convulsiones que presentaba al día. 

Esto sentó un precedente muy importante para que en 2016, sin esperar la aprobación por parte de la Cámara de Diputados y con la presión ejercida por los productores y vendedores de marihuana medicinal o cannabis, el senado aprobara la prescripción médica de algunos de los derivados de la planta. Y en 2017, se modificó la constitución para ampliar los derechos para el uso de la planta y sus derivados con fines terapéuticos.

Con esto, el camino de la legalización tomó otro rumbo: en 2019 se declaró inconstitucional la prohibición del uso recreativo de la planta y a finales de 2020 el senado aprobó un proyecto para su regulación. Esto debe ser ratificado antes del 30 de abril de este año con lo que quedaría ya una  legislación que regula el consumo, cultivo y comercio de marihuana con fines recreativos en todo el territorio. México se convertirá en el tercer país de América en legalizar la marihuana, junto con Canadá y Uruguay. La iniciativa permite fumar marihuana en casa sin presencia de menores, portar hasta 28 gramos, poseer hasta ocho plantas por domicilio y crear asociaciones de fumadores con un máximo de 50 plantas.