Surfeando por un mejor futuro en el Chocó
Cuando Ryan Butta llegó a las playas de Nuquí no podía creer lo que veían sus ojos. Este australiano, que visitó el Chocó para ver ballenas, no solo quedó impresionado con la belleza del Pacífico colombiano, sino con los niños que se adentraban al mar para surfear las olas sobre las tablas de sus camas y las puertas de sus casas. Conmovido y motivado decidió ayudar gestionar la donación de varias tablas y sin proponérselo, en ese momento, ayudó a impulsar este deporte en el departamento.
El surf es un deporte milenario cuyos orígenes se remontan a los primeros habitantes de la Polinesia. Pero los primeros registros que se tienen en occidente de este, datan del Siglo XVIII, cuando el capitán inglés James Cook llegó a Tahití. Luego, a través de los argonautas polinesios, el surf llegó a Hawai y allá empezó a tomar la forma que tiene hoy.
Sin embargo para 1900, muy pocas personas practicaban el deporte, que incluso estuvo al borde desaparecer. Todo cambió en los años 20 cuando el nadador olímpico Duke Kahanamoku, empezó a alternar las competencias con exhibiciones de surf. Para los 30 esta disciplina empezó a tomar fuerza y en los 50 tuvo su época de mayor expansión por el mundo.
Ahora, en los Juegos Olímpicos de Tokio se vio por primera vez una competencia de surf y gracias a su exigencia, disciplina y su relación con el medio ambiente, es un deporte que se practica en cualquier rincón del planeta donde haya buenas olas.
En el Chocó se puede decir que el surf tuvo dos momentos históricos. Desde hace varias décadas, los jóvenes de las playas del pacífico se han adentrado de forma intuitiva a explorar y jugar en el mar y durante los 80 y 90, hubo un impulso empírico muy similar al surf. Pero ya en los dosmiles, gracias a la llegada de turistas extranjeros a estas playas, los jóvenes del Chocó pudieron empezar a conocer y entender de qué se trataba esta disciplina.
La novedad de ver a estas personas sobre las olas en sus tablas despertó la curiosidad de muchas personas y en 2012, los hermanos Néstor y Dionisio Tello, fundaron el primer club de surf en el municipio de Termales. Ellos aprendieron usando las tablas del hotel en donde trabajaban y, gracias a este club, más jóvenes de la zona pudieron empezar a aprender a surfear.
Luego de esa primera donación de tablas que hizo Ryan Butta, él siguió pensando en esta región y en los jóvenes ávidos de aprender y en 2016 constituyó formalmente la Fundación Buen Punto, que junto con otras fundaciones como Mano Cambiada de Josefina Klinger y el apoyo de entidades públicas como la Cancillería, comenzó a trabajar para desarrollar el deporte en la región. Pero no solo con fines recreativos sino con la intención de cambiar la realidad de estos jóvenes y darles formación en valores que los ayuden a ser mejores ciudadanos y a buscar alternativas para su futuro.
Lucas Marroquín, representante de la Fundación Buen Punto, opina que el surf ha sido una herramienta muy importante para llegarle a la comunidad porque es un deporte que exige mucha disciplina y paciencia. Además cuenta que el impacto ha sido tan grande en la región,ya que muchos jóvenes tienen como ídolos a los surfistas profesionales y sueñan con alcanzar esos niveles.
De hecho, el deporte ha crecido exponencialmente en la región a tal forma que en 2017 se creó la Liga de Surf del Chocó, que actualmente cuenta con 7 clubes, donde se han formado atletas como Santiago Mosquera, quien en 2018 compitió en el Mundial de Surf celebrado en California.
Estos logros se han dado en parte al apoyo de fundaciones como Buen Punto, que no solo han contribuido con donaciones, sino que han ayudado a que los surfistas chocoanos puedan viajar a entrar en centros de alto rendimiento de países como Australia y Estados Unidos. También, varias veces al año se organizan talleres y campamentos de formación no solo enfocados en el deporte, sino en entrenamiento y juzgamiento. Y actualmente el programa se está expandiendo para a nuevos deportes como el rugby y a nuevas comunidades como los pueblos Embera del departamento, que también están empezando a generar interés por el surf.
Durante el 2020, a pesar de la pandemia, cuando bajaron las restricciones, la liga de Chocó fue la primera en activarse con un torneo en el que se conformó la selección de surf del departamento.
Pero a pesar del crecimiento exponencial que ha tenido el surf en pocos años, todavía hay un gran camino por recorrer porque en el departamento de Chocó hay muchos problemas relacionados por el abandono estatal y la violencia. En este territorio hacen presencia todos los actores armados del conflicto y constantemente hay combates, hostigamientos, asesinatos de líderes sociales y amenazas. A parte, es difícil la movilización y los vuelos son muy costosos, lo cual también lo convierte en un territorio muy aislado.
Pero sin duda lo más importante de este deporte es el cambio que está logrando en los jóvenes de la región. En una entrevista con Tribuna Radiónica, Katherine Sutton, presidenta de la Liga de Surf del Chocó, comentó que para los jóvenes del departamento: “el surf se ha convertido en un mapa de ruta”, y afirma que muchos de ellos se han convertido en agentes de cambio para sus comunidades. A parte, el hecho de que este deporte depende del mar, hace que la gente cuide más las playas, por lo que también tiene un impacto ecológico positivo.
Si bien el surf no solucionará los problemas estructurales y sistemáticos del Chocó, es un alivio para una juventud con pocas oportunidades, que va cambiando su presente y su futuro una ola a la vez.