Foto tomada de Antena 3

[Reseña] La Casa de Papel: cómo conseguir 2.400 millones de euros sin robárselos a nadie

La serie española ha demostrado que la ingeniosa producción audiovisual que sale del país ibérico vive en la actualidad un momento de gloria. Hoy se estrena su segunda parte en Netflix; por eso nos aventuramos a contarles 'de qué va' La Casa de Papel (2017).
Viernes, 6 Abril, 2018 - 02:00

Por: Camila Rivas Estrada

Imagínense el atraco más ingenioso y meticuloso de la historia. Un atraco tan ingenioso en el que se tienen contemplados todos los escenarios posibles de formas que probablemente les quiten la respiración. Así podríamos intentar definir La Casa de Papel (2017), una serie española creada por el productor y guionista de Vis a Vis (2015), Álex Pina, quien produjo uno de los programas de televisión más vistos del último año.

Popularizada mundialmente por la plataforma de streaming Nextflix, la serie fue producida por Atresmedia en colaboración con Vancouver Producciones y se emitió en el canal de televisión ibérico Antena 3. En ella se cuenta la historia de un grupo de 8 atracadores con diferentes 'talentos' que son reclutados por una mente maestra, quien ha pensando durante años cómo atracar La Casa de la Moneda y Timbre de España (el lugar donde se imprimen los billetes). 

Aunque en primera instancia esta parece ser otra historia tipo heist o de atraco, La Casa de Papel (2017) logra de manera ingeniosa presentar un robo pensado cuidadosamente en el que como es usual en este tipo de narraciones, el espectador atraviesa la línea moral y se 'pasa' al bando de los villanos cruzando los dedos para que se salgan con la suya.

Lo interesante no son necesariamente los inesperados giros narrativos, pues sabemos de antemano que en este género es casi una obligación contar con este tipo de cambios abruptos en la historia, aunque esto sucede de manera efectiva e ingeniosa en la serie. Lo realmente destacable de esta producción, y la razón por la que creo que esta serie ha enganchado a millones de personas en el mundo, son sus personajes.

Complejos, diversos, crípticos, humanos y carismáticos, personajes a los que amamos y odiamos a lo largo de los 22 capítulos que la componen, en España fueron 15 pero con una duración más extensa, Netflix los reeditó.

Comencemos por los papeles femeninos, en primera instancia se encuentra Tokio (Úrsula Corberó), una femme fatale contemporánea; una mujer que resulta suprepamente odiosa y quien es la encargada de narrar la serie. La verdad es que la premisa de este personaje es que todo lo que toca lo destruye y es así, pero es esto precisamente lo que hace que uno la ame o la odie con todas sus fuerzas. Complicada, ambigua, explosiva e impaciente; Tokio es la bomba de tiempo que hace tic tac permanentemente y que nos mantiene en vilo por horas. Ella nos presenta un guiño claro a uno de los personajes más recordados del cine, a la Matilda de Natalie Portman en El Profesional (1994).

A Tokio la acompaña el rol de Nairobi (Alba Flores) la 'heroína' de los villanos, quien en medio de cierta pasividad se convierte en el engranaje que hace que el caos funcione de alguna manera. Una madre desesperanzada y feroz que nos devuelve la fe cuando la estamos perdiendo.

Algo muy similar sucede con la inspectora Raquel Murillo (Itziar Ituño), a quien la toma de La Casa de la Moneda y Timbre de España con 67 rehenes a bordo, le cambia la vida tanto como a los ladrones. Su personaje muestra una faceta muy real de las mujeres de hoy, valientes, sí, pero tan fuertes como frágiles. 

También hay que hablar de los antihéroes de la historia: Berlín (Pedro Alonso) y El Profesor (Álvaro Morte), las cabezas del atraco, que desde dos perspectivas opuestas -una que raya con lo psicótico y frío, y otra en la que la inteligencia e ingenio abruman por completo-, resultan igual de carismáticos, por eso mismo son la columna vertebral de la historia.

A ellos los acompañan Moscú (Paco Tous), Río (Miguel Herrán), Denver (Jaime Lorente), Helsinki (Darko Peric) y Oslo (Roberto García), cuyas personalidades hacen que lo que parece un robo de dimensiones astronómicas, sea un laboratorio social que nos permite entender la complejidad de los seres humanos y cómo nos relacionamos los unos con los otros. Nuestros dolores, nuestros amores, nuestras motivaciones y ese deseo instintivo de sobrevivir. 

El ejercicio de darles a los ladrones identidades casi anónimas que sólo están detrás del nombre de una ciudad del mundo está claramente inspirado en la ópera prima de Quentin Tarantino, Perros de Reserva (1992) en donde el cineasta plantea un escenario similar en el que el anonimato de los 6 protagonistas se encuentra etiquetado con colores.

El robo no es un atraco cualquiera, es también un ejercicio de resistencia, de rebeldía y de transgresión frente al sistema, e invita a cuestionarse:¿por qué crear dinero violando las estructuras y usando la maquinaria del poder económico y llevárselo sin que nadie sepa cómo, no es un escenario igual de indigno ante los ojos de la sociedad, la misma que permite que a los bancos les lleguen millones cada año sin preguntarle a los ciudadanos cuándo y cómo?

Lo cierto es que las reflexiones sociales, morales y emocionales que plantea La Casa de Papel (2017) son fascinantes y hacen de esta una serie imperdible, de esas que no se puede quedar en la lista de pendientes mucho tiempo y que seguro los pondrá a cantar el conocido himno partisano italiano de los grupos resistentes contra el fascismo durante la segunda guerra mundial, Bella Ciao

¡Véanla y nos cuentan qué les parece!

"O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao
E quest'è il fiore del partigiano
Morto per la libertà"