
Una radio hecha desde los barrios
¿Cuál es el panorama y cuáles son los retos de la radio comunitaria en Medellín? Radiónica se sumerge en el universo de la radio comunitaria en la capital de Antioquia
La radio, ese teatro de la imaginación, durante mucho tiempo había sido casi inalcanzable para el ciudadano de a pie, siempre la ha escuchado y ha buscado imaginarse qué hay detrás de ella, pero difícilmente había podido pasar a estar al otro lado. Por décadas las figuras de radio eran celebridades dignas de un jet set, pero con el paso del tiempo y la llegada de tecnologías como internet ahora todos pueden hacer radio, y esa es una gran noticia, porque así todos podemos tener voz en ese gran espectro, por lo menos desde lo virtual. Pero hay que decir que, el primer paso para incluir a los ciudadanos desde sus casas y sus cuadras se dio desde la llamada radio comunitaria.
¿Y qué es la radio comunitaria? Formalmente, podríamos decir que es una de las modalidades que, desde la ley colombiana, existen para operar una emisora, estando esta enfocada en ser un canal de comunicación desde y para la misma comunidad, lo cual quiere decir que son ellos mismos quienes crean sus propios contenidos.
La radio comunitaria está presente en casi todas las regiones de Colombia. Desde los pueblos más pequeños hasta las grandes ciudades cuentan con una o incluso varias emisoras comunitarias, en las que, en el caso de las grandes ciudades, están focalizadas por sectores para cumplir su misión de ser un canal para la comunidad desde la que se origina. Medellín es uno de estos casos, en el que existen 3 emisoras comunitarias en la señal FM, ubicadas todas en diversos sectores de la ciudad y que son administradas por la misma comunidad a través de corporaciones formadas por gestores de cada sector. Pero, ¿cómo es la radio comunitaria en una ciudad tan urbanizada como Medellín?
Para hablar de radio comunitaria primero hay que entender que ellos prefieren identificarse como procesos de comunicación desde las comunidades que usan la radio como canal de difusión. Marta Isabel Gómez de La Esquina Radio, emisora comunitaria que emite para la zona centro de la ciudad, identifica su proyecto como “un proceso de comunicación para recuperar el poder de la palabra en los habitantes, poblaciones y comunidades de la ciudad”, por tal motivo para ellos es vital que sean los mismos ciudadanos quienes cuenten sus historias, a través de sus voces y sus estéticas, “eso nos ha permitido que ellos se piensen cómo se quieren contar, qué imaginarios quieren generar no solo de sí mismos sino de los espacios que habitan”.
A diferencia de otros procesos radiales, las emisoras comunitarias apuestan por la formación, en el caso puntual de La Esquina Radio, buscan desarrollar, paralelo con su quehacer radial, sensibilizaciones a través del aire y otros procesos por fuera de ella que tocan directamente a la comunidad, “generamos procesos de formación en los que ellos deciden qué quieren contar, investigan esas temáticas y las cuentan a través de diversos formatos como cuentos y radio teatros, con los que buscamos que ellos reconozcan que sus propias historias han hecho parte de la construcción de ciudad y de país”. Para ellos, más que audiencias, prefieren tener participantes, “porque son agentes activos en el proceso de comunicación que tienen algo para decir y que son críticos en lo que escuchan”.
Explorando las diversas programaciones de las emisoras comunitarias, se puede evidenciar la pluralidad de temas que abordan sus programas. Así, uno puede encontrar tanto programas de micrófono abierto para las comunidades y que sirven para contarse a sí mismos desde la cotidianidad más inmediata, hasta proyectos más elaborados de ficción como radio dramas, pasando por espacios musicales para las diversas expresiones artísticas que se dan en los barrios. Aunque, todo sea dicho, no todas las radios comunitarias tiene estos enfoques. Al comenzar a salir de la ciudad y llegar a algunos pueblos de Antioquia podemos encontrar que, aunque la radio comunitaria sigue respondiendo en un sentido general al interés de su población, en los municipios fuera del Valle de Aburrá tienen un enfoque más parecido al de una emisora comercial, donde la mayoría de su programación es música, buscando llegarle a una población más amplia desde el principio del entretenimiento sonoro. Aunque en los municipios siguen apostando a la cercanía, solo que en la medida de sus capacidades, buscando generar esa identificación con su población.
Aunque la radio comunitaria no es solo aquella que existe en el dial. En la ciudad existen por lo menos dos proyectos de emisoras digitales financiadas con dinero propio de las diferentes comunas, entregado a través de presupuestos participativos. Este es el caso de 4bits radio, originada desde la comuna 4 de la ciudad, Aranjuez. Andrés Martínez, director de este medio, nos habla de la radio comunitaria como un espacio no solo para informar a la comunidad sobre lo que pasa en sus barrios, sino para generar una posibilidad de conocer algo más: “las emisoras comunitarias tienen la libertad de poder hablar de lo que quieran, desde el ánime, el cine, hasta contar lo que se está haciendo en algún barrio o contar sobre quienes componen alguna comuna”. En el caso de 4bits, existen programas educativos, de entretenimiento y contenidos musicales. Para él, “la radio independiente de su origen, comunitario, comercial o de interés público, debería tener muy claro el poder formar, informar y divertir”.
Las emisoras comunitarias digitales tienen un reto adicional, y es captar audiencias que los quieran buscar en la red entre las miles de opciones existentes. Para Andrés, el plus de las emisoras comunitarias, independiente de su forma de emisión -en FM o digital-, es la cercanía, “dejarle claro al oyente que no hay una línea divisoria entre el medio y el escucha sino permitirles también que tengan un contacto directo con el medio”. Así, las emisoras comunitarias se conciben como espacios de puertas abiertas para que cualquiera pueda visitarlas y conocer cómo se hace radio, desnitrificando un poco este proceso mágico pero intangible, “cuando la gente logra identificarse con el medio no solo con los contenidos sino que comienza a sentirse propio de ese espacio, teniendo un contacto directo con quienes hacemos parte del proceso y desde donde se hace el proceso empieza a existir una mejor relación con ese oyente” agrega Andrés.
Pero, en medio de un espectro saturado por propuestas comerciales y con un corte más masivo, ¿cuáles son los retos de la radio comunitaria? Para Andrés Martínez, esos retos pueden darse desde lo económico para el sostenimiento día a día del medio, hasta lo participativo, hablando esto de la búsqueda constante de personas que quieran involucrarse con el medio y la creación de sus contenidos. Pero el más importante “es buscar protagonistas, actividades, procesos, que tengan que ver con lo que normalmente lo rodea a uno y a la gente que habita en el sector, estar constantemente haciendo un trabajo investigativo para que la gente pueda encontrar siempre algo con lo que se puedan identificar al sintonizar la emisora”.
¿Alguna vez ha escuchado usted una emisora comunitaria? Si lo ha hecho, ¿cuál es su percepción de ella luego de unos minutos?