Los jóvenes y la democracia: nuestra historia, nuestro momento

A días de las elecciones al congreso y a pocos meses de las presidenciales, los jóvenes vuelven a estar en un escenario político: ¿participarán o no? Esperemos que sí.
Miércoles, 7 Marzo, 2018 - 01:11

Por: Laura Cano

"¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafitti? ¿Rock? ¿Escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros".

El 2018 es el año que le hará camino a mucho de lo que se le viene al país. Acuerdos, desacuerdos, gustos y disgustos, puede ser un breve panorama de lo que se vive días antes de que los colombianos en su ejercicio democrático decidan qué camino andar, por lo menos en los próximos cuatro años.

Para algunos esta es la primera, o de las primeras veces que se enfrentan a unas elecciones, que si bien, muchos dirán “es lo mismo de siempre”, otros le siguen apostando a un cambio desde las urnas.

Por años en el colegio, la universidad, en lecturas o charlas cotidianas hemos conocido los fenómenos políticos de nuestro país. Sí, algunos más extraños que otros, pero que de una u otra forma han ido creando posiciones o visiones de lo que queremos para Colombia.

Y es que de vuelta en la historia, los jóvenes desde sus posturas e ideologías han sentado precedentes importantes en lo que hoy ha llegado a ser este país; haciendo un breve repaso e intentando no ir tan lejos, recordemos que en el siglo XX ellos merecieron un reconocimiento especial, pues desde transformaciones constitucionales, movimientos estudiantiles, académicos, sociales y culturales, se hicieron sentir hasta alcanzar algunos de los cambios por los cuales habían trabajado. Esto no es solo asunto del presente siglo , antes ya era común ver a jóvenes dentro de la escena política.

¿Algunos nombres? Bueno, Francisco José de Caldas, Matilde Anaray, José Antonio Zea, Manuela Beltrán, Francisco de Paula Santander y otros, que seguramente les suenan, son reconocidos por su papel principalmente en la independencia, se caracterizaron por su fuerza, ímpetu, convicción y liderazgo, características que les imprimía una condición: su juventud.

Regresando de nuevo a hechos no muy lejanos, quizá también recuerdan esta fecha: el 11 de marzo de 1990, el día en que se realizaron las elecciones legislativas y regionales, en las cuales, a través de la llamada Séptima Papeleta, se abrió camino a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que tendría como resultado la Constitución de 1991, esto de la mano de una generación joven que quiso hacer algo por la política del país, añadir nuevos elementos ideológicos y planteamientos sociales.

Por transformaciones ideológicas, cambios económicos, políticos, etc., muchos han trabajado. Y sí, ya han pasado muchos años desde que generaciones anteriores han tomado la bandera de las luchas colectivas por intentar lograr algo, tarea que hoy le ocrresponde también a los jóvenes.

"¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar.

El recuerdo más cercano que tengo de ver a los jóvenes movilizados bajo una causa fue el 5 de octubre de 2016. Ese día resignifiqué las luchas que se tejen desde la juventud en nuestro país. Hacía unos días, el 2 de octubre, muchos veían con algo de desesperanza tras el resultado del plebiscito que daría paso a la implementación de lo pactado en la Habana entre el Gobierno y las FARC. Ese domingo el No sumó 6.430.170 votos un 50,22 %, frente a los 6.371.911 alcanzados por elque representaban un 49,77 %.

Muchas celebraciones y abrazos quedaron pendientes ese día. Pero del otro lado nacía un llamado de todas las latitudes del país para no dejar perder lo logrado hasta ese octubre. Las redes sociales no solo sirvieron para hacer visible los sentires que dejaban este resultado, pues ese fue el medio por el que se convocó a una gran marcha del silencio.

Sí, 'una gran marcha del silencio', así como la que hubo antes de que se diera paso a la Séptima Papeleta, el 25 de agosto de 1989, también tras una ola de violencia que siete días antes había dejado sin vida a Luis Carlos Galán, candidato a la presidencia por el Partido Liberal ese año.

De nuevo en 2016, el miércoles 5 de octubre, en algunas ciudades como: Bogotá, Cali, Palmira, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Manizales, Quibdó, Santa Marta, Riohacha, Bucaramanga, Neiva y Pasto; estudiantes, víctimas y gente de todos los rincones y condiciones, se movilizaron bajo la bandera, el color y la idea de la paz. Esa, otra muestra de la capacidad de acción de la juventud.

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente"  

Mario Benedetti  '¿Qué les queda a los jóvenes?'

Este año tendremos una vez más la responsabilidad de asumir posiciones, decidir y crear acciones hacia el cambio. El 11 de marzo es la primera cita en las urnas, esta vez las elecciones serán por los próximos senadores y representantes a la cámara, además habrá dos consultas interpartidistas que serán opcionales y solo se podrá  participar en una. Así mismo, el 27 de mayo y posiblemente el 17 de junio elegiremos en la primera y segunda vuelta a quien nos representará por cuatro años en la presidencia.

“Estamos seguros que si bien puede haber un gran porcentaje de abstención por las características de nuestra cultura política, en esta ocasión el voto joven va a ser importante, porque si bien hay un descreimiento generalizado en las elecciones como mecanismo democrático y en el ejercicio de la política por la corrupción, clientelismo y burocratización, creemos que lentamente los jóvenes van asumiendo con más cercanía la crítica y participación en las decisiones del país” afirmó Catalina Mora, docente del distrito y además candidata a la Cámara por Bogotá.

Para este año, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia hay 12,768,157 jóvenes y son 36,024,467 los colombianos habilitados actualmente para votar, es decir el 35.44% de los votantes es población entre los 18 y 24 años.

Otro de los datos importantes en cuanto a cifras, es que en las últimas elecciones a la presidencia en el 2014, solo 13,2 millones de ciudadanos de los cerca de 33 millones habilitados para votar acudieron a las urnas, lo que representó el 50.93% de abstención, una de las cifras más altas, luego superada en el plebiscito del 2016 que fue del 62.59%.

Andrés González, estudiante universitario opinó que “necesitamos entender que aunque pensemos diferente podemos desde ahí construir juntos el país, entendiendo la política como un ejercicio colectivo. Debemos devolverle el valor a la palabra, tener la virtud de la otredad para buscar una renovación generacional en la política donde estemos todas y todos”.

Se vienen muchos retos para quienes le apuestan a mantener la esperanza, los sueños y dejar atrás el olvido y el silencio. La historia es la batuta, recordar la convicción con la que muchos han actuado durante tantos años, pero también para pasar la página de lo que nos quita la posibilidad de crear nuevos rumbos.   

Es cierto que quienes estén durante este tiempo en el poder definirán mucho de lo que suceda en los siguientes años, pero está en nosotros  y nuestra participaciónel crear criterios para votar y saber por quién hacerlo.

Un tema que no se puede evitar, es el de lo que seguirá en lo que se ha construido hasta hoy en el proceso de posacuerdo, implementación, verdad, reparación y no repetición, pues entendernos como un país diverso, donde existen otras visiones y realidades es necesario para  evaluar qué queremos.

La educación, el deporte, el medio ambiente, la economía y las artes, todos los aspectos de nuestra sociedad y nuestra cotidianidad se verán afectados de una u otra manera tras las decisiones y acciones que tomemos en los próximos días. Estamos en un escenario donde la historia le muestra a nosotros, los jóvenes, que debemos tomar la dirección de lo que está sucediendo, que debemos exigir y no conformarnos, debemos volver al ruedo de la democracia.