Hablando de libros con Liniers

Hablando de libros con Liniers

En el marco de la FilBo 2014 hablamos con el dibujante argentino Ricardo Siri, más conocido como Liniers. Recordemos hoy algunos de sus gustos literarios.
Jueves, 27 Abril, 2017 - 01:45

Por: Mariel Bejarano Vásquez

Conozcan a continuación algunas de las preferencias literarias de Liniers, sus personajes odiados y amados, sus lugares favoritos para leer, los primeros libros que leyó y una que otra historia alrededor de su relación con la literatura.  Quizá se terminen antojando a causa de alguna de las siguientes historias y puedan visitar al FilBo 2017 y ser parte del infinito universo que las páginas nos recrean 


¿Recuerda el primer libro que leyó?

Liniers: El primer libro que recuerdo me hizo feliz leyendo despacito y entendiendo fue Mafalda, fue así como empecé a querer leer libros, porque recuerdo que mi madre me había dicho: "Cada tira es un cuento", entonces yo entendía que podía llegar al final de cada cuento. Y creo que está bien arrancar leyendo Mafalda, porque es un personaje que te enseña a cuestionar.

La literatura infantil a mí me intriga mucho y la gente la subestima mucho. Piensan que es lo mismo darle a los chicos cualquier libro para que no molesten, pero lo que vas a leer cuando eres chico es la base de todo. Después de esos libros tenés que conseguir que funcione Kafka, Roberto Bolaños y García Márquez; todos esos tienen que funcionar sobre la base. Si mi base no hubiera sido Mafalda, sino Hello Kitty u otras cosas, no hubiese aguantado. Es muy importante lo que uno lee en la infancia. 


¿Qué libro no lo dejó dormir? 

Uyy este es clarísimo, tenía once (11)años, me gustaban mucho los cuentos de terror y a mi viejo le pareció que estaba preparado para leer Cementerio de animales de Stephen King (risas). Leí Cementerio de animales y era una noche que no se me va a olvidar nunca más porque se le muere el hijo y lo lleva a enterrar al cementerio; todo es espantoso, y yo decía 'si lo dejo de leer acá, este hombre queda atrapado en este instante', tenía que seguir leyendo para que saliera de ése momento. Y fue así como no dormí en toda la noche y hoy es el día en el que sigo leyendo todo lo que  publica el señor Stephen King


¿Qué libro lo durmió? 

Hay un montón de libros que me sirven para dormir. Lo que pasa con los libros es que cuando te vas a dormir con uno, empezás por la parte de arriba de la página y cuando vas bajando los ojos también lo hacen y si te fijás, siempre terminás dormido en la parte de abajo de la página. Siempre me sucede. 


¿Un lugar favorito para leer? 

Me gusta leer en todos lados, donde encuentro un ratito para tirarme a leer lo hago, ya sea una hamaca paraguaya, un baño de inmersión; también es peligroso dormirse en el baño de inmersión con el libro (risas). En fin, en cada lugar donde tengo un ratito trato de leer. 


¿Un amor literario? 

Cuando era chico leí Marco, de los Apeninos a los Andes, el libro de Edmundo de Amicis, pero lo leí en historieta y ahí había una chica que se llamaba Fiorella Mannoia y cada vez que lo leí me enaraba de ella. Yo tenía 8 o 9 años y cada vez que Marco se despedía de Fiorella yo lloraba y lloraba. 

Después me gustaba mucho Scout Finch, la narradora de Matar un ruiseñor de la escritora estadounidense Harper Lee, ese personaje es como muy adorable, entrañable, es una cosita linda. 


¿Qué personaje le hubiera gustado ser? 

Es importante el momento en el que uno lee los libros. Yo leí a los 18 años On the Road, la novela escrita por Jack Kerouac, entonces me hubiese gustado ser Sal Paradise (Jack Kerouac), porque era como la promesa de todo lo que te iba a pasar en los próximos años.  On the Road era como 'vas a escuchar jazz y vas a viajar por el mundo y te vas a levantar minas', todas esas cosas que nunca me pasaron (risas). On the Road era como una promesa. Leer ese libro a los 40 años es una depresión terrible porque es como decir 'me la perdí'.


¿Cuál es ese autor que jamás entendió? 

¿A quién no entendí? ¡Hay un montón que no entiendo! Y hago esfuerzos sobre humanos para atravesarlos. Recuerdo leer El ruido y la furia de William Faulkner, hay muchos diálogos internos, uno de los personajes es un retrasado mental. Yo quedé por fuera de un montón de cosas, llegué al final pero me di cuenta que estaba fuera. Los intentos por leer Ulises de James Joyce se me quedaron al leer uno que otro capítulo. No  estoy para eso todavía. ¡Algún día señor Joyce!


¿Qué libro se devoró?

El primer libro que me devoré cuando era chico fue Las aventuras de Tom Sawyer, no podía parar de leerlo. Después llegaron muchos más, son de esas cosas que no podés parar de leer. Stephen King es un caso, muchas veces hay desastres, pero con Stephen King me pasa lo mismo que con Woody Allen, les tengo tanto cariño, que en medio del desastre la estoy pasando bien. 


¿Qué libro nunca terminó de leer? 

Me quedé colgado con 2666 (Roberto Bolaño), leí los primeros tes libros, me faltan los útlimos dos. De nuevo... Hay libros con los que uno dice "bueno, voy a ser más inteligente, voy a aprovechar más". Pero hay varios que no pude terminar, yo ya tomé la decisión, no es éste el caso (2666), lo voy a tomar en dosis. Pero si un libro no me está funcionando, que creo que es bueno pero no me funciona, hay tanto libros para leer que ya no voy a sentir culpa de decir "bueno, este libro no era para mi, lo voy a dejar de leer", que se queden a la mitad del camino y yo paso al próximo. 


¿Algún escritor que le hubiera gustado conocer? 

Uff, bueno a Stephen King me gustaría conocerlo, (risas) "Hello Stephen" (risas). Me hubiese gustado conocer a un montón de dibujantes de historietas como Robert Crumb. Después tuve la suerte de conocer algunos otros que no me hubiese imaginado podría conocer. A  Matt Groening lo conocí porque está de novio con una amiga de mi hermana, de esas casualidades de la vida. Hay muchos de estos personajes con los que tuve la suerte de cruzarme y tuve que esforzarme para no decir ninguna idiotez. También me gustaría conocer a Mario Bellatin, es uno de mis escritores favoritos, cada vez que me meto a uno de sus libros es como estar en vacaciones en algún lugar raro. Lo disfruto mucho.


¿Qué libro terminó por orgullo?

¡Claro! Sabés qué, te voy a terminar, a mi no me ganás (risas). Uno que haya sido muy arduo y muy difícil de llegar al final: Retrato del artista adolescente de James Joyce, tiene momentos muy lindos y disfrutables, pero después mambos (líos) del pibe con la patria, qué se yo. No me enganchó pero terminé.

En The Sound and the Fury (El ruido y la furia) de William Faulkner, quedé afuera de un montón de cosas, pero lo terminé.

Y cuando era chico leí Moby-Dick de Herman Melville en una edición de 200 páginas, tenía 10 o 12 años, pero yo lo cuento como leído. (risas)


¿Le ha leído algún libro a alguien?

A mis hijas les leo todas las noches. Si vos querés que tus hijos lean te tienen que ver leyendo. Y pienso mucho qué leerles a las chicas.