Detonante 2019: lecciones y retos del Festival en Quibdó

Estuvimos en la más reciente edición del Festival Detonante y este es el análisis de lo sucedido.
Miércoles, 13 Noviembre, 2019 - 10:12

Por: Nadia Orozco Moncada

“En Quibdó se levanta una piedra y hay un músico”, esa fue una de las frases más repetidas durante esta edición de Detonante, un Festival que desde el 2016 viene arando el terreno para que los emprendedores y creadores tengan un camino menos espinoso para llevar a cabo sus ideas. Y se repite tanto porque es verdad. En la capital del Chocó y en todo el departamento, hay un talento artístico cuantioso, una cantidad abundante de jóvenes que tienen un ingenio significativo en la música, la danza y en general las artes; talentos que necesitan evolucionar, un desarrollo que  debe darse en paralelo con la cimentación de la industria cultural en la región.

Los pasados 7 y 8 de julio Detonante desplegó una agenda de actividades, precisamente con miras a construir en el ámbito cultural. Foros, laboratorios, Mercado Detonante y un concierto de cierre fueron el plato fuerte de una jornada hecha para los jóvenes creadores. Fuimos, desde Radiónica, testigos de una buena parte de esa agenda y nos quedan varias lecciones, interrogantes y retos para el festival.

Uno de los puntos más álgidos de todo el festival, fue el anuncio de la creación de MEKUPA, un mercado cultural del Pacífico que busca  visibilizar, potencializar y apalancar los talentos de la región, generando oportunidades importantes para el sector artístico y cultural. La primera edición de MEKUPA se llevaría a cabo el siguiente año en Quibdó y si bien la noticia ya es un avance importante, los retos que se vienen con la creación de este mercado cultural son inmensos.

Es necesario encontrar la manera de que ese Mercado sea realmente beneficioso para músicos y artistas de la región, que el trabajo de esos días se vea reflejado a largo plazo y que los proyectos se empiecen a plantear como empresas.

Sin embargo, y a pesar de la importancia de la noticia, se dio ante muy poco público. En general, los laboratorios, los foros y el mercado, tuvieron cifras de asistencia bajas -a excepción del concierto de cierre a cargo del Grupo Niche, Crudo Means Raw, Mabiland, Son y sabor y su malandraye, y el grupo Son Bacosó, que recibió a casi 8.000 personas-. Se hace necesario entonces, entender por qué la poca participación en talleres con líderes de peso y cómo lograr que en la próxima edición la convocatoria sea mucho más satisfactoria.

En términos generales el Festival Detonante es un espacio importante y necesario para el desarrollo y la transformación de la agenda cultural en Quibdó. Es motivante ver cómo los emprendedores y emprendoras que participan han asumido sus proyectos como procesos de crecimiento, el reto ahora es no solo seguir, sino congregar muchas más personas en una nueva edición.