Sargento García: "en Colombia tocas una puerta y se abren 10 más"

Sargento García: "en Colombia tocas una puerta y se abren 10 más"

El lanzamiento de su nuevo disco Anthologie: 2006-2010 fue el pretexto para hablar con el músico radicado en Colombia, quien comienza el 2014 como productor de Basurto All Stars, como compañero de grabación de "El Alguacil" y cual aventurero entre Cuba y el país para lanzar otro álbum este año. 
Viernes, 31 Enero, 2014 - 12:48

Por: Andrés Elasmar

Ocho años viviendo y tocando en Colombia le han permitido al Sargento García tener un contacto constante y natural con la música colombiana.

Desde Cartagena, Medellín y Bogotá, pasando por Palenque y Urabá, el franco-español, ha recorrido los sonidos de una tierra que siempre quizo tener en el pasaporte y en el corazón.

En este tiempo, se le ha visto confabular ritmos y fusiones en el estudio con Bomba Estéreo, Richard Blair, Zalama Crew y muchos más, siendo parte del torrente de la nueva experimentación de sonidos propios, mestizos y extranjeros que ahora propone nuestra música tropical, electrónica y bailable.

Como extranjero, ha sido testigo de la movida del país con ojos objetivos, y considera que entre las razones por las que Colombia es una fuente inagotable de música, es el pasado convulsionado que ha tenido, pero que poco a poco las condiciones han dado para un redescubrimiento musical que ha encontrado por fuera de sus fronteras a su mejor público.

En su nueva faceta de productor, el Sargento comienza a imprimir la experiencia de estos años en la tierra de Joe Arroyo, Lucho Bermudez, y claro, también de Sidestepper y Systema Solar, a la música de nuevas bandas y en colaboración con muchos de sus amigos; como los que alguna vez le recomendaron en París, tierra de su primera banda de punk, que debía venir a Colombia, país que estaba escrito en su destino y en el que le dio vida a la "cumbiamuffin".

Hablamos con él sobre todos sus proyectos a futuro, entre Colombia y Cuba, entre salsa, reggae (su eterno retorno), entre gaitas y tamboras; de su más reciente álbum Una y otra vez; de las fechas que escogió para la música; del concierto perdido e inédito en Burdeos, Francia, que también está en Anthologie: 2006-2010 y de por qué la música es hoy, más que nunca, un arma y una expresión política. 

Encuentren estrenos, noticias de su mpusica y más detalles de su llegada a Colombia en 2006, y su estadía, por ahora permanente en Bogotá (aunque esté siempre entre la ciudad y Valencia, España), en la siguiente entrevista. 

 

 

Señal Radiónica: Su banda de punk fundada en 1983 se llamaba Ludwig Von 88. ¿Alguna vez los confundieron con nazis?

Sergent García: Le pusimos el 88 y lo llamamos así por un libro que se llamaba 1988: The Final Punk Explosion,  pero no tenía nada que ver con los nazis. Después se vio que sí, que los nazis utilizaban la numerología del “88”, por ser la h la octava letra del alfabeto, para decir su saludo Heil Hitler. Pero entonces nosotros decíamos “ocho más ocho son 16 y 16 es la letra pe, y la pe es la pe de punk” (risas). Éramos un negro, un español y un árabe, claramente antinazis, "antifachos"; participamos mucho en los movimientos contra el fascismo que hubo en Francia, España y en otros lugares de Europa.
 

SR: La música siempre ha sido para usted un vehículo de expresión…

SG: Yo he sido siempre de la música alterna, revolucionaria y rebelde, y para mí la música ha sido siempre ha sido un acto social. Muchas veces la he utilizado para ponerla al servicio de una causa o para apoyar o denunciar cosas. Para mí, no solo es una expresión artística sino también política.
 

SR: ¿Pero, el Sargento es más letrista que músico?

SG: Estoy en las dos cosas. Aunque la música no hable, expresa sentimientos que pueden ser políticos. Por ejemplo, el mestizaje musical, en un momento en que Europa, donde se habla mucho de  inmigración, de racismo, cuando hay partidos como el Frente Nacional de extrema derecha en Francia llegando casi al 20 por ciento de votos, es importante que la música pueda abrir o educar las mentes de cierta gente que están un poco cerradas. Cuando estás hablando de música afro, mestiza, de pueblos que no son “desarrollados”, como lo entendemos en Occidente, y de repente los traes como referencias, estás haciendo un acto político. Cuando estas mezclando tambores africanos con gaitas indígenas, estás haciendo un acto político. No solamente es un sonido bonito; tiene su esencia y fundamento en la historia. Cuando compongo, pues claro que me dejo llevar por la música que me gusta o que me da ganas de bailar o lo que sea, y la letra viene como para martillar el clavo.
 

SR: Precisamente, Colombia está llena de música mestiza. ¿Cómo ve su difusión como música y como mensaje?

SG: El gran problema que tenemos todos los músicos alternativos, no solo en Colombia,  es que en un momento dado nos faltan medios de comunicación y organización entre nosotros, no tenemos redes. Existen muchos artistas, muy buenos, pero todavía no hemos tenido los accesos o los espacios que corresponden a todo ese movimiento y eso es difícil, porque claro, siendo una música rebelde o siendo artistas que tienen un compromiso social, pues claramente nos oponemos a partes de la sociedad conservadoras o tradicionalistas, y no quieren pasarnos en radio. Porque la música es un arma. Incluso te podía decir que me conocen más en Colombia que en Francia o en España. Ahora mismo, con las políticas que se hacen en este último país acá desde el Ministerio de Cultura, o desde los medios que son todo menos abiertos, muchas veces sirve el proverbio “nadie es profeta en su tierra”, y creo que nos pasa a todos. Pienso que los artistas tenemos que organizarnos para crear redes de comunidades y desarrollar proyectos juntos, pero todo eso es complicado porque no somos empresarios, somos artistas. Es difícil también montar un sello hoy porque no se venden los discos. También hacen falta iniciativas y organizar el mundo artístico en el que vivimos.
 

SR: Pero igual debe estar muy activo en Colombia, con mucho trabajo

SG: Sí, pero tengo que dividir un poco mi tiempo porque no puedo estar siempre haciendo conciertos o colaboraciones porque si no grabo nada mío. Pero en 2013, trabaje con Basurto All Stars en Cartagena y al final termine produciendo seis temas con ellos que sacaremos en un disco en 2014. El año pasado también trabajé con Zalama Crew, con Luis Towers, con Manuel Gamboa “el alguacil”. Sí, estoy bastante activo y muchas veces colaboro con más artistas. Además, ahora estoy en eso de pasar al  otro lado de la barrera y empezar a producir y montar una plataforma alternativa donde la gente encuentre discos que no hay en las tiendas. Al final te das cuenta de que el problema es el precio de los discos, no que la gente no quiera tenerlos. Cuando están en la calle los compran por baratos.

 

 

SR: ¿A quiénes está produciendo?

SG: Ya tengo al disco de Bazurto All Stars, y de los otros, no puedo hablarlo mucho porque todavía están en el aire.
 

SR: Pero denos por lo menos un adelanto sonoro…

SG: Bueno, pues estoy haciendo un disco entre Cuba y Colombia, con músicos de allí y acá. Estuve dos meses en la isla grabando bases y en febrero llegue otra vez al país para trabajar con músicos colombianos y hacer fusiones entre dos tierras que tienen un fuerte vínculo musical. Además, regreso a Bogotá en febrero para grabar unas cosas con Manuel Gamboa “el alguacil” en Árbol Naranja.
 

SR: ¿Era inevitable para ti llegar a Colombia?

SG: Creo que sí, en realidad era un país que tenía que conocer desde hace mucho tiempo. Bastantes amigos colombianos que tenía en París me decían que tenía que venir porque me iba a encantar.


SR: ¿Y sigue feliz acá?

SG: Pues yo vivo entre Bogotá y Valencia (España), unos meses allá y acá, soy un poco vagabundo, así que tengo cosas en diferentes ciudades para poder viajar y trabajar. En Colombia estoy feliz por mucha música que encuentro y por proyectos que tengo con amigos músicos, muchas cosas.
 

SR: ¿Cómo se instaló?

SG: Llegue hace 8 años, para un concierto en 2006, por tres días. El año siguiente una semana, el mismo año regrese dos meses y así poco a poco me he dado cuenta de que me he quedado más y más tiempo en Colombia. Me gusta mucho estar aquí y la verdad que me parece un país increíble. A nivel de música yo creo que es uno de los más activos ahora, no diría en todo el planeta, pero sí de América Latina.
 

SR: Musicalmente, ¿Cómo ha nutrido Colombia su trabajo? Ya son varios años acá y de viajes, por Cartagena, Palenque…

SG: Sí y también por Urabá, por los festivales de bullerengues. Creo que Colombia es ya un país que empiezo a conocer (risas); como es tan grande, no puedo decir que lo conozco totalmente. Me gusta que cada vez que abro una puerta hay diez más que se abren, siempre descubres algo nuevo. Mira, yo empecé mis fusiones desde Cuba, haciendo un puente con Jamaica, intentando hacer algo entre la música latina y jamaiquina, el reggae y el ska, y poco a poco he ido haciendo la que llamo la salsamuffin. Al llegar a Colombia me pareció que era el lugar perfecto para trabajar porque ahí encuentro todos los ingredientes que están en mi música. En Cuba me puede faltar un poco la influencia de la música indígena, en México la de la afro, en Jamaica la música latina, pero justamente en Colombia encuentro todo eso y además unos músicos de un tremendo nivel. Eso me motiva mucho para trabajar en Colombia. Históricamente, todas esas músicas esas cumbias, vallenatos y champetas, todos esos estilos colombianos, y tantos años produciendo música, es como decir que es una fuente inagotable.
 

SR: Ha colaborado con gente como Bomba Estéreo y Zalama Crew. Qué destacaría en este momento de la nueva música colombiana. ¿Cuál es el secreto? ¿Las raíces? ¿La experimentación?

SG: Pienso que Colombia durante muchos años solo se vio por sus lados negativos. Aparte de eso el país tiene la suerte de ser uno donde hay gente de todos los lugares del mundo. Ese laboratorio natural que se formó es el que me inspira mucho. Lo que pasa también es que cuando no hay espacios políticos o sociales, el arte es el que traduce lo que está pasando que no se puede decir. En esos años en que ser dirigente sindical o estudiantil, o incluso tener una visión política alternativa, era peligroso, y lo puede seguir siendo, fueron los artistas los que muchas veces retomaban esa bandera de la libertad, de la democracia, de la defensa de los excluidos o de los campesinos, etcétera. Creo que lo que paso acá es que había muchos artistas que en un momento dado no estaban influenciados por el exterior y empezaron a retomar sus propias culturas y músicas para reivindicarlas como propias, y claro, como estamos en el siglo XXI, son artistas que se han nutrido de sonidos del mundo y han querido nutrir los sonidos tradicionales con unos más modernos. Bomba, ChoqQuibTown, Frente Cumbiero, Mario Galeano, o como yo incluso. Durante muchos años la hegemonía de la música anglo ha sido y sigue siendo muy fuerte a nivel de medios, pero creo que siempre habrá un movimiento un poco de defensa de las culturas propias, y que los artistas en un momento dado quieren cantar en su idioma, poner más de su propia cultura dentro de su música y creo que es lo que ha pasado en Colombia y lo que la hace tan peculiar.
 

SR: De todas formas, estar entre España y Colombia es una viaje largo ¿Qué más le da Colombia que no encuentra en otra parte?

SG: Creo que la energía en Europa está ahora mismo muy diferente de la que se puede encontrar en Latinoamérica en general y en Colombia en particular. Ahora mismo la gente en Europa está apagada, es mucho más difícil concretar proyectos por la crisis, por todas esas cosas, las políticas de los gobiernos que ponen muchas trabas a todo lo cultural. En cambio en Latinoamérica se siente el fenómeno contrario, que durante muchos años la cultura ha sido como despreciada y denigrada y ahora mismo pues al contrario se ven muchas formas de arte que están surgiendo con mucha fuerza y más apoyo del que podemos tener en Europa. Además que yo siempre me he inspirado en la música latina en mi trabajo me pareció obvio que tenía que estar un poco más en Colombia y un poco menos en  España.
 

SR: ¿Qué banda colombiana en vivo lo ha sorprendido?

SG: La República, Herencia de Timbiquí, y el Systema Solar porque son muy divertidos.
 

SR: ¿Con qué otras le gustaría colaborar?

SG: Con el Frente Cumbiero, con Luis Towers (de Palenque) y (risas) con la Bambarabanda, con herencia de Timbiquí, con La Republica, Con la 33. ¡Son muchos! Creo que los voy a tener que reunir en una sola canción porque si no no alcanzo.
 

SR: Sobre su nueva Antología ¿Por qué escogiste ese periodo de tiempo?

SG: Pues antes tenía un contrato con Virgin, así que los discos que firmé en esa época no me pertenecen. A partir de 2005, salimos de la disquera y montamos la guagüita, nuestra propia productora. Así que desde 2005 todo es producido por mí, entonces la Antología comienza desde 2006 porque lo que sale en esta es nuestro. Pero me hubiera gustado hacer una desde el principio de mi carrera, pero claro, se vuelve muy complicado hablar con las disqueras hoy en día, me entiendes; si no ven un negocio no les interesa, y nosotros no vamos por esa onda. Se trata en esta Antología y en las que van a venir, recopilar periodos de dos o tres años, recuperar todo el trabajo que ya he lanzado, pero también el que no se ha publicado.
 

SR: ¿Entonces no puedes usar tracks de La semilla escondida, por ejemplo?

SG: No, tendría que volvernos a grabar o a pedir autorización; y pasaría igual,  si no es bueno el negocio no me la darían porque pues ese disco, por ejemplo, ya se vendió en su tiempo. Pero tengo un trabajo, un best of delos años con Virgin.
 

SR: Pero bueno, está Mascaras, Cumbia Muffin con Richard Blair y Okokan. Este último ¿cómo es?

SG: Okokan se trata de lo que yo hacía al principio, en los 90 cuando empecé a salir como Sargento García y cantaba encima de bases de reggae en plan soundsystem. Así nació el Sargento, como DJ también. Después monté una banda y empecé a tocar temas míos, y me junte con Los locos del barrio y todo lo demás. Pero en el 2005, llegué a vivir a Valencia y aquí me alié con los músicos de reggae y con dos artistas: Nano Bravo y Supa Bassie, con quien sigo, y entonces hicimos un pequeño disco que es el Okokan Soundsystem, que nos sirvió para movernos en esa época. Solo lo sacamos para promocionar un soundsystem que habíamos montado.
 

SR: ¿Entonces desde los noventa ya se pueden rastrear canciones como Amor pa’ mí?

SG: Las tenía desde el 92; Amor pa’ mí, Oye mi bomba, Medicine Man, todas son de principios de los noventa.
 

SR: O sea que en Okokan se puede decir que suenan como sus versiones originales

SG: Casi, fue recuperar el formato original pero más moderno.
 

SR: En el disco Cumbia Muffin, también en la Antología,  son casi 90 por ciento canciones viejas y lo que se hizo fue una fusión, pero no hay nada novedoso ¿Cuál era el objetivo, experimentar?

SG: Es que ese álbum se hizo por accidente. El día que nosotros teníamos que tocar en Rock Al Parque 2008, hubo una lluvia tremenda y se inundó el escenario. Entonces nos pasaron para el lunes, para cerrar el festival, lo que al final fue mejor porque tocamos en el principal. Pero el sábado estuvimos como un poco aburridos esperando a ver si íbamos a tocar o no, y surgió la idea de irnos a un estudio y de grabar unas versiones acústicas. Empezamos a grabar unas bases de cinco temas que son los que están ahí. Después me pareció interesante invitar a músicos colombianos para complementar ese trabajo y hacer una versión acústica del Sargento García en Colombia con gaitas, tamboras, acordeón. Pero fue una idea de la nada.
 

SR: ¿Cómo lo ve años después?

SG: Fue un entrenamiento para el disco Una y otra vez. También, fue la primera vez que tocamos con colombianos y ahí dijimos “qué buena idea, vamos a grabar en Colombia el próximo disco". Trabaje con Kike Egurrola (Bomba Estéreo), con Julián Sarmiento, y más.  

 


 

SR: ¿Y sobre el DVD, por qué en especial ese concierto en Burdeos?

SG: Ese fue grabado en 2006 pero nunca salió por cuestiones de plata y quedó archivado. Pero, mucha gente comenzó a reclamar vídeos o imágenes de conciertos nuestros y ese de Burdeos estaba bien grabado y mezclado, entonces fue perfecto para la Antología. Por eso hemos comenzado las antologías, porque hay muchos trabajos que se han quedado sin salir en estos años
 

SR: ¿En qué escenarios le gusta tocar más, en los que la gente sepa bailar o en otros donde sea una novedad los sonidos latinos y Caribe?

SG: Sin duda, mucho mejor cuando la sala está prendidísima. Porque cuando son como curiosos que están observando pues es interesante, pero no tan divertido.
 

SR: ¿Cuándo sale Anthologie?

SG: Se lanzará oficialmente el 24 de enero en País, pero va a estar online, exclusivamente en sergentgarcia.com, en venta directa. Estamos desarrollando una forma alterna de vender discos; por ejemplo, este vamos a darlo por 15 dólares, pues son dos discos y un DVD. Estamos intentado que la gente vaya directo a la página al artista, no a iTunes, y si eso funciona lo haremos con más gente. Es una pequeña prueba para ver si podemos montar una red alternativa de música. Lo distribuiremos para toda Latinoamérica desde Bogotá.