Liliana Merizalde

De la Radio Flyer a Infames: un viaje peregrino

Una nueva propuesta artística de espíritu gitano, se abre camino. Les presentamos su Ep debut
Jueves, 2 Abril, 2020 - 11:02

Por: Eduardo Rendón Benítez

Lo hemos escuchado una y otra vez: “los viajes cambian vidas”. Así le pasó a Sebastián Rosas, quien tras 10 años como cantante y guitarrista de La Radio Flyer, decidió encontrar inspiración en nuevas latitudes, experiencia que desencadenó en su nuevo proyecto: Infames.

Una propuesta artística de espíritu gitano encabezada por Sebastián, pero con dos formaciones numerosas tanto en Nueva York como en Bogotá, sus dos centros principales de operaciones. Así es Infames, una mezcla de experiencias, de influencias, de sonidos, de lugares.

Aprovechando el lanzamiento de su Ep debut, Peregrino, hablamos con Sebastián Rosas sobre el concepto de Infames, su primera producción sonora y sus planes para el 2020.

Conozcan a Infames a continuación:

¿Hablemos de Infames? ¿Cómo nace? ¿Cuándo?

Infames nace hace cuatro años como el resultado de un viaje de dos años que hice por Sur América, porque quería escapar y salir de una sensación de estancamiento y oscuridad que me estaba ahogando aquí en Bogotá.

Durante ese viaje conocí muchos lugares, muchas personas, mucha música y expresiones culturales populares que me sirvieron de inspiración y fueron el punto de partida para crear un proyecto que estuviera más acorde a como me estaba sintiendo en ese entonces, cuando estaba entrando a los 30 años, y después de venir de tocar en La Radio Flyer que era mi proyecto anterior con el que estuve por 10 años, más caracterizado por el vértigo ruidoso y por la furia adolescente veinteañera con la cual ya no me estaba identificando tanto. Entonces quería algo más viajao, que de alguna forma fuera más maduro y con otro tipo de referentes musicales, visuales y populares; que no fuera la banda que toca canciones pegajosas y busca adaptarse al mercado, quería crear un concepto artístico más concreto que hablara del viaje como concepto, no solo físico sino metafórico, y donde me sintiera cómodo habitando, creando y siendo honesto con mi espíritu.

En Infames se mezclan corrientes cercanas a la ciudad con otras mucho más andinas y rurales ¿De dónde nace este deseo por esa exploración sonora?

Aunque siempre he tenido contacto con el campo soy un ente principalmente urbano. Nací y crecí en Bogotá y eso de cualquier forma impregna lo que uno hace. En mi faceta urbana he consumido mucho rock, mucho reggae, rocksteady, dub; mucho new wave y post punk; mucho del Manchester de Joy Division y la movida del CBGB’S de finales de los 70; mucho The Strokes y mucho indie de los 90 y los 2000; mucho surf peruano y californiano; mucha música electrónica. En fin, un montón de cosas. Pero por otro lado, también he consumido mucha música proveniente de otros contextos, no solo más marginales en muchos casos, sino más populares o tradicionales: desde la canción chilena o latinoamericana con la gran Violeta Parra, Víctor Jara y toda esa generación; hasta Manuel García, Pascuala Ilabaca, Chinoy, Fernando Milagros, que son referentes más contemporáneos; Manu Chao que ha sido otro gran referente para mí. También lo que llaman música roots: mucha música balcánica, criolla, campesina, andina; cumbia, country y demás.

Creo que esta exploración sonora nació de forma natural luego de haber hecho ese viaje, y obedeciendo al instinto y a las ganas de salirme de mi zona de comodidad, buscando tener un proyecto aventurero que no se limite a un género específico. Fue así que agarré una botella, le metí todos esos referentes y le puse una etiqueta que dice Infames para identificarla y compartirla con las personas que también quieran beber de ahí.    

Peregrino, este primer EP, es presentado como “un homenaje a los que migran” ¿Es una crónica de ese viaje o un deseo de escape?

Peregrino es alguien que va de un lugar a otro. Es un bicho raro, en algunos casos. Es alguien que viaja, y en un contexto más espiritual, es alguien que va a un lugar sagrado a hacer un pagamento, una ofrenda, a agradecer, o simplemente en búsqueda de una experiencia más elevada. Eso, llevado al contexto social actual, habla también de esos miles de personas que todos los días están migrando como las aves, en busca de un lugar más apropiado para vivir. Somos una especie nómada, migrante por naturaleza, y eso es algo que la historia oficial y el sistema se han encargado de cambiar a las malas, creando fronteras y barreras, entre otras cosas que limitan y contienen. Todo esto tiene consecuencias y ha tenido consecuencias tristísimas. Yo no creo en las fronteras. Yo creo en la humanidad, en el espíritu dinámico que caracteriza al peregrino, al creador, al que migra, al que sigue adelante, al que conoce la oscuridad y decide buscar la luz cueste lo que cueste.

De eso habla Peregrino. Es un viaje de la oscuridad a la luz. Es una invitación a reponerse y seguir moviéndose. Es un homenaje a estas personas que en el fondo somos todos, aunque muchos no se hayan dado cuenta. Es una crónica de mis viajes y tránsitos emocionales que seguramente puede resonar con los viajes y tránsitos de muchas otras personas. No es el deseo de escapar cuando estás en los veintes, sino es lo que viene después cuando ya escapaste, los miles de caminos que se abren cuando decides migrar. El Ep en sí mismo plantea ese viaje: desde Camino Muerto, la primera canción que te arroja a punto de morir en un desierto donde recobras tus fuerzas y decides levantarte y partir; luego corres y corres reconciliándote con el dolor en Flor de Fango; llegas a una montaña altísima que debes subir aceptando la invitación a vivir y no mirar atrás en Viento del Sur; y finalmente, al escalar la montaña, en su entraña te encuentras con Willkamayu, que es el río sagrado donde todo se purga, donde arrojas las penas porque sabes que todo se irá rumbo al mar.

¿Cómo funciona un proyecto con dos formaciones (músicos en Nueva York y Bogotá)?

Eso es algo que me encanta y que se presta para hacer un montón de cosas. Yo no tengo, actualmente, la idea romántica de que la banda tenga que tener siempre la misma formación, por el contrario, encuentro súper enriquecedor tocar con diferentes músicos. Esto va, además, acorde a la esencia dinámica de la banda y facilita las cosas, ya que mi idea es estar yendo y viniendo y poder tocar en Bogotá, en Nueva York, y donde me encuentre.

Por lo general yo les envío los temas grabados (a los músicos), en muchos casos maquetas, y les doy una pequeña introducción al concepto de la banda y sus referentes principales. Cuando comenzamos a montar las canciones con músicos nuevos cada uno parte de la misma directriz: aprenderse la estructura y los aspectos básicos de cada canción, y, sobre todo, entender el discurso sonoro y estético de la banda. Eso es fundamental para que puedan adaptarse fácilmente y encontrar un lugar cómodo donde proponer y aportar desde su individualidad. Esto les genera más cariño y apropiación al proyecto porque existe esa libertad para fluir dentro de unos parámetros claros y establecidos. Cuando esto sale bien, el resultado es maravilloso porque cada persona le aporta su flow a una misma canción. Entonces las canciones mutan dentro del mismo estilo. Depende de los músicos que la toquen y el lugar donde se haga, eso también es definitivo y mágico.

Actualmente en Infames han tocado más de veinte músicos que son de cuatro países distintos, todos muy talentosos, en Nueva York y en Bogotá. Con el formato inicial en Bogotá el sonido de la banda tenía un tono más gipsy folk, luego con una segunda formación se tornó más psicodélico. Luego en Nueva York, con los Infames de allá, la banda adquirió un tono más garage surf influenciado, claramente, por el sonido de Brooklyn. Ahora, de nuevo en Bogotá, creo que la banda está logrando tener un sonido más consolidado que se adapta a todos los estilos que mencioné.

Mi sueño es girar y tocar en muchos lugares y que un día haya un gran show de Infame mega banda, o Infames All Stars (risas).

La dificultad que hasta ahora he encontrado en este aspecto es cultivar un público permanente, por el hecho de no permanecer por mucho tiempo en un mismo lugar. Sobre todo, porque no habíamos publicado ningún trabajo hasta ahora, entonces la gente solo sabía de Infames por los shows esporádicos en vivo. Pero ahora que nuestra música está disponible en plataformas para que todo el mundo pueda escucharnos confío en que, trabajando honestamente y de forma constante, haremos de Infames una aventura próspera y duradera.

¿Cuáles son los planes de Infames en 2020?

Varios planes se han visto modificados por el coronavirus, pero eso no es algo que me moleste. Por el contrario, estoy tratando de adaptarme y sacarle provecho creativamente. Estoy pensando en el día a día, en aprovechar cada momento y cada oportunidad que se presente. Por ahora quiero hacerle difusión al Peregrino y ponerlo a sonar, visibilizarnos y que la gente conozca esas canciones y nuestra música para que canten, bailen y asistan a nuestro shows cuando volvamos a tocar. Luego, apenas la pandemia lo permita, tengo el plan de grabar un nuevo sencillo que ya tenemos montado, y luego, un segundo Ep que le dará paso a una nueva etapa de la banda. Planeo regresar a Nueva York y seguir peregrinando, pero vamos a ver cómo se va moviendo la marea. Mientras tanto estoy realizando ejercicios creativos en cuarentena, explorando formas de comunicación e interacción con la audiencia, con los músicos de la banda y otros músicos amigos. Preparando algunas cosas que publicaremos pronto y también componiendo y visualizando lo que será el segundo Ep.

La música de Infames la pueden encontrar en todas las plataformas digitales. También los pueden encontrar en Facebook e Instagram.