Danger y la historia de un metalero motilado a cuchillo en Medellín

Repasamos “El inconforme”, canción emblemática de este grupo de ultrametal.
Miércoles, 3 Noviembre, 2021 - 12:13

Por: Diego Londoño

La rabia de una generación que vivió y padeció la época de la desesperanza en Medellín, se mete entre las venas de unos jóvenes que le dan fuerza y vida propia a Danger, una banda que nació al norte de la ciudad, en el barrio Florencia en 1983. Su propuesta confrontaba al peligro y temor que se respiraba en el ambiente, debido al virus de violencia que sufría el Valle de Aburrá.

Danger posee las raíces oscuras y agresivas de los primeros sonidos fuertes en Medellín y también el reflejo de sus calles, como dicen sus integrantes: “Teníamos miedo y la música espanta el miedo. Por eso lo mejor fue tomar una guitarra eléctrica, un bajo, una batería y romper esa sensación”.

El ultrametal fue la música con la que defendieron sus ideales y empezaron a escribir su historia, la de su barrio y su ciudad. Ellos también participaron en la Batalla de las Bandas, uno de los primeros eventos grandes de metal realizado en la ciudad y que tuvo como escenario la Plaza de Toros la Macarena, el 23 de marzo del año 1985. Con amplificadores que escupían el sonido de guitarras hechizas, con una batería potente gracias a sus tambores de cartón, parches de radiografía, bombo de barril metálico y cuero de vaca y un bajo reventando el sonido, compusieron “El inconforme” finalizando el año 1984, canción que era un mensaje contra la injusticia reinante de la época.

“El inconforme”

Escúchame ciudadano de la congestión, impaciente de la viva contaminación, el futuro que anhelamos nunca llegará pues el rico contra el pobre siempre ganará. No sufras más y lucha por tu libertad, hay que acabar al que quiera tu vida aplastar. De su máquina el obrero esclavo será, mientras que el rico en su club brinda con champagne, no te rindas que el dinero es sólo una ilusión, ni devengas nunca a nadie nuestra rebelión. No sufras más y lucha por tu libertad, hay que acabar al que quiera tu vida aplastar. No queremos asesinos en nuestra nación, ni ministros en sus sillas de la confusión. No más curas disfrazados que te alienarán, ni más cerdos en patrullas que te golpearán. No sufras más y lucha por tu libertad, hay que acabar al que quiera tu vida aplastar.

 

 

El nombre original del tema fue “Himno a la inconformidad” y pretendía, según Antonio Calao “Toño”, su compositor, “cantarle al ciudadano de a pie, que día tras día tiene que salir a luchar por su vida, su sustento y el de su familia, sin ninguna expectativa futura, ya que el poder y los medios económicos están en manos de los de siempre. También quería mostrar cómo la injusticia es reina en nuestra sociedad y que mientras el obrero se rompe el lomo para lograr sobrevivir, los dueños del poder disfrutan de su producido suntuosamente”.

Su estrofa final es una explícita manifestación de inconformismo hacia las instituciones que tratan de alienar los ideales, los sueños y la rebeldía que constituyen según Danger: la libertad del ser humano.

Como historia particular, la canción nació por la motilada a punta de navaja que los policías de la Escuela Carlos Holguín, del barrio Boyacá las Brisas, le hicieron a Norman Isaza, vocalista de la banda, en una de las “batidas” de las que eran objeto permanente los “sollados”, como eran llamados por ese tiempo los rockeros. Este fue según la banda, el detonante que terminó de configurar la canción.

Danger y sus integrantes, con la canción “El inconforme”, tenían diversas intenciones, además de musicalizar una época de represión en Medellín. “Queríamos manifestar el inconformismo por todo lo que se vivía en nuestra sociedad, en nuestros barrios, en nuestros hogares”

“Era un reto que nos alentaba porque era una oportunidad importante, pues a través de una canción, podríamos darle voz a millones que no la tenían. La rebeldía presente en nuestros corazones jóvenes era el combustible que nos animó a cantar así”, comenta la banda. Hugo, el baterista de Danger, concluye la entrevista con una inconformidad aún latente: con la ciudad y su problemática. “Lo contado en este tema fue lo vivido por nosotros en aquellos tiempos y que mirando la evolución de nuestra urbe y de nuestro país, la temática sigue vigente; la pobreza, la injusticia, los abusos, todo esto se ha agudizado, con la diferencia de que quizá hoy contamos con más voces alienadas por la misma libertad”.