Más allá de Murakami: Yoko Ogawa
Siempre he sentido una gran atracción por la narrativa contemporánea japonesa, en ella he logrado viajar y entender una cultura que desde todos sus imaginarios seduce y conquista la imaginación con mucha facilidad.
Si bien, los ya legendarios nombres de Yasunari Kawabata y Yukio Mishima producen respeto y han creado grandes paisajes literarios, en las últimas décadas, Haruki Murakami, Hiromi Kawakami, Banana Yoshimoto, Natsuo Kirino,Yasutaka Tsutsui, Kyoichi Katayama, entre otros, ha generado obras que más allá de retratar el Japón de los últimos años, han logrado historias universales en las cuales nos vemos reflejados sus lectores.
Quizás cansado de las fórmulas narrativas de Haruki Murakami, pero siempre agradecido con él, ni más faltaba, empecé una búsqueda de otras formas y contenidos literarios japoneses y en ese camino, primero, me encontré con la grandiosa Hiromi Kawakami, quien se merece una columna aparte. Pero, como los grandes amores, apareció sorpresivamente Yoko Ogawa (Okayama, 1962).
Sobre la obra de Yoko Ogawa me voy a concentrar en 3 libros. El primero de ellos con el cual la conocí, “Perfume de Hielo”. Una mujer joven enamorada y correspondida se sorprende el día después de celebrar un aniversario con su novio con la noticia del suicidio de él, a partir de ese momento emprende un viaje hacia el campo japonés y a Praga, hoy República Checa, para poder resolver y entender la decisión de su amado. En este libro, sin duda, encontramos un catálogo de sensaciones alrededor del concepto del amor puro.
El segundo libro, el más popular de la autora, “La Fórmula Preferida del Profesor”, es una gran historia recreada en un universo lleno de ternura, solidaridad y mucho afecto. El texto se basa en la relación entre un profesor (genio de las matemáticas quien infortunadamente por culpa de un accidente automovilístico, justo en sus mejores años de producción, empieza a perder la memoria) con la mujer que lo cuida y el hijo de ella, un personaje definitivamente inolvidable. Juntos crean un capítulo literario memorable.
Finalmente, recomendado para los amantes de la música, aparece “Los Tiernos Lamentos”, un triángulo amoroso perfecto recreado en la pasión sonora y en la caligrafía. De nuevo una mujer joven (como las protagonistas de las dos historias anteriores) que huyendo del maltrato de su esposo se escapa a una casa de campo japonés. Allí conoce a sus vecinos, un hombre que fabrica clavecines y su asistente. A partir de ese momento se crea un camino de encuentros y desencuentros entre ellos.
Como lector y cómplice de pasiones sonoras, les recomiendo investigar y por supuesto, vivir la experiencia literaria creada por Yoko Ogawa. Les garantizo un viaje estético que tiene la capacidad de indagar y explorar, con profundidad, el complejo universo de los sentimientos.