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El jazz en la obra de Cortázar a 102 años de su nacimiento

El creador de las historias surrealistas de las Famas y los Cronopios fijó su residencia en París en 1951, allí desarrolló la carrera literaria que lo convertiría en uno de los grandes autores argentinos contemporáneos, hasta después de su muerte, 12 de febrero de 1984. 
Viernes, 26 Agosto, 2016 - 08:45

Por: Mariel Bejarano Vásquez

A 32 años de su muerte y 102 de su nacimiento, cientos de seguidores celebran el legado del escritor argentino que incluía en muchas de sus obras la música jazz como referencia cultural.

En su obra ensayística y en las extensas entrevistas que concedió, Julio Cortázar señalaba conexiones entre el jazz y la literatura, entre el swing y el ritmo de sus relatos, entre la improvisación y la escritura automática de los surrealistas, llegó inclusó a defender por analogía con la música de jazz, toda una teoría de la escritura. 

Según el escritor rioplatense nacido hace 102 años (1914), el jazz sería el equivalente al surrealismo en la música, una especie de la única música surrealista. Para conocer a profundidad esta teoría, les recomendamos revisar la investigación de Giolda Palacios.

A parte de su gran pasión por la lectura y la escritura, Cortázar fue un melómano incansable, su biblioteca de música clásica y de jazz era motivo de asombro para quienes lo visitaban. Y además de ser un aficionado, también tocó diversos instrumentos, sobre todo la trompeta. Si la literatura de algún escritor hispano puede ser asociada con la música y con el jazz especificamente, es la de Julio Cortázar.

Incluso muchos de los personajes de su ficción escuchan jazz, las discusiones entre estos, llegan incluso a ser incómodas para lectores que desconocen el género musical que tanto lnspiró al escritor a la hora de construir sus personajes. Temas como el valor de las diferentes épocas e intérpretes, la asociación de la música a sus sentimientos amorosos y nostálgicos son las discusiones que se entablan páginas tras páginas en las historias de Cortázar, en donde el jazz se convierte en intermediario de la búsqueda de otra realidad, de ese algo inalcanzable que persiguen los personajes de sus historias. Así ocurre precisamente en El perseguidor, un relato protagonizado por un músico de jazz.

Otros de los personajes aficionados al jazz de sus relatos son Raimundo Velloz de "Mudanza"; el protagonista de "Carta a una señorita en París"; Mauricio de "Relato con un fondo de agua"; Javier de "Las caras de la medalla" sin entrar en Rayuela que es una obra cargada de personajes melómanos e historias alrededor del jazz, sus precursores, exponentes e interpretes. 

También el protagonista del "Diario de Andrés Fava" escucha jazz clásico; y Andrés, en el "Libro de Manuel" manifiesta su eclecticismo al mezclar la escucha de Jelly Roll Morton con Stockhausen.

Un recorrido por la la biografía de Cortázar deja en evidencia que el jazz es uno de los descubrimientos de su juventud, y que en poco tiempo logró convertirse en una característica de la identidad del escritor, que incluso cruzó por varias etapas de su vida, una de ellas fue cuando se enfrenteba a la monotonía de la vida de provincias alejadas de la capital de su país, una etapa en la que fue docente y se refugió en la lectura, en donde confesó, en algún momento, leyó las obras completas de Sigmund Freud.

En conmemoración de los 102 años del nacimiento de Julio Cortázar les compartimos la entrevista hecha al escritor en 1983 en la Librería El Juglar de México. Donde se aborda el trabajo literario, la creación de los personajes, las ficciones y los retratos de la realidad mundial plasmados en la obra del argentino. 

También los invitamos a escuchar un extracto de una conferencia hecha por el escritor argentino de origen belga cerca del año 1980 conservada por Señal Memoria, en donde reflexiona sobre el uso y poder de la palabra, la conciencia y la historia.


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