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Fumadores y no fumadores: ¿Qué hacer con las colillas de cigarrillos?

¿Espacios libres de humo pero ciudades llenas de colillas? En Pereira emprenden reciclando este producto tóxico...
Viernes, 4 Agosto, 2017 - 04:05

Por: Mariel Bejarano Vásquez

Entre 5 y 6 billones de colillas de cigarrillo son botadas anualmente en el mundo y la cifra crece; a diferencia del tabaco y el papel que lo recubre, el filtro no es biodegradable y tampoco existe un sistema de recogida masiva, y según la organización estadounidense Cigarrete Butt Polution, son el ítem de basura más recogido anualmente en las playas del mundo. 

¿De verdad existe alguien que arroje colillas de cigarrillo a la playa? Sí, increíble pero cierto, y no sólo en la playa, hay gente que las tira por la ventana del carro, en el andén de su casa, en el patio donde duerme su perro y su gato, existen incluso quienes las depositan o 'esconden' en las macetas donde aún hay plantas vivas que luego mueren, razón por la que después vemos un montón de macetas desocupadas con tierra contaminada que termina haciendo las veces de cenicero.

Sí, el acetato de celulosa que compone las colillas es daniño para el medioambiente, pero ese químico, elaborado por primera vez en 1865, también es empleado como una base para películas de fotografía, como barniz; es usado como fibra textil y como un componente de algunos adhesivos o explosivos, e incluso compone un material en las monturas de las gafas. Pero​ la diferencia que tiene con todos estos productos la colilla de cigarrillo es el uso indiscriminado que quienes consumen tabaco hacen de ella. 

El problema radica desde la definición del término 'colilla' y la concepción que los consumidores de tabaco tienen del residuo. 5,6 billones de cigarrillos se venden anualmente en el mundo y de estos el 99% tiene colilla, que según la RAE es el 'Resto del cigarro, que se tira por no poder o no querer fumarlo." ¿Se tira? Sí. ¿A dónde? No sabemos. 

¿Qué alternativas hay para las colillas? ¿Se puede reutilizar el residuo? 

Hace tres años profesores de la Universidad Nacional de Seúl, Corea, propusieron en el diario académico Nanotechnology, un supercondensador alimentado por colillas de cigarrillo para generar altas cantidades de energía de forma más veloz que otro tipo de baterías; el acetato de celulosa que compone las colillas tiene altas cantidades de carbono que pueden ser utilizadas como combustible del supercondensador. Los filtros deben ser quemados a una temperatura de 900 grados durante dos horas en un lugar libre de oxígeno, según la propuesta de los profesores, así las colillas se convertirán en un material de alto rendimiento.

También se ha propuesto implantar un sistema de recogida donde los propios fabricantes tengan que hacerse cargo de ellas, como funciona con aparatos electrónicos o pilas. Además existen proyectos de ley que castigan a las personas por botar colillas en la calle, pero uno de los problemas de iniciativas como estas es que según la Organización Mundial de la Salud, se identificó que solo 1 de cada 3 países monitorea el consumo del tabaco en la actualidad. 

En Chile la diseñadora Alexandra Guerrero convierte las fibras de los filtros en ropa, las recolecta, se purifican, se tiñen y se mezclan con lana de oveja. Y como ésta última hay muchas otras iniciativas pero de alcance limitado; muchos han optado por disolver los filtros con soluciones químicas para convertir el material en uno parecido al plástico que sirve para repuesto de carros o hacer productos como sillas o mesas, pero el componente de educar a los consumidores de tabaco y a la ciudadanía en general sobre el uso de ese residuo ha sido relegado a un segundo o tercer plano tanto por gobiernos, empresas productoras y distribuidoras, dejando la responsabilidad a minorías dentros de la población mundial que preocupadas por la cantidad de estos residuos y buscando emprender y a la vez aportar a la construcción de un mejor lugar para habitar, proponen iniciativas como Mi colilla - Nuestra ciudad.


Emprendimiento ambiental 

En Pereira (Risaralda) un grupo de universitarios pensando en hacer algo por el bien de su ciudad y por el medio ambiente en general, decidieron indagar a nivel local las acciones de reciclaje llevadas a cabo, el del papel, el plástico y las llantas eran procesos bastante comunes, pero en esa búsqueda encontraron en Estados Unidos una empresa llamada TerraCycle que recicla las colillas de cigarrillo para elaborar productos plásticos a partir del residuo, pero ¿para qué más plástico en el planea? ¿No es acaso suficiente el que tenemos hasta ahora y se sigue produciendo? 

El plástico definitivamente no es una opción que contribuya a mejorar la situación, así que la búsqueda continuó y en México hallaron una investigación de Leopoldo Benítez, un estudiante de la Universidad Nacional de México que había desarrollado un proceso de biorremediación con las colillas de cigarrillo. 

Andrea Chica, estudiante de Administración Ambiental y fundadora de la iniciativa Mi colilla - Nuestra ciudad en Pereira, nos cuenta que el proceso de biorremediación consiste en la "existencia de un microorganismo capaz de degradar el residuo y eliminarle todos los componentes tóxicos entregando un material completamente limpio". A través de Linkedin los jóvenes y emprendedores pereiranos contactaron al profesional mexicano: "Él para nosotros ha sido como un ángel, compartió con nosotros toda la información que tenía y el desarrollo de su tesis, fue después cuando empezamos a tocar más puertas buscando desarrollo tecnológico. Llegamos a la Cámara de Comercio de Pereira y nos brindaron asesoría y contactos para realizar los primeros ensayos. En TecnoParque SENA aplicamos a una convocatoria para desarrollar el prototipo y al cabo de 1 año y medio estuvimos buscando cómo convertir las colillas de cigarrillo en un material limpio. El proceso ha sido de aprendizaje a través del ensayo y error, pero hoy por hoy contamos con la tecnología y el mecanismo que efectivamente nos garantiza la degradación de las colillas".

Una sola colilla de cigarrillo puede contaminar hasta 50 litros de agual, pero como es un objeto tan pequeño, comúnmente es calificado como ordinario, pero 10 colillas son un conjunto de residuos peligrosos. Según Andrea hay un vacío normativo y Pereira no tenía para el momento en que se creó la iniciativa Mi colilla - Nuestra ciudad una apuesta frente a la problemática de las colillas, así que fue allí donde ella y sus compañeros vieron una oportunidad de emprender y a la vez contribuir a la recuperación del medioambiente. 

Tocando puertas para hacer cada vez más grande su propuesta, la organización social conformada por Tatiana Marín, Santiago Preciado, Javier Santa, Daniel Zapata y Andrea Chica, llegó a la Empresa de Aseo de Pereira S.A E.S.P y con ellos hoy por hoy tienen una alianza que les ha permitido llegar al espacio público con campañas de concientización en cuanto al uso y desuso de las colillas de cigarrillo que finalmente terminan fomentando la cultura del reciclaje en la ciudad de Pereira

En la ciudad, capital de departamento de Risaralda, existen hoy instalados 60 contenedores y esperan tener instalados los primeros 100 a finales del mes de agosto. Según Andrea, "seríamos la primera ciudad de Colombia con esta apuesta porque usualmente se arrojan las colillas donde caigan y nosotros queremos enseñarle a la gente que depositando la colilla en los contenedores que fueron hechos para su rposterior reciclaje, podemos ayudar a que lo que inicialmente fue un residuo se convierta en la materia prima de algo nuevo". 

El proyecto que está en primera fase de aplicación con los contenedores que también se planea sean instalados en otros municipios de Risaralda, tiene varios objetivos con la recolección de colillas: investigación, campaña de concientización y fomento a la cultura en la ciudad. Pero también incluye una idea de negocio que busca ser madurada y llevada al mercado. La meta es, según Andrea, "poder decir que este objeto para el lavado de colillas cuesta tanto y estamos en capacidad de hacer tantos para poder salir al mercado y apostarle al tema de tener un consumo más responsable, un producto que ayuda a reducir la contaminación en el ambiente y que de igual forma, por sus características, es reciclado; tendría como un mismo comportamiento del aglomerado de cartón o el papel que puede entrar a otro ciclo". 

Luego de la recolección que hace ATESA (prestador el Servicio Público de Aseo en Pereira), los residuos arrojados a los contenedores instalados por Mi colilla - Nuestra ciudad son trasladados al sitio de trabajo de la organización y el primer paso para su purificación es quilarte todos los residuos a las colillas, la ceniza, el papel y el exceso de tabaco, trabajar solo con el filtro que luego entra a un proceso químico (extracción de soxhlet) donde a través de un solvente genera un líquido con propiedades anticorrosivas. Luego se extraen las colillas ya en un nivel menor de carga contaminate para dar paso al proceso biológico donde se siembran y se hace la inoculacion del microorganismo que está en capacidad de crecer y entregar al cabo de un mes un material completamente limpio de contaminantes, ese material entra a un proceso de transformación física y luego hará parte de la materia prima en la elaboración de productos comercializables, fase en la que Mi colilla - Nuestra ciudad aún no entra, pero para la que ya comienzan a tejer relaciones con artistas de la ciudad.