Foto tomada de la página del Teatro Colón.

‘El Crimen del Siglo’: el otro lado de la historia del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán

¿Ya vieron ‘El Crimen del Siglo'?. Pues bien, Simona Sánchez sí lo hizo y compartió aquí algunos detalles de esta obra de teatro.
Martes, 1 Mayo, 2018 - 01:41

Por: Simona Sánchez

Él. Juan Roa Sierra. Como usted, como yo, víctima de un Estado sin corazón. Un hombre como cualquier otro, humilde, bogotano, del barrio El Ricaurte, soñador, trabajador, sin oportunidades, con necesidades, con responsabilidades y mucha, mucha presión. Terminó convertido en chivo expiatorio y con sus miedos, confusiones y debilidades fue llevado al extremo para intentar cometer la peor de sus acciones: arriesgar su vida y su dignidad haciendo parte de aquel crimen no resuelto, el crimen que enfureció al pueblo bogotano y aquel 9 de abril de 1948 desató la locura en la capital; el crimen que aún sigue en la impunidad: la muerte de Jorge Eliecer Gaitán.

Usted se preguntará: ¿En la impunidad? ¿Acaso no fue él el asesino del caudillo?

Para tener el beneficio de la duda y tal vez resolver algunas de sus preguntas es necesario sentarse a ver de frente ‘El Crimen del Siglo’ la obra escrita y dirigida por Miguel Torres y basada precisamente en el libro escrito por él en el 2006 (que lleva el mismo nombre). Ver o leer, usted decide, pero eso sí, permítase dudar de la historia oficial y mirar de frente esta exhaustiva investigación sobre la muerte del caudillo a través de la vida de Juan Roa Sierra, aquel bogotano que ha sido señalado como asesino, como autor material de la muerte de Gaitán.

Con una increíble puesta en escena, un ritmo cinematográfico que no lo suelta desde que se sienta, documentos audiovisuales que complementan y un elenco de primera: Julián Román, Carmenza Gómez, Ramsés Ramos, Carmen Isabel Gaona, Humberto Dorado, Jorge Enrique Herrera, Edgardo Román, Lucho Velasco, Diego León Hoyos, Elkin Díaz y Diego Trujillo, entre otros, ‘El Crimen del Siglo’ pone en evidencia la falta de claridad e información que tenemos los colombianos con respecto a este suceso histórico que una vez más nos arrebató vernos más democráticamente y humanamente representados.

Este es un documento artístico que se acerca de la mejor manera al Bogotazo, aquella fecha que tiñó de sangre las calles bogotanas y que se llenó de versiones oficiales manoseadas que no hicieron más sino confundir y dejar al olvido y a la impunidad la responsabilidad de haber asesinado la esperanza colombiana una vez más.

Para ver esta obra y acercarse a este hecho histórico no hay que ser ni inscribirse en ninguna corriente política, ni de derecha, ni centro, ni izquierda. Hay que dudar. Cuestionarse, reflexionar, permitir que el arte cuente lo que otros espacios no nos han querido explicar.  Y eso sí, tener paciencia, porque por ahora boletas no hay, todas las funciones están agotadas, así que hay que pedirle al caudillo en desde algún lugar de la galaxia conspire para que el Teatro Colón abra una nueva temporada.