Edson Velandia: "Soy amante del cine, tanto como de la música"

Edson Velandia: "Soy amante del cine, tanto como de la música"

La obra de Edson no sólo se escucha, también se ve...
Miércoles, 16 Noviembre, 2016 - 04:15

Por: Mariel Bejarano Vásquez

Edson sigue viviendo en Piedecuesta, Santander, en el lugar donde creció siendo actor, escritor, cineasta y músico. Donde 'jugó' a hacer películas y grabó su ópera prima: 'Todo por la yuca’ escrita, dirigida y realizada por el Edson de 18 años allá en el año 93, una película protagonizada por sus primos y que infortunadamente se perdió.

Luego llegaron algunos documentales y otros videoclips, todos vieron la luz a través de Cinechichera Reproducciones, una marca que se convirtió en el sello discográfico de Edson y en el seudónimo del realizador. Su pasión por el cine es lo que lo impulsa a leer y revisar material a la lata. Tanto el cine, como el teatro, la astrología y la brujería hacen parte de su obra, esa que no sólo está compuesta por discos y canciones...

Luego de realizar un cortometraje durante la época de Cabuya, Edson empezó a colaborar con directores como Rubén Mendoza e Iván Gaona, para ellos y con ellos, creó la banda sonora de La Sociedad del Semáforo (2010), El Valle sin Sombras (2015) y Pariente (2016). 

El universo de Velandia también es cinematográfico, y su amor por el cine no sólo se siente, también se ve. Conozcan la historia a continuación...

 

¿Cómo ha sido a través de los años la relación de Edson Velandia con el cine?

A mí me picó el bicho del cine desde que vi la película Rodrigo D de Gaviria, fue la primera película que me impactó definitivamente. A la vez con Rodrigo D (1990) hubo otra que se llamaba Técnicas de Duelo (1988) de Cabrera. Esas dos películas fueron tal vez las primeras que vi y me impactaron. De allá para acá empecé a tener mucha curiosidad con las películas, a ver mucho cine, a leer mucho sobre cine y luego empecé a hacer vídeo también, documentales. Me metí creyendo que podía dedicarme al cine, a escribir y a realizar más que nada documental.

Recuerdo que muy pequeño, como de 18 años, hice una película que no sé dónde está. La hice en vídeo, la grabé completa, un largometraje. Y no sé dónde está. Es una vergüenza. Son tantos los documentales que se editaron que están por ahí todavía, incluso algunos se pasaron por Señal Colombia. También hay por ahí unos videoclips. También colaboré en las películas de muchos amigos míos. Mi relación con el cine ha sido sobretodo mucha lectura y mucha visualización de material, a la lata, a la lata.

 

Háblanos de Cinechichera Reproducciones…

Así nació Cinechichera, cuando hice un corto llamado Péreje para poner de fondo en un concierto de Cabuya y tocar después la canción El Billetico, el corto es con niños que trabajan en los semáforos. Ése corto lo estrené con el seudónimo mío de Cinechichera, que era partiendo de la idea de que algún día yo quería tener una tienda donde se viera cine y se tomara chicha, todavía no la he hecho pero se volvió mi sello discográfico para mis discos y para todos los videos que haga, videoclips o lo que sea que haga, es mi seudónimo.

 

¿Cómo inició tu relación con el cine colombiano? 
¿Esa serie de colaboraciones que has hecho con Rubén Mendoza y demás?  

A partir de ese cortometraje de los niños del semáforo nos conocimos con Rubén, no por el video sino por un amigo en común, César 'Coco' Badillo, actor de La Candelaria, él nos presentó y hubo empatía. Él ya estaba trabajando en su película, La Sociedad del Semáforo, eso fue en el 2006 y la película salió 4 años después. Ése tema en común nos emparentó, nos caímos bien y al poco tiempo salió mi disco 11 Rascas en 2007, ya va pa’ 10 años, y Rubén se conectó con el disco y me propuso hacer 2 videoclips que fueron el El siete manes y Dejo. Los coprodujimos los dos y él los dirigió. Ahí ya no participó Cinechichera, fue un trabajo sólo de él. Cinechichera sólo va cuando yo dirijo.
Después de esos videoclips empezó un trabajo con Rubén muy intenso, luego llegó la película y me propuso hacer la música, ya teníamos experiencia y la película fue como condensar todo lo que habíamos charlado acerca de cine y demás.

 

¿Cómo miras hoy, seis años después de 'La Sociedad del Semáforo' y esa experiencia con Rubén?

Fue algo hermoso, alucinante porque Rubén realmente vive el cine con mucha pasión y me permitió a mí hacer la música como si estuviéramos haciendo una película más, como si la música fuera otra película, entonces yo me lo gocé mucho, experimenté muchísimo, hice lo que quise y Rubén me acolitó en todas, me acolitó porque estaba de acuerdo con mis propuestas. Él es muy melómano también y tiene muy claro lo que necesita para sus películas musicalmente, entonces estuvimos de acuerdo en lo que íbamos a hacer y eso ayudó a que fuera un soye tremendo hacer esa música. Fue como estar haciendo realmente un documental el hecho de producir la música. Fue muy bonito. Un trabajo tremendo. Difícilmente vuelve uno a tener esa experiencia de hacer esa música como en un plan tan vital, tan apasionado. Normalmente te mandan la película y te piden que trabajes y hay diálogo por internet y demás, pero la posibilidad de meterse de cabeza no es tan viable, todos ya hemos crecido, tenemos un montón de responsabilidades y de ocupaciones y no nos damos el tiempo para volver a hacer esas locuras.

 

¿Cómo aporta esa experiencia de hacer música para cine a tu trabajo como músico?

Yo lo que hago para cine lo hago directamente con el director, de la mano de él, tratando de seguir su idea. Tanto con Rubén Mendoza como con Iván Gaona que son con los que más he trabajado, ha sido un trabajo muy mancomunado porque ambos son muy musicales, tienen mucha claridad con la música, mucho conocimiento al respecto, entonces trato de hacer lo que ellos necesitan. Nunca me monto en el plan de mi identidad como compositor ni de mi papel protagónico como músico en una película. Jamás. Realmente comprendo mi papel como un colaborador, como si fuera un actor, el director de arte  o el camarógrafo que está colaborando para que la obra del director se lleve a cabo. Obviamente uno pone su toque, el director también lo necesita, por eso lo buscan a uno, pero es un trabajo en equipo y yo lo asumo así.

Lo que hago yo solo también tiene mucho que ver con el cine pero no sólo con el cine, siempre que hago cualquier cosa pienso en muchas otras expresiones artísticas, no hago música pensando en música solamente, sino que considero nociones hasta de arquitectura, de todo, de brujería, de todo. Pienso en muchas cosas al tiempo, muchas intenciones, connotaciones, muchas influencias que no siempre son musicales, son políticas, sociales, antropológicas, astrológicas, astronómicas, físicas, químicas, de todos, y ahí va el cine.

 

También el teatro está implícito en tu obra… ¿Qué fuerza ha tenido esa expresión artística en ti?

Paralelo a mi comienzo con la música, estaba el teatro. Cuando empecé a hacer música fue en el colegio e ingresé al grupo de teatro que tenía el bibliotecario por fuera del colegio y se llamado Gestos. Hice teatro, música y cine desde el principio, digo cine porque era trabajo audiovisual con cámaras de video, las tres cosas las inicié al tiempo, también la literatura. Empecé a escribir, a componer, a actuar y a ver y realizar cine. A los 18 años me salí del colegio y al siguiente año ya había hecho mi primera y mi única película porque no he hecho otra (risas) y se perdió. Se llamaba ‘Todo por la yuca’ y es una boleta, eran dos primos que se mataban por un pedazo de yuca, entraban en duelo y se mataban, era un largo con un montón de situaciones. Ése año (1993) yo ya componía y hacía cine, pero yo no me veía como polifacético sino que en ese grupo de amigos hacíamos todo así: todos éramos músicos, todos escribíamos, todos hacíamos las obras, la película, todos cantábamos. Así se vive todavía en Piedecuesta (Santander) el arte, así es la gente. Así conocí yo eso.
 

¿Qué pasó con ese grupo de amigos?

Todos siguen siendo poetas. Escritores, publican libros permanentemente, hacen teatro todavía, todo lo hacen de una manera muy informal, tienen otras ocupaciones, carreras, pero no abandonan su vocación por la poesía, el teatro, no viven de eso. Yo soy el único que vive de hacer música, no tengo otra profesión, ellos sí tiene otra, pero igual no dejan de producir. Todo el tiempo nos reunimos (risas).

 

Para hablar de ‘Pariente’ tu más reciente banda sonora… ¿Cómo comenzó tu relación con La Banda del Carro Rojo?

Desde El Pájaro Negro, el primer corto de la productora. Iván Gaona me convocó, ya nos conocíamos, empezamos a hacer cine juntos también. Ése corto lo hizo radicado en Bogotá, lo grabó en Güepsa pero ya vivía en Bogotá. Ya había una hermandad, un trabajo en equipo, de ahí pa’ acá yo le he musicalizado todos sus trabajos.

Yo leo el guión, a Rubén por ejemplo le devuelvo el guión con mis sugerencias, me tomo el trabajo muy en serio, también con la pasión del cineasta. Me encanta rayar el guión, hacer sugerencias así él no las tenga en cuenta, pero yo me estudio mucho el guión.

Con Iván también ocurre lo mismo, para Pariente él necesitaba 2 canciones porque los actores iban a cantar en algunas escenas e iban a sonar la canción en un radio, entonces sencillamente me dijo: ‘Necesito una canción con una onda campesina y otra canción en balada con esta intención y este pretexto’. Ya nos sabíamos el guión y por lo tanto teníamos claro para qué eran las canciones… Él no me dio más indicaciones, solamente recibí indicaciones estéticas. Las hice y finalmente decidieron poner como slogan de la película una frase de la canción: Es un privilegio morir de amor.

Antes de rodar hice 2 canciones el resto de las canciones que integran la banda sonora se hicieron después del rodaje porque íbamos a tener en cuentas las escenas filmadas para poder musicalizar.

 

¿Qué otras bandas sonoras has publicado?

La Sociedad del Semáforo salió en disco físico y en digital salió 'El Valle sin Sombras’ de  Rubén Mendoza también. La de ‘Pariente’ es mi tercer banda sonora.

 

¿Fue diferente trabajar para ‘Pariente’ debido a tu familiaridad con las historias y los personajes?

A mí lo que más me acercaba a la película era el lenguaje. Cuando leo el guión de Iván lo leo con acento y eso es muy bonito. Es muy diferente a leer el de Rubén porque su identidad es distinta, él es más de Bogotá a pesar de ser de Boyacá, él es más de ciudad, su acento es muy como el de la gente de Bogotá y en cuanto a acento escribe de una manera un poco más genérica. En cambio Iván es muy muy pueblerino y él siempre ha buscado que su acento no se pierda y eso en el guión se siente, eso es sabroso leerlo, cuando usa las groserías yo las leo con el acento santandereano, puedo imaginarme inmediatamente el personaje, eso es muy bacano, eso fue delicioso del trabajo con Iván.
 

¿Qué es lo que más te gustó de ‘Pariente’?

Los actores. Estuve cerca del proceso, estuve en dos sesiones de rodaje. Que los actores sean lo mejor de la película es como decir que lo es el director. Porque es él quien logra que ellos sean así de buenos. Él y su equipo fueron capaces de escoger a la gente idónea para hacer cada personaje e Iván sabe dirigirlos, sabe darle toda la confianza a los actores.

 

¿Cuál es tu canción favorita de la banda sonora de ‘Pariente’?

Errante...

 
 

 

Cinco (5) películas colombiana en tu lista de favoritas…


Casi que todas las 5 que prefiero son de Víctor Gaviria, el trabajo del man es muy sólido, estéticamente también. Sólo va una más de Gaviria para hablar de otras...
 

2. Los Músicos (1986).

3. Canaguaro (1981) de Dunav Kuzmanich que es chileno pero la película es colombiana.
 
Quisiera conocer todo el cine colombiano que se ha hecho. Estoy seguro de que hay muy buenas películas que no he visto…
 

4. Técnicas de Duelo (1988) de Sergio Cabrera.

5. Chircales (1966 - 1971) de Marta Rodríguez y Jorge Silva

 
Obviamente las de mis colegas, las del cine actual que siento que está en proceso de maduración, todas las de mis amigos, de los directores contemporáneos. Siento que me cuesta a veces distanciarme y verlas. Soy capaz de analizar mucho mejor las que vi en otra época, cuando era pelao y me impactaron. Estoy tan metido en el proceso del cine nacional actual que realmente no puedo tomar distancia, por eso no meto ninguna en esta lista.
 
 

Cinco películas del cine mundial que recomiendes…

1. Andréi Rubliov (1966) de Andréi Tarkovski

2. El circo (1928) de Chaplin

3. Ahí está el detalle (1949) con Mario Moreno 'Cantinflas' dirigida por Juan Bustillo Oro

4. Ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio De Sica

5. Aguirre, der Zorn Gottes (1972) de Werner Herzog