Foto de Darlin Bejarano (@bfotografia)

De gira con Doctor Krápula. La tierra se hizo sentir en el cierre del Festival Viva El Planeta

En Chiscas, Boyacá, tuvo lugar el último concierto de la VII edición del Festival Viva el Planeta, organizado por Doctor Krápula.
Jueves, 10 Mayo, 2018 - 11:49

Por: Juan Pablo Pérez

Durante su paso por Boyacá había una gran cantidad de actividades alrededor del festival, por lo que el viaje comenzó en la tarde del miércoles 2 de mayo. La cita con Doctor Krápula, su staff, Ali AKA Mind junto a su crew y la prensa, fue al medio día en el barrio Niza al noroccidente de Bogotá, en la casa del guitarrista y director del festival, Germán Martínez. Desde allí partió el bus con destino a Paipa, en medio de un ambiente lleno de ánimo y expectativa.

Ya instalados en el hotel, en la noche hablamos con David Solórzano -quien se encarga de toda la parte gráfica de Ali AKA Mind junto a Darly Calderón- de cómo comenzó el proyecto en Argentina, este año se cumplen 10 del lanzamiento del primer disco solista de Ali, Rap Conciencia; David diseñó la portada del disco y desde entonces trabaja junto a Ali y Eufoniq, quien siempre está en tarima manejando los tracks y apoyando en los coros, él me diría luego que su “maldición” es que le digan que es 'el DJ de Ali', aun cuando no usa tornamesa.

Desayunamos temprano la mañana siguiente porque debíamos estar en el Lago de Tota para anunciar ante los medios locales tanto las actividades de Viva el Planeta como el premio recibido por el lago como uno de los mejores destinos verdes de las Américas... ¿Mencioné lo imponentes que son los paisajes en Boyacá? Viajar entre faldas de enormes montañas, rocas, riscos, ovejas, cabras, vacas, mucha vegetación, en verdad que vale la pena.

Luego del evento en Tota salimos para Chiscas. Almorzamos en carretera, hacemos varias paradas, que alguien quiere ir al baño, que si una gaseosa, que hay que tomar aire, por momentos parece más un paseo familiar que una gira, es divertido y por ese día no hay prisa, sabíamos que nos esperaba una cena en la noche.

La última parada la hacemos en Soatá, hace frío y vamos por un café. Suena reggaetón a todo volumen y Mario, Subcantante de Doctór Krápula hace un comentario con el que me sentí plenamente identificado: “Ya no odio el reggaetón, ya acepté que es parte de la realidad, ahora simplemente no me gusta”.

Media hora después volvemos a tomar el camino hacia Chiscas, la carretera cada vez se hace más estrecha, vamos por la vía San Mateo – La Uvita, que es más demorada que por Capitanejo, pero alguien había dicho que por el tamaño del bus la vía “rápida” era demasiado riesgosa.

Dos horas de recorrido después nos cruzamos con un bus, todo en orden, avanzamos un poco más y nos encontramos de frente con un derrumbe, hacía menos de un minuto que había ocurrido. Ya había anochecido, llovía y algunos se bajaron a mirar, otros estaban demasiado tranquilos por los efectos de un Mareol y otros nos quedamos dentro esperando alguna respuesta. De un momento a otro los que se bajaron volvieron corriendo y dicen que escucharon la montaña crujir y comenzaron a caer pequeñas piedras más atrás de donde estaba el derrumbe, más cerca del bus, había que salir de allí.

El conductor intenta darle la vuelta al bus, pero tiene al lado derecho y muy cerca a la montaña, y al lado izquierdo, una especie de rampa descendente por la que se podría deslizar el bus. Afortunadamente en ese punto no había un barranco, así que con mucha paciencia, avanzando y retrocediendo de a poco, el bus logra comenzar a perfilarse y justo en la mitad del giro, el punto crítico, sentimos que el bus da demasiada reversa, adelante estaban mirando Ali y Ana Uribe, la jefe de prensa de Krápula, quien exclama “¡me siento como en el Titanic!”. Los que estábamos de la mitad para atrás en el bus nos vamos hacia adelante para equilibrar peso, ni idea si sirvió para algo o era solo una forma de darnos moral. El caso es que se pudo dar vuelta, todos se subieron de nuevo y nos devolvimos.

Comienzan a hacer llamadas para conseguir un hotel donde quedarnos esa noche y lo consiguen… en Soatá. Dos horas y media de regreso al pueblo donde habíamos parado hacía ya 5 horas. Nos registramos en el hotel, parece que hay un problema en la recepción con otros huéspedes. Dejamos las cosas en las habitaciones, algunos ya van a dormir y otros volvemos a salir para hablar. Ahora estaba la policía en la entrada del hotel, el problema había sido un robo, sería una noche larga.

Al otro día en la mañana nos confirman que ya habían despejado la vía y podíamos volver a intentarlo, así que desayunamos y nos fuimos.

Un poco antes de llegar a la zona del derrumbe había un pequeño puente sobre un río que en la noche habíamos alcanzado a cruzar. Esta vez estaba una camioneta de policía y nos hacen señas de que no podemos pasar. Hablan con la policía y les dicen que tenemos que pasar, que vamos al evento y tenemos un día de retraso. Nos hacen cruzar el puente a pie y dicen que el bus debe pasar desocupado, aorillado y bajo nuestra responsabilidad. Entre los dos conductores (se turnaban para poder descansar) deciden cuál de los dos va a cruzar el puente, el más joven “se pone la 10”, se sube al bus, y acelera sin mirar atrás. Del otro lado del puente estábamos todos esperándolo y la narración del momento en que pasa el bus la hace Ali (La pueden escuchar en la primera parte del reportaje que encuentran más abajo).

Pasado esto llegamos al lugar del derrumbe, estaba despejado salvo por una piedra en la mitad, no era muy grande, estaba ahí como recordándonos de lo que nos salvamos. Germán se baja y la quita del camino. De ahí en adelante todo va bien, paramos a almorzar en Guacamayas y de ahí directo a Chiscas.

Cuando llegamos al municipio, tras 15 kilómetros de carretera destapada, nos reciben el alcalde, medios locales y una gran cantidad de niños y jóvenes que estaban jugando en el parque central. Le explican a las bandas cómo funciona el parque, está iluminado en su totalidad con paneles solares.

Tras una rueda de prensa en la que el alcalde de Chiscas, Javier Suescun, y Fabio Medrano, director de medio ambiente de la gobernación de Boyacá, y las bandas, hablaron sobre las iniciativas de cuidado de medio ambiente e invitaron a todos a asistir al concierto del día siguiente comienzo a entrevistar a algunas personas, entre ellas un niño, Ronald David Pedraza, apodado ‘Chawaldo’ por sus amigos.

Mientras le explicaba a Ronald cómo necesitaba que se presentara llega Mario y comienza a entrevistarlo de imprevisto. Mario le pregunta si ha escuchado Doctor Krápula y con toda la sinceridad de un niño él responde que no. Pueden escuchar la corta entrevista al final de esta primera parte.

Su navegador no soporta audio. Por favor, descargue el fichero:


“Chawi”, Subcantante y Juan Pablo Pérez (periodista). Fotografía por: Lina Martínez (@lainuxfoto)

Ronald se queda con nosotros y junto con otros niños nos acompaña al lugar donde almorzaríamos, Mario le dice a los amigos del niño que por qué ‘Chawaldo’, que ahora se llamaría ‘Chawi’.

Luego del almuerzo vamos a una siembra de árboles, nos subimos al bus junto a varios habitantes de Chiscas, entre ellos ‘Chawi’.

A las 6 de la tarde el alcalde nos invita a tomar algo en el parque central, nos cuenta sobre los resultados que ha tenido en materia de energías renovables, manejo de residuos sólidos, ganadería de adaptación. Es destacable la labor que este municipio ha venido realizando, quienes quieran conocer más detalles sobre los proyectos y resultados ambientales pueden verlo aquí.

La charla estaba bastante formal hasta que llega ‘Chawi’, el alcalde lo reconoce, lo saluda y el niño nos cuenta que una vez estaba cogiendo a escondidas frutas de un árbol y fue el mismo alcalde quien lo encontró, nos reímos. Esa noche habría una proyección de una película en el parque, por eso él estaba por ahí, pero prefirió quedarse con nosotros, le pidió a Mario que cantara algo de la banda, a lo que en broma accedió, pero en realidad cantó un fragmento de La Camisa Negra de Juanes. Si quería escuchar algo de Doctór Krápula, tendría que ir al concierto.

De nuevo nos acompaña al lugar de la cena y de hecho es quien nos lleva al lugar, pues no recordábamos el camino exacto. ‘Chawi’ se había convertido en el tour manager del grupo.

Al día siguiente hubo un conversatorio en el teatro del pueblo en el que hablaron sobre el futuro de las energías renovables, el riesgo del fracking y otros temas de interés para la comunidad. Invitaron a los Krápula a realizar una intervención, la cual cerraron con un improvisado acústico de Amanece.

De allí salimos a la prueba de sonido, ‘Chawi’ quiso acompañarnos y en un momento en que muchas personas estaban sobre la tarima registrando cada detalle, los ingenieros de sonido piden por favor que se retiren para poder hacer su trabajo, pero él dice que viene con la banda y le está ayudando a Niko con sus baquetas. Es el único que se queda.

A las 4 de la tarde abren puertas y comienza a entrar el público del concierto, hay gente de varios municipios cercanos en Boyacá, algunos bajaron de Santander, había campistas y en medio del concierto se vio incluso una bandera mexicana.

No fue un concierto exclusivo de rock. Hardcore punk, carranga, folclor colombiano, rap y blues fueron algunos de los sonidos que se mezclaron, así que desde campesinos de ruana y sombrero hasta jóvenes fanáticos del metal estuvieron de principio a fin en este evento sin precedentes. Los artistas presentes fueron La Segunda Packa, Donna Pierrot, El Daga, La Rural Band, Furia, la pequeña de 12 años Estefanía Ferrer, Ali A.K.A. Mind, Doctór Krápula y para el cierre el Tocayo Vargas.

Durante el viaje Ali había comentado que no sabía qué esperar, pues no creía que su música se escuchara en esta región, sin embargo, con un show cargado de energía logró cautivar al público y al final de su presentación varios se acercaron a tomarse fotos con él e incluso  algunos le dijeron que eran raperos de Chiscas, Ali estaba incrédulo, “el poder de la música” comentaban con Eufoniq.

Luego de Ali se subió al escenario Doctor Krápula, que con un setlist lleno de éxitos puso a cantar al público. En un punto avanzado del concierto, Subcantante pregunta por esos fanáticos que se saben todas las canciones de Krápula y varias personas gritan, pero cuando dice que quiere invitar a alguien a cantar una canción con ellos nadie se atreve. Esta fórmula había funcionado en Bogotá, pero seguramente tenían previsto que en Chiscas no pasaría, así que Germán comienza a tocar acordes típicos de ranchera y Mario comienza a cantar “Me bebí tu recuerdo” de Galy Galiano, por supuesto al llegar al coro el público cantó a todo pulmón. Al finalizar la canción Mario bromea: “¡Ahhh! ¿Ven que sí se la sabían?”. Para quienes tienen buena memoria, Doctor Krápula tiene una versión ska punk de esta canción y hace parte de Dele la Welta al Disco.

Al final de su presentación, Krápula invitó a la tarima a todos los músicos que habían hecho parte de esta fecha del festival e interpretaron “Para todos todo”. Luego bajaron del escenario, se tomaron fotos con los asistentes por un buen rato y después se dirigen al camerino, a donde también llegaron algunos fanáticos a agradecer y felicitar a las bandas. Allí estaba de nuevo ‘Chawi’, sentado junto a Niko, quien al final de la jornada le regaló sus baquetas autografiadas.

Volvimos al parque central pasada la media noche, el cansancio era evidente, pero también la satisfacción de haber llevado a cabo con éxito el cierre del festival en un lugar que nunca había vivido algo igual. Le pido a los músicos que digan unas palabras finales sobre lo que acababa de ocurrir (lo pueden escuchar al final del siguiente audio) y con esto se da el gran cierre de esta maratón de 5 días; nos despedimos, a las 6 de la mañana saldríamos para Bogotá, ‘Chawi’ se va junto a un amigo y mientras se aleja notamos que le muestra con orgullo y una gran sonrisa las baquetas que acababa de recibir.

Su navegador no soporta audio. Por favor, descargue el fichero: