“No hacer nada”, la exitosa clase en una universidad de Estados Unidos
La profesora Constance Kassor es experta en religión, principalmente en budismo tibetano que se desarrolló en los Himalayas, que siguen aproximadamente el 6% de todos los budistas y es una de las más reconocidas en Occidente; sin embargo, Kassor nunca se imaginó que su clase sería tan popular.
La temática de su asignatura es “no hacer nada”, entre los requisitos está que los estudiantes no pueden ingresar con celulares al salón, ya que se pretende que participen activamente de las actividades propuestas por la profesora como salir a caminar al campus durante 30 minutos sin mirar sus teléfonos ni hablar con nadie.
Rápidamente esta clase se convirtió en la más popular de la Universidad de Lawrence que tiene un total de 1.500 estudiantes, de los cuales 52 se inscribieron en la materia dictada por la profesora Kassor, quien a través de su cuenta de Twitter explicó en qué consistía su clase y ha recibido unos 134mil likes.
Kassor explica que la materia llamada No hacer nada es de un crédito y la dicta una vez a la semana, dura una hora y en ella diferentes profesores enseñan una habilidad diferente como caminata consciente, escucha profunda, tai chi, meditación, entre otras. La creación de este curso obedece a la necesidad de crear estrategias para que los estudiantes estresados puedan relajarse y desconectarse.
Gracias a estas herramientas los estudiantes pueden aprender a lidiar con el estrés, desconectarse, relajarse y descansar, también se trata de desapegarse del modo utilitario con el que se enfrenta la vida actualmente.
Este curso busca lidiar también con las secuelas que ha dejado la pandemia a nivel de salud mental como la depresión o la ansiedad, además de la presión que ejerce el mundo digital y las redes sociales donde hay una sobreoferta de información y generan la necesidad de crear una imagen que satisfaga las presiones sociales.
El éxito de la clase rápidamente acaparó la atención de los medios en Estados Unidos, pues al parecer no hacer nada parece ser una necesidad urgente no solo en los estudiantes sino en el mundo entero que gira alrededor de la presión de producir.