Un premio Óscar a los millones de inmigrantes del mundo entero

El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu recibió este fin de semana un Óscar especial por su instalación "Carne y arena". La estatuilla fue entregada por la Academia de Hollywood durante la ceremonia de sus premios honoríficos.
Martes, 14 Noviembre, 2017 - 04:22

Por: Mariel Bejarano Vásquez

"En reconocimiento a una experiencia narrativa visionaria y poderosa" la Academia de Hollywood dio un premio especial al cerebro detrás de Carne y Arena, una instalación de realidad virtual creada por el cineasta Alejandro González Iñárritu en compañía de su coequipero y su director de fotografía, Emmanuel "chivo" Lubezki.

Iñárritu, ganador de un Oscar a mejor dirección, mejor película y mejor guión original por Birdman (2014), también consiguió el Oscar a mejor dirección un año después con El renacido (2015), y hoy se acredita una estatuilla especial por la obra que se exhibe actualmente en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), en la Fundación Prada de Milán (Italia) y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de Ciudad de México.

Carne y Arena unió una vez más a Iñárritu y Lubezki para construir durante cuatro años una experiencia artística en la que 'la tecnología como forma de abrazar la realidad' ubica al espectador en la experiencia de los inmigrantes indocumentados que cruzan desde México a Estados Unidos.

Durante siete minutos y a través de la realidad virtual, quienes acceden a ser parte de esta experiencia con unas gafas de realidad virtual, unos cascos, una mochila y descalzos para hacer contacto con el suelo que es es arena, viven en carne propia el drama de la inmigración justo en el momento de la detención en pleno desierto de Sonora, donde comparten el drama de un grupo de indocumentados que liderados por un coyote, un traficante de humanos, intentan ingresar en territorio estadounidense mientras agentes de inmigración tratan de arrestarlos.

Basándose en los testimonios de varios inmigrantes, Iñárritu, quien presentó el trabajo en la pasada edición del Festival de Cannes, logró crear un proyecto cinematográfico y virtual que logra ser más que una instalación o exposición, una obra que según el presidente de la Academia, John Bailey, "es una experiencia artística multimedia y cinemática profundamente emocional".

"Hablé con varios inmigrantes y de sus experiencias en la travesía y de los detalles que me especificaron escribí, rodé -con la ayuda de Emmanuel Lubezki, mi director de fotografía- y monté esta secuencia. Para cada visitante la experiencia es única, creo que catártica y emotiva", contaba inárritu en Cannes. "Necesitaba hacer algo que fuera acorde con lo vivido con ellos, que su realidad fuera relevante. Y que, a pesar de todo el aparataje, en la pieza la humanidad eclipsara la tecnología. Hoy, toda realidad es tergiversada, hablamos de inmigrantes cuando son refugiados. Como no quería cerrar mi visión, el momento onírico recuerda que para unos hay océanos y para otros, desiertos. La inmigración la llevo dentro, yo mismo lo soy. Ya en Babel y, en menor grado, en Biutiful, traté el tema. Pero quería ir más allá, recordar que esta gente no es una amenaza, sino una oportunidad. Para México, son la segunda fuerza económica, tras los ingresos que genera el petróleo".

Esta obra no es una película más en la carrera cinematográfica de Iñárritu, no la hizo para ganar premios sino para generar conciencia, un reto grande en medio de tanta retórica racista, ignorancia e intolerancia. Su obra Carne y Arena, concebida como una pieza de realidad virtual, logra reavivar el humanismo de quienes ven la inmigración desde el otro lado de los desiertos que también son óceanos, según el caso. 

La Academia de Hollywood entregó la estatuilla dorada a Iñárritu durante la celebración de la gala de los Oscar honoríficos el pasado 11 de noviembre en la sala Ray Dolby Ballroom del Hollywood & Highland Center. Durante esa jornada también se entregaron las estatuillas honoríficas al actor canadiense Donald Sutherland, la cineasta belga Agnès Varda, el guionista y director estadounidense Charles Burnett y el director de fotografía neoyorquino Owen Roizman.

Escuchen a continuación las palabras del cineasta mexicano tras recibir el galardón.