Tomás quiere saber a dónde vamos

Tomás quiere saber a dónde vamos

Un nuevo documental sobre la historia del rock colombiano está en proceso. Señal Radiónica entrevistó a Tomás Uribe, su director, quien luego de seis años de carrera musical con Soundacity espera mostrar con este proyecto, más allá de cientos de testimonios, los contextos detrás de los aspectos positivos y negativos de su historia y su futuro.
Lunes, 26 Agosto, 2013 - 11:50

Por: Radiónica

Los miembros de Compañía Ilimitada, Jorge Mackenzie de Neurosis, Dilson Díaz de La Pestilencia, y personajes que han vivido el rock desde los medios, como Álvaro González Villamarín -coordinador de Señal Radiónica-, son algunos de los que hasta ahora aportan sus testimonios al documental sobre la historia del rock colombiano que prepara el músico bogotano Tomás Uribe.

No hace falta decir que la historia del rock nacional es larga y compleja. Tampoco que ha sido influenciada por hechos que han afectado al país en diferentes épocas. Aunque se puede observar desde un punto de vista musical, varios contextos son necesarios para entender por qué el rock en Colombia tiene unas características particulares.

Pero al margen de lo que sucede afuera, también están los temas propios de la escena nacional, tanto musicales como personales, positivos y negativos. Además, no todas las bandas se han interesado por el acontecer del país, o han sido afectadas por su realidad. 

Tomás sabe que se enfrenta a un mundo complejo, y por eso espera tener un abanico mucho más amplio de invitados y de material de todas las fuentes posibles, que incluya, desde productores y promotores de conciertos, hasta artistas como Juanes, cubriendo todos los frentes posibles para contar semejante historia y poder dar una visión completa y objetiva que, según él, por el momento no se ha dado nunca del rock nacional.  

Imagínenlo (al rock colombiano, no a Tomás) como un monstruo de mil cabezas separadas, cada una pensante a su manera, que desde los primeros años al auge de los 70, pasando por la escasez de los años 80, y el resurgimiento en los 90, ha llegado hoy a tener espacios más amplios, mejores medios y motivaciones diferentes y más claras, surgidas tanto de sus propias conquistas como por avances que no tienen nada que ver con la música. 

Existe todo un recorrido anterior, desde Los Flippers hasta Los Aterciopelados, que ha sentado las bases para muchas bandas actuales, y personajes que han establecido proyectos culturales como Rock Al Parque, por ejemplo. Los fanáticos también han sido parte fundamental de todo esto. 

Sin embargo, aún hoy, siguen habiendo limitantes y barreras muy fuertes, desde las del mercado, hasta las socioculturales, que hacen que todavía sea difícil hablar más de fortalezas que debilidades. Sigue faltando algo. 

Tomás, conocido por ser miembro de la banda Soundacity, se ha preguntado por las causas, y está en la búsqueda de las razones, historias, documentos y testimonios que den cuenta de todo esto. Como parte del circuito musical bogotano, conoce cómo funciona el ámbito local y conoce a mucha gente que contará historias invaluables en su documental.

Actualmente, cursa una maestría en estudios de medios en Nueva York, y con este proyecto comienza su búsqueda personal para saber de dónde viene el rock colombiano y hacia dónde se dirige, partiendo de muchas inquietudes, ideas y algunas certezas. Nos habló del tema en la entrevista a continuación:

 


Foto: 
Nicolás Fernández (Sonisfera)

¿De dónde salió la idea de este documental?

Yo siempre he sido fanático de los documentales. Tengo una gran colección de los de bandas que me gustan y siempre he sido fanático de entender la historia detrás de una agrupación. Para mi es importante entender cuál es el proceso de las bandas, cuál fue su primer disco, quienes tocaron en su primera formación, sus productores, experiencias, giras. Estando acá en Nueva York he podido ver las cosas desde otro punto de vista. En mi caso, leí por ejemplo el artículo de Señal Radiónica en el que entrevistaron a Hans Voller de Boca Abajo y V For Volume, y él decía que hace falta mucha documentación para entender de dónde venimos. Desde antes, yo venía con la idea de hacer algo audiovisual. También me gusta mucho el tema de la identidad como elemento principal de las culturas. Hoy en día, al ser todos parte de un mundo globalizado, hay que entender que la identidad como colombiano, o ciudadano de cualquier país, es relativa. Estamos relacionados con personas de otras culturas y hemos sido, no víctimas, pero si hemos estado atados al input y a la mezcla de otros países. Ahí nace la idea de hacer el documental, de entender de dónde venimos; saber qué experiencias y qué elementos han permitido o han obstaculizado el éxito de una banda, de las bandas de rock en Colombia. Sabemos que tenemos una diversidad impresionante en la música y el arte en el país, pero tal vez ahí está el problema, en tratar de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Todo el mundo está hablando de fusión, por ejemplo, y hay muchas críticas de un lado y del otro. Creo tiene que ver con la desinformación que tanto músicos como público tienen al respecto. Sin ser pretencioso, lo que me interesa es una búsqueda para entender de dónde venimos. Me pregunto cosas como ¿por qué estudié música en la Javeriana y solo hasta octavo semestre me nombraron géneros musicales del folclor colombiano? Siento que hay unos baches muy grandes en todo sentido, y quiero entender cuáles son.

¿Qué otras cosas quiere mostrar el documental?

Más allá de las entrevistas, que nos han servido mucho, y a pesar de que todos los entrevistados tienen puntos de vista diferentes, creo que todos tienen un común denominador. Por ejemplo, que el público se ha acostumbrado a no pagar por ir a los conciertos; de que a pesar de que hay una industria fuerte desde estos últimos 5 años, desde hace 10 años la gente está acostumbrada a pagar los mismos 10mil pesos para ir a un concierto. Por un lado, quiero encontrar la razón de esto. Por el otro, busco entender qué fue lo que le impidió no salir mucho más adelante a grupos que ya llevan más de 20 o 30 años tocando. Uno ve por ejemplo a Soda Stereo; ellos empezaron en 1982 y en 1985 ya estaban girando por Suramérica. Al mismo tiempo, hago un paralelo en Colombia con Compañía Ilimitada, pero hubo elementos que cerraron los procesos localmente; para no ir más allá: la violencia. Esto es algo que ha afectado a todas las bandas, como al resto del país. Durante su peor época, mucha gente no iba a los conciertos por miedo a que pasara algo en la noche. Existían muy pocos bares porque la gente tenía temor de abrir un negocio. En fin, muchos elementos que quiero recalcar, dándole al mismo tiempo importancia a las bandas de antes; buscar elementos alrededor de su desarrollo y sus carreras para entender de dónde vienen y para dónde vamos todos. No sé todavía qué me pueda encontrar; no sé si definitivamente el rock es un género que en Colombia no puede avanzar más de donde está, algo con lo que no estaría de acuerdo. Pero quiero oírlo de otras personas que llevan más tiempo en esto. Pienso que si uno está en un camino y aprende de dónde viene, más o menos puede tener idea de para dónde va.

¿Cómo ha sido la investigación?

Estoy contando con la ayuda en Colombia de Hydra Films, amigos míos de la universidad, y del equipo de producción. Iniciamos una primera sesión en la cual yo viaje al país y grabamos varias entrevistas. También recopilamos material del Idartes y de Rock Al Parque, que por supuesto es una plataforma muy importante como referencia del rock en Colombia. Y por otro lado, hay muchos músicos de otras bandas que se encuentran por fuera del país. Para no ir más allá, Amos Piñeros que está en Barcelona, Dilson Díaz en Los Ángeles, como los Estados Alterados, o el baterista de Ultrágeno Nueva York; bandas que llevan una carrera grande y que quiero incluirlas en el documental pues vivieron una época muy importante en los años 90. Estamos haciendo también la recopilación del material audiovisual. Hay muchos videos y pequeños fragmentos de conciertos desde antes de que existiera Rock Al Parque, producidos por canales como Canal 3 (hoy Señal Colombia). También estoy contando la ayuda de Felipe Arias Escobar, historiador y melómano. Él tiene un blog muy importante en el que ha recopilado mucha información y mucho material desde los años 60, como de Los Flippers y Los Speakers. Desde los medios, por ejemplo, El Profe de Señal Radiónica ha estado pendiente y su ayuda ha servido mucho. Asimismo, de promotores como Julio Correal, hasta los de Compañía Ilimitada, quienes trajeron a Soda Stereo a Bogotá en 1985. Pero claro, la parte más importante serán los músicos, como protagonistas de esta historia.

¿Cuánto le falta para lanzarlo?

Es difícil dar fechas, pero para no atarme la soga al cuello, espero que al final de este semestre pueda haber algo unificado. Todo depende de las decisiones de cómo se va a lanzar. Puede que sea para plataformas para las que el documental sea mejor dividirlo por episodios. Por ejemplo, si se puede llevar a una canal, esto tomaría un poco más de tiempo porque habría que cambiar formatos. Es un proceso largo que no quiero hacer con afán, pues una de las prioridades principales que tengo para este documental es la objetividad; no quiero hacerlo sobre bandas individuales, o de sus carreras; tampoco es sobre Rock Al Parque. Quiero hacer un documental sobre el rock como eje central, y sobre el camino que han recorrido estas bandas para salir adelante y poner su grano de arena. Espero que si no es en estos primeros seis meses, en unos nueve ya estemos con algo sólido. Pero todavía faltan varias entrevistas, y hay muchas personas que están por fuera, a las que es difícil accesar por temas de producción. Todo tiene que ser homogéneo. Dentro del equipo de investigación está Pablo Medina, también radicado en Nueva York, quien ha trabajado en Radio Panchocne. Tenemos por ahora entrevistas pendientes con Elsa Riveros de Pasaporte, en Washington, y con Juan Marulanda de Monóxido.

¿Cómo ha logrado contactar a tanta gente?

Con la experiencia de seis años con Soundacity, hemos conocido a mucha gente y a muchos promotores, aunque Internet es la mejor herramienta y la más directa para hacer los acercamientos. Pero si uno no conoce a alguien directamente, lo más probable es una persona en otra banda lo conozca. Por ejemplo, Dilson (Díaz) comenzó La Pestilencia con Héctor Buitrago, bajista de Aterciopelados. Y así hay muchos contactos, otros que son amigos, y algunos que ya nos conocemos desde antes.

¿Cuándo esté terminado, qué será diferente en el documental para no ser simplemente una recopilación de historias?

Pienso que he visto muchos documentales sobre bandas en los cuales ellas son lo importante, pero no lo que sucede a su alrededor.  Quiero hacer un documental de comportamiento histórico. En este caso va a depender de las dos cosas: el contexto va a ser el hilo conductor cronológico del proceso de la industria alrededor de estas bandas y los elementos que lo han afectado; y por otro lado, por medio del material audiovisual, quiero contar historias también. No quiero que sea una cantidad de gente opinando, sino que se sustente en las imágenes ya existentes y las que se están creando. Se diferencia de otros porque no hay un documental así sobre el rock colombiano. Hay unos muy cortos que dan apenas una muestra de lo que es; por ejemplo, el de los 15 años de Rock Al Parque, que es sobre su historia y punto. Documentos audiovisuales de rock en Colombia no hay muchos.

¿Qué nos puede adelantar de alguna entrevista ya realizada que le haya llamado la atención?

Hay muchas cosas interesantes, aunque algunas muy ligadas a la violencia. Es inevitablemente como uno de los ejes centrales, pues le ha tocado a todo el mundo. A veces se tiene ese mito del músico que está guerreándola y la larga hay gente que viene de estratos sociales altos, por ejemplo, pero a todos algo les ha tocado lidiar con la violencia. Por ejemplo, el baterista de Neurosis, Hamilton Castro, quien toco con ellos desde 1999, fue asesinado en 2005. Cuando hablamos con Jorge Mackenzie, líder de la banda, nos dijo que son cosas que se salen de las manos y que es muy diciente de la realidad colombiana. Por otro lado, Mauricio “Bull Metal”, baterista de Masacre, se suicidó. Hay muchas historias detrás de todos los músicos de las que uno no es consciente, no las de "wannabes" rock n’ rolleros que quieren ser celebridades, sino de seres humanos. Historias muy importantes para recalcar y aterrizarlas para que el público las aprecie más todavía; saber que esa persona sufrió también, que tuvo problemas, que ha guerreado mucho por hacer su música. Aunque, hay otras positivas, como el Concierto de Conciertos (1988), un tema lleno de anécdotas buenas.

¿Y sobre la escena como tal, qué dicen?

Todos se quieren cuidar de quien hablan bien o mal. Frente a una grabadora o una cámara, la gente se cuida. Pero estoy tratando de quitar esa barrera y que digan las cosas como las sienten, como las piensan, como las vivieron. Eso es lo que va a generar un cambio. Por ejemplo, para la gira de Rock Al Parque este año por México, a mucha gente no le gusto el proceso de selección de las bandas. Algunos han dicho “yo sé que tal banda no lleva tocando el tiempo necesario para participar”. Está también el tema de las roscas; mejor dicho, cosas a las que uno está acostumbrado a escuchar pero no hay nadie que se meta a averiguar cómo son en realidad. Yo creo que esa es la razón por la que uno termina aceptando a veces cómo son las cosas. Uno a la larga se queda en eso y ya está. Algo que es muy importante y que quiero tratar de mostrar, es la interconexión que hay entre músicos en Colombia, la cual ha sido muy importante y es algo sobre lo que tampoco existe un referente visual. Por ejemplo, Jorge (Mackenzie) me contaba, y el mismo Camilo Jaramillo de Compañía Ilimitada, “mire los primero volantes que hicimos fueron a mano, íbamos al centro, los entregábamos y se crearon unos eventos impresionantes”. Hoy en día yo digo, ¿dónde están ese tipo de eventos? ¿Tres días vendidos totalmente por bandas colombianas? Eso ya no pasa, a no ser que sea un evento gratis o un evento muy grande. Eran otros momentos y eso es algo de lo que a mí me ha gustado mucho poder oír de los mismos músicos. Es invaluable.

¿A quién no quiere dejar de entrevistar?

En principio, creo que a promotores como Julio Correal, quien lleva mucho tiempo en esto. También me interesan Andrea Echeverri y Juanes como referentes que hoy en día uno dice, “sí, es pop”, pero ellos también hicieron su metal, su punk, su rock, y tuvieron que guerrearla también. Me interesa por la interconexión de la que le hablaba. Uno va conociendo que Álex Oquendo fue el primer cantante de Ekhymosis y luego se fue a Masacre, donde tocó Dilson de La Peste, y en esta última también estuvo Héctor Buitrago, ahora con Konhector. Eso también se me hace increíble, que todos están relacionados de una u otra forma.

¿Cómo financia el proyecto?

Yo estoy aprovechando que hay mucha gente que está metida de corazón. Sin embargo hay cosas que se nos salen de las manos como el tema de los viajes o, más adelante, la distribución. Cuando ya esté lista una primera edición del material, vamos a hacer un crowd funding y vamos también a poner un espacio en la página para donaciones. Claro esperamos además promoverlo en todos los medios de comunicación posibles. Igualmente, vamos a abrir un espacio para mensajes en la web en los que la gente podrá escribir sus comentarios y decir “yo me acuerdo cuando tocamos en tal sitio, hoy en día inexistente, vi tocar estas 3 bandas y tengo este video que quiero compartirles”. Eso será de gran valor.

¿En qué anda Soundacity?

Alejandro Flores decidió  tomar otro camino en la vida, por lo que seguimos por ahora los tres restantes: Lucas en batería, Pipe en la guitarra y yo en el bajo. A principio de este año el tema fue entender que iba a pasar. Yo también quería cumplir esta parte de mi vida que es estudiar. Pero Soundacity ha sido como un bebe para todos y es algo muy valioso para simplemente desecharlo. Desde que tenga sentido tocar, lo vamos a seguir haciendo. Puede que haya más pausas o mil discos, no sabemos, pero seguiremos siempre y cuando tengamos energía y química, y ganas de hacer música. Con que un fan diga “hoy me levante oyendo esta canción de Soundacity”, vale mucho la pena. Hace poco hicimos una gira por Estados Unidos, que yo organicé para seguir experimentando, seguir tocando, y vimos la reacción de gente que nunca en la vida nos ha escuchado. El resultado fue bueno y haremos una gira más adelante. Estuvimos en Boston, Nueva York, Summerville, Washington, Baltimore y Filadelfia. Lucas y Pipe están trabajando mucho en pro de la banda. Físicamente no estamos juntos, pero seguimos todo el tiempo en contacto y eventualmente nos vamos a reunir para seguir componiendo. Pero por ahora estamos enfocados en mostrar el disco que ya se hizo. Eso involucra mucha promoción, y estamos buscando licencias para poner la música en cine, comerciales, entre otros. 

 


soundacity.net