Sergio Cabrera: "Las películas no pueden transformar los países"

Sergio Cabrera: "Las películas no pueden transformar los países"

"Las películas solo pueden destacar algunas cosas que al cineasta le interesan". Hablamos con el director colombiano sobre el cine nacional, la Industria, las historias, las representaciones de país, la identidad colectiva: Colombia a través del lente.
Viernes, 5 Junio, 2015 - 11:38

Por: Mariel Bejarano Vásquez

Después de escribir y dirigir algunas de las películas y series de televisión más emblemáticas del país en los últimos años, el cineasta nacido en Medellín de padre y madre vinculados a las artes escénicas, habló con nosotros para contarnos cómo ve el cine a Colombia a través del lente.

Los invitamos a reflexionar sobre las realidades de nuestro país capturadas a través de la mirada de nuestros cineastas y sobre la función del cine en nuestra sociedad; la forma cómo nos vemos a nosotros mismos en las pantallas grandes y cómo nos ven en el exterior. Lean y permítanse 'escuchar' a Sergio Cabrera a continuación:


¿De qué forma cree que el cine colombiano ha retratado las realidades de nuestro país?

Yo creo que el cine colombiano ha tenido una actitud muy honesta, digna y valiente frente a la realidad nacional. Los cineastas, casi todos, sabemos que al público le gustan más las películas de comedia y terror, ese tipo de cine de género que copia mucho al de Hollywood, pero sin embargo los cineastas colombianos en su mayoría, hacen películas que reflejan las dificultades de la sociedad colombiana, tanto en los temas de narcotráfico, violencia, los dramas humanos de desplazamiento y demás.

Yo oigo con frecuencia que la gente se queja de que siempre las películas colombianas muestran aspectos negativos de la sociedad, pero no se le puede pedir a los cineastas (que tienen una gran sensibilidad) que mientan, que retraten una sociedad maravillosa que no existe o que cierren los ojos frente a esos problemas y decidan hacer historias románticas como la de la campesina que se casa con el dueño de la fábrica. Afortunadamente los cineastas colombianos sí retratan la realidad del país, y en general pagamos un costo por eso.

Yo creo que tenemos películas muy interesantes que muestran miradas sobre nuestros problemas, he visto películas como La Primera Noche de Luis Alberto Restrepo o Retratos en un mar de mentiras de Carlos Gaviria. Hay muchas películas que muestran los conflictos que hay en el país, incluso comedias: yo hice una comedia que se llama Golpe de Estadio que muestra mi visión acerca de la posibilidad de la paz y de cómo enfrentarla.

 

¿Cuál fue la intensión al retratar de forma pintoresca el conflicto colombiano en Golpe de Estadio?

Cuando yo hice Golpe de Estadio ya tenía decidido que me iba a candidatizar para ser representante a la Cámara, entonces era como una especie de manifiesto cinematográfico hablando de la posibilidad de la paz, porque yo pensaba que mi trabajo en la Cámara de Representantes iba dirigido a la paz, entonces era una película que mostraba que la paz es posible, que un pequeño sueño común como es ver un partido de fútbol por televisión permita una paz de un día, pero un gran sueño común permitiría una paz duradera y a largo plazo. La idea era mostrar eso y creo que se logró, la película sí transmite eso, pero claro, las películas no pueden transformar los países, solo pueden destacar algunas cosas que al cineasta le interesan.



¿Cómo pasó ud de historias tan íntimas como Técnica de Duelo, pasado por La Estrategia del Caracol, a una película sobre el conflicto en Golpe de Estadio?

En realidad yo siempre he tratado que mis películas sean muy diferentes una de la otra, hay directores que les gusta trabajar los mismos temas, incluso hay directores que pareciera hicieran la continuidad de una película. Yo prefiero que mis películas sean muy diferentes y cuando pensé en trabajar el tema de la paz me pareció interesante abordarlo en tono de comedia.

No sé (risas) las películas van buscando su camino, uno escoge los temas y a la medida que va escribiendo y preparando el proyecto, va buscando el tono y la atmosfera que más le conviene a la idea principal de la película.

Una película normalmente sufre mucho en el proceso de producción, desde la escritura hasta el estreno siempre hay muchas dificultades que van deteriorando la idea original, entonces tener una idea clara desde el principio es muy importante, y en este caso yo lo tenía claro, quería hacer una película que mostrara que la paz era posible, y como no era posible mostrar una paz a largo plazo que no ha existido nunca, entonces me inventé la posibilidad de una paz que duró solo 24 horas.

 

¿Cómo cree que ha aportado el cine nacional a la formación de Identidad Colectiva? 

Yo creo que el cine colombiano en Colombia ha cumplido una función relativamente restringida porque las posibilidades de distribución internamente son bastante limitadas, pero creo que la gente que ve una película que intenta retratar la realidad, sale con una semilla en su cabeza sobre cosas que le parecen interesantes y que a la larga ayudan a que la gente tenga claridad a cerca del país en que vive y los rumbos que puede coger, el cine colombiano ha hecho bastante y podrá hacer más en la medida en que se divulgue y difunda más, las películas duran poco tiempo en cartelera.

 

¿Cree ud que las tendencias de consumo de los públicos colombianos influyen a los realizadores a la hora de escribir historias?

Te decía que justamente me parece admirable que en Colombia, directores, guionistas y productores insistan en mostrar una realidad difícil en vez de hacer las películas fáciles que aparentemente prefiere el público. Pero claro, los cineastas son un mundo en sí mismo, hay de todo, existen algunos que buscan el favor del público haciendo historias fáciles, haciendo comedias y películas de aventura y creo que lo hacen por acercarse al público, porque no creo que hacer una comedia de situaciones sea el sueño de un director de cine (risas).
 

¿Cuál cree ud que ha sido la imagen que los extranjeros han construido de nuestro país y nuestra gente a través de las producciones audiovisuales?

Sinceramente yo pienso que el cine no debe preocuparse por cómo se vea fuera del país. Yo creo que hay que hacer un cine que nos interese a nosotros los colombianos, que hable de nuestros problemas, de nuestras inquietudes; en general el cine colombiano debe ser así, no se debe pensar tanto en la imagen que van a tener de nosotros sin construir una imagen desde adentro. Cuando el país realmente funcione como debe funcionar una democracia, la impresión que tendrá la gente a través del cine y todas las demás manifestaciones será mucho mejor.

Yo soy de los que piensa que la imagen de un país no depende de las películas, las fotos, libros o artículos de prensa que se escriben. Los países tienen una buena imagen cuando funcionan bien.



Estuve en el Festival de cine de Santa Fe de Antioquia y en un foro le preguntaron a un grupo de actores profesionales que cuál era la mayor falencia de las películas colombianas de los nuevos realizadores, y varios coincidieron en que era la falta de historias bien escritas, a lo que podemos decir que es la falta de buenos escritores: ¿Está de a acuerdo? 

Yo no creo que no hayan buenas historias. Yo creo que habrá mejores historias en el futuro. Como dice César Vallejo “Hay que tener confianza en la escalera no en el peldaño”.

Hay un proceso de una nueva generación de cineastas en Colombia que ha hecho una sola película y en la medida que hagan más películas y profundicen más en sus curiosidades pues habrá mejores películas. En el cine la experiencia es muy importante.

En este momento probablemente no hay tan buenas historias como las que habrá en 5 años. La cantidad genera calidad, y yo creo que eso está pasando aquí; hay buenas historias pero las cosas toman su tiempo. Me imagino que con el cine pasará lo mismo que sucedió con la televisión, que pasamos de hacer una televisión muy pobre a hacer televisión de exportación. O lo que ha sucedido en la literatura, después de García Márquez la literatura se quedó como en un receso, nos quedamos deslumbrados por la potencia de la obra de Márquez, pero poco a poco empezó a surgir una nueva generación de escritores, para mi gusto hay grandes escritores en Colombia, bastantes. Y esas novelas incluso pueden servir para adaptaciones cinematográficas. Yo creo que hay buenas historias en el cine, lo que hace falta es un poco más experiencia, y eso es algo que solo se consigue rodando.

 

Al parecer todo aquel que tenga interés en rodar en algún momento de su vida un largometraje, tiene un paso obligatorio en la realización de cortometrajes, usted es un ejemplo de esto, cuál fue su relación con el cortometraje? Lo considera un paso obligatorio para nuevos realizadores? 

No creo que sea obligatorio pero es aconsejable, el cortometraje es al cine lo que los cuentos son a la literatura, y uno ve que casi todos los escritores comienzan escribiendo cuentos, entonces me parece como muy lógico que los cineastas comiencen haciendo cortometrajes, que es una forma de probarse, ensayar, de adquirir la experiencia de la que hablaba hace un rato.

Por otro lado, al igual que el cuento, el cortometraje es un poco la poesía de la imagen, yo por ejemplo no hice nunca cortometrajes de ficción, solo hice cortometrajes documentales, porque en mi caso, yo tenía mucha experiencia del teatro, había sido actor durante mucho tiempo, mi padre es director de teatro, entonces no sentí la necesidad de practicar en un cortometraje la dirección de actores, pero sí sentía la necesidad de practicar la creación de una obra, el manejo del tiempo y la imagen, entonces solo hice cortometrajes documentales. Generalmente los directores que yo admiro han hecho muy buenos cortometrajes.


¿Qué opina ud de los Festivales de Cine en Colombia?

Sé que hay muchos festivales en Colombia, conozco solo algunos, pero me parece muy bueno e importante que existan, porque los festivales son las plataformas donde se reúnen las películas, los cineastas, el público, el cine de calidad y la gente a la que le interesa. Esos son momentos interesantes para el desarrollo de públicos e industria.

 

¿Cómo llegó a 'Todos se van'?

Fue un proceso porque al principio tenía ganas de hacer una película para niños, tenía en la cabeza hacer una película con el tema de infancia y entonces pensé que lo que quería era hacer una película para niños con niños actores, pero a la medida que fui investigando, haciendo pruebas y escribiendo, me di cuenta que en realidad lo que quería hacer era una película sobre los niños, no  para niños.

Lo que hice fue empezar a buscar y llegó a mis manos la novela “Todos se van” que en un principio descarté porque ocurría en Cuba, no era una historia colombiana, pero luego me di cuenta que en realidad aunque la historia sucedía en Cuba podía ocurrir en cualquier parte y que el hecho de que sucediera en Cuba en vez de ser un defecto era una virtud porque a veces la distancia con que se ve un acontecimiento lo refuerza y hace más potente el mensaje. Yo en las películas siempre he tratado de mostrar las realidades desde ángulos diferentes a los tradicionales, entonces al ser una película cubana y desarrollarse en un país comunista pues lograba eso, por eso finalmente me decidí.

 

¿Cuánto tiempo trabajó en ella?

Desde el momento en que decidí hacer la película al estreno pasaron 5 años.

 

¿Cómo es el proceso de convertir una obra literaria a un guión cinematográfico? 

Es un proceso complejo porque traducir de literatura a imágenes es complejo. Yo lo he hecho en 3 ocasiones, primero hice Ilona llega con la lluvia (1996) de Álvaro Mutis y lo hice con la ayuda del maestro Mutis y fue la primera vez que lo hice, si yo hoy tuviera que hacer esa adaptación de nuevo con seguridad me saldría diferente, muy diferente, por la experiencia que he tenido con ésa y otras películas como Perder es cuestión de método (2004) que también fue una adaptación compleja de la que también saqué experiencia.

En ese sentido creo que la adaptación de Todos se van es la que mejor ha trasladado la emoción que yo sentí al leer el libro a una emoción igual en imágenes. La experiencia que me ha quedado a mi es que cuando uno adapta lo que tiene que llevar a la pantalla es lo que sintió cuando leyó el libro por primera vez; porque como en una adaptación se lee el libro no sé 30 veces, lo desarma, clasifica todas las escenas, entonces en ese proceso uno puede perder la perspectiva de lo que realmente lo entusiasmó a uno. Cuando yo leí Todos se van el libro me hizo sentir niño, me recordó mi infancia, mis dificultades para crecer, la relación con los adultos, lo importante que es ese periodo de la vida. Todo eso me produjo muchas emociones y eso fue lo que quise generar en el espectador de la película. Y yo creo que se logró. 


¿Con quién trabajó el guión? ¿Estuvo involucrada Wendy Guerra (autora del libro)?

El guión lo hicimos entre 3, una guionista española que se llama Laura Martel, Ramon Jimeno y yo. En el proceso nunca trabajé con Wendy, hablé con ella en 3 ocasiones como de generalidad, cuando el guión estuvo terminado se lo mostré, le gustó y me dijo que a ella le gustaría ayudarme a trabajar en los diálogos y yo le dije que le agradecía mucho pero que yo prefería trabajar los diálogos con los actores que iban a ser cubanos. Después cuando ella vio la película me dijo varias veces era muy afortunado no haber participado (risas).

 
¿El estreno fue en Cuba, verdad?

Fue una proyección muy emocionante, fue en un teatro muy grande, había 700 personas y la reacción del público era muy espontanea. Era un público que entendía todas las sutilezas de la película que uno une para ambientar toda la historia. Aplaudieron mucho cuando finalizó la proyección.


Era la prueba más importante…

Yo nunca me imaginé que la película se fuera a proyectar en Cuba porque cuando iba a rodarla pedí autorización allá y a pasar de que fui docente en la escuela de San Antonio de Los Baños y he rodado en Cuba y tengo buena relación con ellos, pues no me autorizaron; y luego cuando vieron una proyección de la película en proceso en el Bogotá Film Maker al director del festival de cine le gustó mucho y me dijo que él quería llevarla a La Habana, me parecía mentira que después de tanta dificultad para hacer Cuba en Colombia la película se proyectara en Cuba.


¿Cuál es su próximo proyecto?

Estamos terminando un guión en el que llevo varios años trabajando. Espero presentarlo ahora a convocatoria.


¿Cuáles son sus hábitos de cinéfilo? ¿Cada cuánto va a cine?

En casa veo una película diaria, veo lo que me interesa en TV y al cine voy los fines de semana, un día a la semana, me gustaba mucho, pero con bebé es muy complicado. 
 

Su película colombiana favorita…

Cóndores no entierran todos los días, La vendedora de rosas... mmm… No tengo una gran favorita (risas).

Los dejamos con el tráiler de Todos se Van, la más reciente película de Cabrera basada en un libro ambientado en Cuba, pero rodada en Colombia. Si no la han visto (ya estuvo en cartelera nacional) les extendemos la invitación.