Medea (2017) es la ópera prima de la directora costarricense Alexandra Latishev Salazar

Seis mitos alrededor de la primera película de cualquier director

Los amigos, el dinero, la distribución, las pequeñas victorias y los grandes fracasos... No todo resulta como se espera en una primera película.
Viernes, 19 Octubre, 2018 - 05:46

Por: Mariel Bejarano Vásquez

El Bogotá International Film Festival se ha convertido en tan solo 4 años en una de las ventanas más importantes a nivel nacional para el buen cine de la actualidad mundial. El evento ha traído a pantallas nacionales una muestra de las películas que han sido verdaderos sucesos en el Festival de Cine de San Sebastián, y este año incluyó en su programación algunos de los títulos más destacados de encuentros como el festival de Cine de Berlín, Cannes y Venecia.

Colombia Viva, Masters, Fantasmas del pasado, Insumisas, Retrospectiva canana, Lo mejor de San Sebastián y Espíritu joven son algunas de las categorías de una apuesta curatorial por ofrecer una muestra de lo mejor del cine mundial actual pasando por géneros como el documental, drama, ficción, thriller, biográfico, comedia y animación. Pero uno de los pilares del festival es el cine joven y los nuevos talentos, donde este año incluyeron óperas primas de China, Estados Unidos, Uruguay, Brasil, Italia,Turquía, Francia, Portugal, Argentina, México, Kazajistán y Costa Rica; precisamente de este ésta última nación vimos MEDEA (2017), el primer largometraje de Alexandra Latishev Salazar, una ficción que aborda temas tan reales como los prejuicios de la sociedad frente a temas tan inherentes a la libertad como la sexualidad, el amor y los embarazos no deseados. 

Alexandra Latishev se ha convertido en una de las revelaciones de la incipiente industría cinematográfica de su país con una película en donde ella desde su postura femenina hace una crítica a la mojigatería de la sociedad.

Su experiencia como realizadora y mujer en un país que no produce cine constantemente nos hace pensar en esos primeros pasos de los realizadores, y precisamente por eso hablamos con ella de los mitos alrededor de las óperas primas de cualquier cineasta.

Gracias a lo aprendido con MEDEA (2017), Alexandra Latishev nos comparte su experiencia:
 

Trabajar con los amigos no siempre resulta bien

En la primer película se quiere estar cómodo y se piensa en hacer una película con los amigos pero finalmente la dinámica real y cotidiana, me di cuenta que todo era muy intenso, mucho más pasional e informal que para una producción resulta contraproducente, cosa que te agrega una cantidad de estrés que piensas en ti siguiente película y llegas a la conclusión de que puedes trabajar con amigos pero tienes que saber cómo, porque hay una relación tan afectiva que a veces se pierde lo profesional del asunto, y en una producción siempre pasan cosas, es inevitable.
 

Es necesario un poco más de dinero

No es tan cierto que se pueda hacer una película con casi nada, de hecho se puede producir con muy poco dinero, es posible, pero finalmente el no tener dinero mientras realizas genera una cantidad de estrés y riesgos que no sé si estaría dispuesta a pasar por eso una vez más. Creo que no se necesita mucho dinero para producir pero seguramente me daría un poco más de tiempo en la siguiente película para levantar más dinero y poder tener la certeza de cubrir todos los gastos, pagarle mejor a los colaboradores y mejorar las condiciones, incluso tener un poco más de tiempo.
 

Hay detalles que trascienden

Hay detalles A veces no le otorgamos la importancia que se merecen los temas relacionados con distribucion, derechos y producción. Ignoramos en ocasiones el alcance del producto que se hace y después asuntos tan delicados que ignoraste terminan siendo una pesadilla impresionante. Hay que ser muy riguroso con esos temas.
 

El productor debe ser una persona de confianza

Al inicio te acercas a cualquier amigo o compañero productor para que te acompañe en el proceso sin dimensionar la importancia de la afinidad que se tenga con esa persona. El proceso es tan largo, exhaustivo, agotador y lleno de momentos adversos, que si haces llave con alguien basado solo en el entusiasmo de trabajar, todo puede salir muy mal. Hay que estar super seguro de esa persona, saber de dónde viene, cuáles son sus recomendaciones, antecedentes, y demás, esa relación termina siendo un matrimonio con asuntos legales incluidos, y puede terminar siendo una avalancha. Hay que seleccionar muy bien a ese compañero que hará las veces de productor.
 

El trabajo de realizar es de victorias y fracasos cotidianos

Al inicio te puedes decepcionar muy rápido, las cosas se caen y no funcionan, todo puede salir mal y no hay que tomárselo tan personal ni pensar en que no estamos hechos para esto y abandonar. Las inseguridades suelen jugarnos malas pasadas y nos flagelamos mucho sin entender que es una parte inevitable del proceso, hay victorias y fracasos cotidianos y eso hace parte de producir, no todo es perfecto, hay cosas que se van a caer y no todo es perfecto ni similar a como lo pensabas. Hacer cine es un ejercicio y conforme haces de vsa a finando.
 

Nunca estarás 100 % seguro de tu próximo proyecto

No estaremos siempre seguros de lo que pasará después, se aprende a vivir con la inseguridad. Los retos que involucran una segunda película serán el siguiente nivel de aprendizaje y exigirán a sí mismo nuevos aprendizajes. Hay que tomarse los procesos como ejercicios en los que aprenderán muchísimo.