Sedimentos (2021)

‘Sedimentos’ una mirada íntima a la sororidad trans

Este documental que se presenta en la Muestra de Cine Español, nos lleva a vivir un viaje con seis mujeres trans que exploran las distintas capas de sus vidas, sus cuerpos y sus seres. 
Miércoles, 10 Agosto, 2022 - 02:43

Por: Juan Sebastián Barriga Ossa

Lena Brasas, Alicia de Benito, Cristina Millán, Tina Recio, Saya Solana y Yolanda Terol son seis amigas que hacen un viaje a las frías montañas de León, un municipio al norte de España, en el que poco a poco van desnudando las distintas capas que forman su ser. Así como la tierra tiene distintos momentos de su historia congelados en los sedimentos que forman un todo que se sigue construyendo y destruyendo, estas mujeres van compartiendo su intimidad, su identidad, sus pasados, presentes, sueños y conflictos frente al ojo de la cámara que las retrata de forma honesta y sensible. 

Dirigida por Adrián Silvestre, esta película, que se exhibirá en Colombia durante la novena Muestra de Cine Español, logra no solo llevarnos al corazón de la amistad de estas mujeres, sino que constantemente nos hace preguntarnos si estamos viendo una película de ficción o un documental. La sensibilidad con las que están montadas las escenas y el nivel de intimidad que logra la cámara de la directora de foto, Laura Herrero Garvín nos muestran varias facetas de estas mujeres cuyas vidas resumen varias de las vivencias de las mujeres trans. 

Sedimentos (2021) nació en la asociación I-vaginarium, la cual orienta y acompaña a mujeres trans que desean hacerse la cirugía para cambiar sus genitales. Gracias a Tina, presidenta de la asociación, Silvestre fue conociendo poco a poco a estas mujeres que le abrieron sus corazones y cuerpos de una forma tan natural, que es conmovedor ver los pormenores de este viaje. 

A lo largo de  80 minutos vamos conociendo más de estas mujeres que vienen de épocas y contextos muy diferentes, pero que al mismo tiempo tienen mucho en común.

Lena es la dueña de la casa de campo donde se hospedan, es de las más jóvenes, algo tímida, pero muy simpática y a lo largo de la película la vemos debatirse acerca de quedarse en Barcelona o volver a León. Además conocemos a su familia que desde que era una niña, la entendió y apoyó en su transición. 

Yolanda es de las mayores y arrastra una de las historias más duras. Es fuerte, recia y una sobreviviente. Le tocaron los años de la dictadura, el horror de la adicción a la heroína que afectó España en los años 80 y la vida en la calle como prostituta. También sobrevivió al cáncer y es como una sabia que comparte sus historias y vivencias con sus compañeras y a veces, cuando se arman las discusiones, es la que modera todo. 

Saya es de las más carismáticas del grupo, es artista y cuestiona la etiqueta de marginalidad en la que la han puesto durante años por ser trans. Además tiene un toque de bruja, lee el tarot y junto con Tina, que es fuerte y directa, una mujer sin pena de nada y con sus metas muy claras, representan a las mujeres de la mediana edad.

Alicia también es de las más jóvenes, coqueta, risueña, muy inteligente y algo rebelde, es la que más escucha a sus compañeras pero también a veces se lanza al ruedo de forma descarada y valiente. 

Cristina es tal vez la más compleja del grupo, también es de la generación más vieja, pero es muy introspectiva, callada pero directa cuando habla. Es terca, egocéntrica e insegura de sí misma. Es la que más discute y es la única del grupo que no se ha operado los genitales. Es difícil pero amorosa y muchas veces es el centro de las discusiones. 

Sedimentos nos muestra muchas charlas que ellas tienen en las que abordan temas muy complejos para las mujeres trans de España, que a la vez son un reflejo del resto del mundo. La dificultad de conseguir trabajo, la prostitución como una de las pocas salidas, el tener que enfrentar un sistema de salud que se niega a reconocerlas, los traumas del rechazo y el abuso y el intentar ser en un mundo que se presenta como muy abierto pero que en su entraña más profunda sigue siendo muy cerrado. 

Pero a parte de eso, y tal vez lo más hermoso, es ver cómo comparten las anécdotas de sus vidas, como cuando un día llegaron a la universidad siendo mujeres y tuvieron que enfrentar el matoneo, la curiosidad y a veces el apoyo de sus colegas. O cómo fueron descubriendo su sexualidad o enfrentando a sus familias. Ellas comparten sus sueños, sus posiciones frente a lo divino, la vida y la muerte. 

Se enfarrán con happy brownies y juegan “yo nunca he” mientras ríen por las anécdotas y confesiones que salen con el juego. Se hacen bromas, se pelean, se reconcilian, se apoyan, se cuidan, se perdonan. 

Este viaje nos muestra a estas mujeres, desnudarse frente a la cámara, y transformarse en seres nuevos, y culmina con una enorme y conmovedora fiesta tradicional de esa región española. 

Y para el espectador, el viaje al que nos invita esta película es al de la empatía, a conocer la humanidad de las personas sin importar las etiquetas sociales. A la larga todas, todos y todes, estamos encajados en algún esquema, pero esto no significa ser mejores o peores que el resto, significa ser y compartir.

Sin duda este es un poema al alma y a la vida, a la amistades y las complicidades. Es la humanidad sin tapujos invitándonos a vivir.