La Forma del Agua: Guillermo del Toro en su máxima expresión

[Reseña] La Forma del Agua: Guillermo del Toro en su máxima expresión

La película de Guillermo del Toro es un homenaje a su propia obra y un recorrido por todos los elementos que han hecho del director de fantasía, una marca registrada en Hollywood.
Martes, 16 Enero, 2018 - 05:05

Por: Diego Bolaños Estrada

Escrita y dirigida por Del Toro, la película narra la historia de una empleada de limpieza muda y una criatura misteriosa que es objeto de investigación científica en una instalación secreta del gobierno.

Además de la dirección, guión y fotografía es importante resaltar que Guillermo del Toro encuentra en esta cinta la oportunidad de introducir todos los elementos reconocidos de su trabajo en el que se resaltan las relaciones poco convencionales, la comunicación no verbal y una particular estética retro. A esto debe sumársele la participación de un reparto de gran calidad en el que se encuentra la ganadora del Oscar Octavia Spencer, Michael Shannon, Richard Jenkins y Sally Hawkins, quien con una actuación estelar se roba el show y las nominaciones.

Estamos hablando es una historia sencilla y que sin pretensiones cumple el objetivo de encantar a la audiencia e introducirla en un mundo mágico con naturalidad. También vale la pena resaltar la capacidad de conectar a la audiencia con personajes que maravillan desde lo que los hace únicos, como la falta del habla de su protagonista, la preferencia sexual, o provenir de una raza mágica. Conectándolo todo a través de la música, el lenguaje de señas o el amor por el cine, permitiendo al espectador alimentar estas relaciones con su propia percepción de las mismas.

No es de extrañar la cantidad de nominaciones y premios que empieza a cosechar esta cinta que ademas es un homenaje a Hollywood, la magia del cine y la música. Es importante entender que, por esto mismo, para algunos puede estar cargada de clichés, u homenajes, dependiendo de a quien se le pregunte, y que muy probablemente sientan que Del Toro tiende a repetirse en tomas y lugares comunes.

Al final lo más importante de todo esto es que Guillermo del Toro hizo una película honesta, que no puede tener mas su sello, a menos que él mismo la protagonizara, y de eso también se trata el arte, exponerse a si mismo de tal forma que la audiencia pueda relacionarse, entender y disfrutar el mundo desde otros ojos, desde los ojos del artista. Todo lo anterior ya le valió un Globo de Oro y seguramente un paso más en la leyenda de uno de los tres grandes directores mexicanos de nuestros días.