'Regreso a Montauk': Una banal historia de amor imposible

'Regreso a Montauk' ya está en carteleras de cine. Volker Schlöndorff, director, se la dedicó al fallecido escritor suizo Max Frisch, su amigo.
Miércoles, 3 Julio, 2019 - 12:29

Por: Mariel Bejarano Vásquez

¿Hemos hecho todos algo en la vida que sabemos estuvo mal? ¿No hicimos algo que debimos haber hecho y seguimos lamentándonos? ¿Importa todo ello o jamás importará? 

"Es fácil decir que no importa porque lo hecho hecho está. Pero sí importa. Es lo único que importa. Todo lo demás no tiene la menor importancia." 

A Max Zorn, personaje principal de la nueva película de Volker Schlöndorff, le importa. Escribió un libro sobre la historia de un amor fallido que busca a su regreso a Nueva York, esperando no sea demasiado tarde. 

Regreso a Montauk (Rückkehr nach Montauk, 2017) está en cartelera nacional esta semana, y quizá muchos vayan a verla por el nombre de su director, ganador del Óscar a la mejor película de habla no inglesa y la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes por El tambor de hojalata (1979), y considerado junto a Fassbinder o Herzog, como uno de los nombres indispensables del llamado "nuevo cine alemán".

Regreso a Montauk va de Berlín a Nueva York, y ubica a Max Zorn (Stellan Skarsgård) entre Rebeca (Nina Hoss) y Clara (Susanne Wolff). Un amor del pasado aparentemente imposible y un presente cargado de clichés, esos tan explorados en la recreación cinematográfica del universo literario, lleno de miedos relacionados a las banalidades, a los dramas sin sentido y las burdas invenciones de los escritores. La película no va más allá de eso que promete, es un drama sin lágrimas, con textos aparentemente profundos y un ritmo contemplativo. Las intepretaciones son buenas, luchan por sacar la historia adelante, pero ésta no da para más.