Todo en todas partes al mismo tiempo

¿Por qué ver ‘Todo en todas partes al mismo tiempo’?

La cinta dirigida por “los Daniels” fue ganadora de siete de los 11 galardones a los que aspiraba en los Premios Oscar y es sin duda una obra imprescindible del último tiempo. Aquí tres razones que nos hicieron amarla.
Lunes, 13 Marzo, 2023 - 04:52

Por: María Claudia Dávila

Delirante, fresca, filosófica y conmovedora: así podría definirse Todo en todas partes al mismo tiempo, una película estadounidense estrenada en 2022, la primera de la productora A24 en superar el récord de taquilla de los 100 millones de dólares, que oscila entre la ciencia ficción, el drama, la comedia y la acción y en la que abundan las reflexiones sobre la vida y el universo con una historia con la que muchos podemos identificarnos y a la vez conmovernos. 

Dirigida por Daniel Kwan y Daniel Scheinert, mejor conocidos como “los Daniels”, es  protagonizada por Michelle Yeoh, quien también se llevó el premio a la mejor actriz en este certamen. A ella se suma un elenco excepcional conformado por Ke Huy Quan, Stephanie Hsu, Jenny Slate, Harry Shum, Jr., James Hong y Jamie Lee Curtis. 

Aquí nos sumergimos en la historia de Evelyn Kwan, una esposa y madre de origen chino dueña de una lavandería en Estados Unidos junto a su esposo, Waymond con quien tiene una hija adolescente llamada Joy y quien se siente poco querida y aceptada por su madre. 

Así, como una caldera a punto de hervir, muy al principio de la cinta vemos que la madre no quiere que su padre, Gong Gong, un anciano tradicional en su forma de ver la vida, se entere que su hija tiene novia. Una trama que nos deja ver que una acción que podría parecer tan simple de parte de Evelyn, como es abrazar realmente quién es su hija, está llena de capas y complejidades que ella misma deberá superar. 

Sin embargo, lo que podría parecer como una historia común y corriente que se reproduce de múltiples maneras en todas las familias, se hace distinta y profunda cuando Evelyn va a una auditoría con Deirdre Beaubeirdra, una oficial de impuestos que va a definir el destino de su negocio. Aquí, es Waymond quien introduce a su esposa a una misión que trasciende su realidad tal como la conoce: ella es la elegida para evitar la destrucción del multiverso y de un mal que se repite en varias dimensiones que hasta el momento no conoce. 

Y aunque lo que sigue en adelante no lo podemos revelar, lo que sí queremos y podemos hacer es explicar los motivos por los cuales esta cinta, ganadora al Oscar a mejor película, mejor director, mejor guion original, mejor actriz por Yeoh, mejor actor de reparto por Quan y mejor actriz de reparto por Curtis y Hsu, es una obra imperdible de la cinematografía de la historia más reciente de nuestros tiempos. 

1. Es filosófica sin dejar de ser fresca

El multiverso, las realidades alternas, los viajes en el tiempo, la multiplicidad y la unidad son temas complejos y fascinantes que han sido tratados desde múltiples perspectivas a lo largo del tiempo. La religión, la ciencia, el estudio de los psicodélicos y hasta el new age han intentado explicar de mil maneras que el universo es mucho más complejo de lo que creemos y que nuestra existencia no puede reducirse a este cuerpo que habitamos o a la realidad que podemos percibir con los sentidos que tenemos.

Acá, de forma muy hábil, los Daniels nos introducen a estas temáticas a través de una historia personal, la de Evelyn y su existencia en la lavandería y con su familia, dejándonos ver que esta es solo una mínima parte de lo que ella en realidad es y lo que son sus luchas, sus sombras y luces en otras dimensiones. 

Como en el título de la misma cinta, aquí podemos ver que todo pasa en todas partes al mismo tiempo y lo innovador es que lejos de presentar esta idea como algo aburrido o un postulado abstracto en el éter, nos sumergimos en un viaje tan interesante como absurdo lleno de artes marciales, referencias visuales a Wong Kar Wai, Ratatouille, Kubrick y Chien Kaige y un caos perfectamente encajado en donde las piedras hablan, hay mujeres con dedos de salchicha y un bagel que simboliza el nihilismo. 

2. Es poderoso ver reflejado el trauma generacional y colectivo en una película

En Todo en todas partes al mismo tiempo, el trauma generacional y colectivo es el de una familia asiática que migró a Estados Unidos. No sabemos cuándo, pero lo que sí sabemos es que hay una tensión entre generaciones: el abuelo Gong Gong representa ese pilar de los valores que alguna vez fueron y que tambalean y Joy representa toda la fuerza de esos valores que quieren arrasar con lo que ya no es, lo que duele y daña. 

En este caso, Evelyn representa lo que está en la mitad y lo que debe definirse, aunque eso implique que la manada tambalee y como todo mito primitivo, se sienta la muerte. Aquí es claro y a la vez poderoso y hasta terapéutico ver desde afuera que la aceptación pasa por una palabra, una mirada, una forma de abordar una situación y no es un tema discursivo: una inyección de realidad que muchos vivimos en nuestras familias y círculos de muchas formas porque al final lo único que tenemos en común es que para estar bien necesitamos querer y ser queridos, pues no estamos solos en el mundo. 

3. Aquí hay algo nuevo para la audiencia

Empezando con una mezcla de géneros cinematográficos que pasan por el drama, la comedia, la acción, el romance y la ciencia ficción, esta película se sale de las cajas con las que generalmente se narra una historia y por este motivo nos conecta con varias emociones que lejos de contradecirse, pueden cohabitar, como en la vida misma. 

Además, el juego con lo absurdo, lo imposible y lo inesperado siempre están presentes y lo más poderoso es que nada de eso le quita profundidad y sentido a la historia. Por este motivo, esta película puede resultar atractiva para los amantes de la ciencia ficción, la metafísica, el kung fu, el cine independiente, la comedia, el absurdo, el surrealismo o la sátira

Además, el apartado visual y el arte son impecables: empezando por los vestuarios, los escenarios y las coreografias de accion y artes marciales, además del orden muy bien logrado desde el guión y la dirección de una historia súper caótica que nunca pierde el hilo argumental y lo esencial más allá de las formas despampanantes. 

Esto, porque al final todos somos o hemos sido esa Evelyn común y corriente cuya familia o relaciones se desmoronan alrededor y a la que le pesa una vida cotidiana o esa Joy que solo quiere un abrazo y sentir aprobación o ese abuelo que se rehúsa al cambio porque así aprendió a sobrevivir. 

Y aunque el mundo y la existencia estén llenas de opciones ilimitadas, como ese mundo monstruoso y cacofónico y redundante que presentan los Daniels en esta cinta, lo cierto es que todos estamos intentando ser y existir aún cuando todo y nada tiene sentido, aún cuando nuestras preocupaciones reales se resumen a llevarnos bien, amar bien a quienes nos rodean o pagar las cuentas que están pendientes.