“El sonido del metal”: El drama de un baterista
Hace pocas semanas Amazon Prime estrenó “Sound of metal” (el sonido del metal). El estreno se hizo sin mucha publicidad; sin embargo, poco a poco, se ha corrido la voz de que esta película es una real joya audiovisual de la plataforma.
La historia inicia contándonos la historia de una pareja que tiene una agrupación de metal llamada Backgammon. Lou (Olivia Cooke), cantante y Ruben (Riz Ahmed), baterista, pasan sus días entre los conciertos y la caravana donde viven, tienen una vida contraria al furor de sus shows: batidos nutritivos, jazz, yoga. Ruben, ex adicto a la heroína, está limpio hace varios años e intenta vivir su vida de forma apacible, supliendo la adrenalina de la droga con conciertos intensos.
Pero todo cambia cuando un día, ese amante del estruendo, deja de escuchar y entonces arranca la pesadilla. El protagonista se sumerge en la desesperación y con él los espectadores del filme, gracias a un diseño sonoro magistral, son invitados a vivir la angustia de lo que no escucha.
Ira, aflicción, ansiedad, exasperación, son los estados que invaden a Ruben y que ponen en duda si el hombre será capaz de hacerle el quite a su pasado de adicciones. Es entonces cuando llega a una comunidad de sordos y ex adictos y los estados empiezan, lentamente, a mutar. El joven, ya sin su novia, arranca una transición dolorosa hacia la aceptación, con traspiés y golpes al ego que lo hacen tomar ciertas decisiones.
La película es el debut del director Darius Marder y resulta un filme visceral que nos hace ser partícipes de la zozobra de su protagonista. El doloroso camino de Ruben hacia la aceptación es la columna vertebral de “The sound of metal”, una película que no solo nos hace pensar sobre los vuelcos de la vida, las múltiples caras que esta puede tener para nosotros sino que también permite tener hondas reflexiones sobre la comunidad sorda.
Un drama que lejos de buscar sentimentalismos nos pone de cara a una íntima situación adversa.