Para Sama (2019)

La guerra vista desde el lente del documental

Películas que retratan el absurdo de los conflictos armados.
Jueves, 27 Enero, 2022 - 11:19

Por: Juan Sebastián Barriga Ossa

Parece que el conflicto es la esencia del ser humano. A lo largo de los siglos, la guerra ha sido una constante de la historia, una sombra que siempre se ha erigido sobre la humanidad y una maldición que nos ha llevado al delirio y el horror constante. Un cáncer que no podemos vencer porque parece ser parte de nuestro ADN. La guerra es un negocio lucrativo, una excusa para justificar lo injustificable, un discurso rentable y eficiente y una bestia que devora todo a su paso sin piedad.

Territorio, recursos, política, avaricia, control, poder, fanatismo son solo algunas de las razones que se usan para tomar las armas. Y entre discursos, estrategias de comunicación, ideologías y propaganda solemos olvidar que quien sufre la guerra es quien menos tiene que ver con ella: los civiles que quedan atrapados bajo el fuego cruzado, que lo pierden todo, que deben desplazarse de manera forzada y que son obligados a vivir el horror y el trauma de la destrucción.

Lo más triste de todo es que a pesar de que tenemos más que claro las nefastas consecuencias de la guerra, seguimos cayendo en ella. El 2022 comenzó de forma muy violenta. No solo en Colombia que ha registrado un alarmante incremento en temas relacionados con violencia, asesinatos y desplazamientos forzados, sino en el resto del planeta donde las tensiones y los conflictos van en aumento.

En este momento la tensión que más llama la atención y produce más titulares alarmistas es el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países con problemas desde hace décadas, pero donde desde el 2014 las hostilidades han subido a raíz de la guerra del Donbás, la cual comenzó luego de que facciones ucranianas prorrusas se alzaran contra su gobierno tras una revuelta social encabezada por la extrema derecha ucraniana. Esto produjo que la región de la Península de Crimea fuera adicionada a la Federación Rusa y ahora existe la preocupación de una posible invasión.

Mientras que el gobierno ruso ha movido tropas a la frontera, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que pertenece Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea, ha mandado toneladas de armamento a Ucrania y si bien, y por fortuna, todavía no se han registrado combates entre ambas naciones, la tensión política y económica va creciendo junto con el miedo y la desinformación.

Pero este no es el único conflicto que corre riesgo de escalarse, desde 2016 se ha incrementado la hostilidad diplomática entre China y Taiwán, ya que el gobierno chino considera que la isla es parte de su territorio. Esta semana se prendieron varias alarmas cuando 39 aviones de combate chinos sobrevolaron Taiwán, que activó su sistema de misiles antiaéreos.

Y a esto hay que sumarle el conflicto de Palestina e Israel, la guerra de Siria que ya cumple una década, el golpe de estado en Burkina Faso, las guerras civiles de Yemén, que también involucra a Arabia Saudita, Sudán del Sur y Myanmar y los combates con grupos armados terroristas como el Estado Islámico en Asia o Boko Haram en África.

En cada punto cardinal hay un conflicto armado. Por eso es importante entender que en medio del fuego hay humanos, no piezas de un juego de poder. Hay historias de personas que hacen lo que pueden en medio del caos y el incendio. Personas que se niegan a perder su humanidad o que simplemente son víctimas de las circunstancias. Personas que resisten o que ayudan al resto, que están atrapadas entre la impotencia y el instinto de supervivencia que ruegan no ser olvidadas.

El cine documental ha sido una herramienta para ver el interior de los conflictos sin caer en la propaganda o el oficialismo y, a lo largo de los años, varios realizadores y realizadoras han arriesgado su vida para mostrar los rostros y las historias de las víctimas de la guerra.

Por eso queremos presentarle esta lista que nos invita a ver, entender y reflexionar sobre la complejidad de este planeta.

Para Sama (2019)

Waad Al-Kateab es una periodista, cineasta y activista siria que durante cinco años registró su vida en Aleppo, una de las ciudades que ha vivido de forma más violenta la guerra en Siria por ser bastión de los rebeldes que se alzaron contra el régimen de Bashar al-Ássad. Ella junto a su esposo, el médico Hamza Al Kateab, formaron con varios voluntarios un hospital para tratar a los heridos de los bomardeos, hasta que tuvieron que huir del país. Este documental es un regalo para la hija de ambos, Sama, quien nació durante la guerra, y muestra el día a día de una ciudad sitiada y como la vida y la muerte se funden entre las bombas y el fuego. Ganador de un premio Oscar, esta es una obra que muestra que dentro del dolor siempre crecerá la esperanza. 

Vals con Bashir (2008)

La guerra deja muchas cicatrices que no se pueden ver. Ese fue el caso de Ari Folman, cineasta y animador israelí que a los 19 años participó en la guerra del Líbano de 1982 pero no recuerda nada de esos días. A través de una espectacular mezcla entre documental y animación, Folman empieza a hablar con amigos, soldados y reporteros que estuvieron en frente y empieza a armar un rompecabezas que lo lleva a enfrentar su trágico pasado y la verdad de la responsabilidad que tuvo en la masacre de Sabra and Shatila, en la que las milicias cristianas derechistas de Líbano asesinaron a miles de refugiados palestinos y libaneses musulmanes, con el apoyo del ejército isaraelí.

War Photographer (2001)

El periodismo de guerra es una de las aristas más complejas del oficio. No solo por los riesgos que involucra sino por sus dilemas éticos que genera ¿Cómo retratar el drama del conflicto? ¿qué publicar? ¿hasta dónde llegar con tal de conseguir una foto? ¿cuál es la línea entre el morbo y la información? son preguntas que todo reportero debe hacerse y que el célebre fotógrafo James Nachtwey plantea en este documental dirigido por Christian Frei. Esta obra sigue a Nachtwey por distintos países mientras él trabaja en medio de los combates, el dolor y la crisis. Esta película es una mirada muy sincera al oficio de contar el absurdo de la guerra y cómo hacerlo de forma responsable.

La Cueva (2019)

Durante la guerra de Siria uno de los objetivos principales de los bombardeos han sido los hospitales. Por eso se han construido centros médicos subterráneos donde los cientos de heridos llegan a diario. La doctora Amani Ballour dirigió uno de estos espacios en Aleppo y el documentalista Feras Fayyad retrató el día a día de esta doctora y sus colegas, que no solo tuvieron que enfrentar los bombardeos sino el machismo y la discriminación.

Born In Gaza (2014)/ Born in Siria (2016)

El documentalista español Hernán Zin se internó en Gaza después de una de las arremetidas del ejército isaraelí y enfocó su cámara en quienes sufren más los estragos de la guerra, las niñas y niños. Dos años después, siguió el viaje de siete niños que huyeron de Siria y lograron escapar del horror de la guerra, pero encontraron otro horror, las fronteras y la discriminación. Estos dos documentales de forma muy cruda pero sincera muestra la vida de la niñez en las zonas de conflicto y cómo sus infancias se vuelven una lucha constante por sobrevivir que se mezcla con los juegos, la amistad y la esperanza de algún día conocer la paz.

Of Fathers And Sons (2017)

Los niños de la guerra no solo están expuestos a la violencia y el trauma, también corren el riesgo de ser reclutados, bien sea por la fuerza o la doctrina, y ser usados para el combate. Este documental muestra como el periodista sirio kurdo, Talal Derki, se hizo pasar por un fotoperiodista y se internó en el corazón de una familia cuyo patriarca talibán, ex francotirador y desactivador de minas, está entrenando y adoctrinando a sus hijos para pelear por el califato, incluso los envía al campamento de entrenamiento militar. Esta es una conmovedora mirada a cómo es crecer entre la violencia y el fanatismo.

City of Ghosts (2017)

Entre 2014 y 2017 la ciudad siria de Raqa estuvo bajo el control de Estado Islámico que la nombró su capital. Escondidos en la clandestinidad, un grupo de periodistas ciudadanos creó un medio llamado Raqqa Is Being Slaughtered Silently (RBSS), el cual documentaba las constantes violaciones a los derechos humanos que sus habitantes sufrieron. El documentalista estadounidense Matthew Heineman se internó en RBSS para contar la lucha que sus miembros libran desde el periodismo contra el terrorismo. A pesar de las amenazas del EI que incluso asesinó a los familiares de estos periodistas.