Foto de la Registraduría Nacional del Estado Civil

“Nuestro sistema político es supremamente adultocéntrico”: Observatorio Javeriano de Juventud

La desconexión y desconfianza de los jóvenes en el sistema político tradicional los ha llevado a crear formas alternativas de participación que trasciendan el acto de votar.
Viernes, 27 Octubre, 2023 - 02:10

Por: Carol Ramirez

“Los jóvenes no votan”, “no les interesa la política”, “pero, son el futuro del país”, “nadie les va a venir a salvar el país”, son frases que comúnmente se escuchan en medio del contexto electoral. 

Y es que es un país donde la democracia se considera el pilar fundamental de la sociedad, la participación de los jóvenes en el proceso electoral ha sido tema de intensos debates y análisis. 

Lo que pasa con esos comentarios es que desconocen el accionar de la juventud en los procesos de participación política por fuera de las urnas, creando la necesidad de plantear una mirada más profunda, que revele un panorama aún más complejo: el sistema político colombiano parece estar diseñado exclusivamente para los adultos.

“El problema está en que nuestro sistema político excluye a las juventudes de sus derroteros. La edad mínima para elegir a un presidente es de 35 años y como senadores la edad mínima es de 30 años. El único espacio efectivo y representativo que tiene realmente acceso a las juventudes es a la Cámara de Representantes y no es de las instancias más fuertes de este espacio de toma de decisiones”, menciona Mateo Ortiz, investigador del Observatorio Javeriano de Juventud.

Pese a contar con espacios como los consejos, las plataformas y las asambleas de juventud, esta situación ha creado una sensación de desconexión y desconfianza en el sistema político tradicional, llevando a los jóvenes a buscar formas alternativas de participación que trasciendan el acto de votar. 

Lo que nos lleva a preguntar: ¿por qué algunos jóvenes prefieren abstenerse de votar? Desde Radiónica les contamos algunas de esas razones: 


Es reduccionista decir que a los jóvenes no les interesa la política porque la juventud, tal como lo argumenta César Caballero, gerente de Cifras y Conceptos: “no se puede hablar de los jóvenes como una masa homogénea y única, sino que tiene segmentaciones”. 

Caballero, ha destacado la diversidad dentro de la juventud colombiana. Según sus estudios en colaboración con la Universidad del Rosario, la participación política varía significativamente dependiendo de la edad y el entorno geográfico. 

Además, el momento crucial en el que los jóvenes comienzan a votar y a participar activamente coincide con el fin de la educación superior y la entrada al mercado laboral, lo que sugiere que el sistema político actual no facilita la participación temprana de los jóvenes en la toma de decisiones. 

“En la medida en que van consolidando sus relaciones familiares y tienen pareja e hijos, lo van haciendo. La tasa de participación es más alta en las personas de 26 en adelante, que la de las de 18 a 20 años”, agrega Caballero.

En contraposición a los comentarios que ya mencionamos, los jóvenes colombianos han demostrado un compromiso activo en temas de interés social y comunitario. 

Desde la defensa de los derechos de los animales hasta la lucha por la igualdad de género y la justicia social, los jóvenes han encontrado formas creativas y enérgicas de involucrarse en la vida pública y democrática, afirman desde Cifras y Conceptos. Estos esfuerzos no solo reflejan su compromiso con la sociedad, sino también su comprensión de que la política va más allá del acto de votar.

En un país donde las preocupaciones varían según la región, los jóvenes se encuentran lidiando con problemáticas propias de su realidad: “el joven en Bogotá le preocupa la seguridad y la movilidad, pero al joven de Pasto, no le preocupa tanto este tema, como sí lo hace el desempleo y los temas de salud”, comenta el gerente de Cifras y Conceptos. 

Es evidente que sus preocupaciones no se limitan a las elecciones, sino que trascienden hacia cuestiones que afectan directamente su calidad de vida y bienestar.

Es hora de reconocer que la participación política no debe reducirse a un simple rito electoral, como menciona Ortiz: “tendemos a tener una mítica acerca de que participar es igual a votar”, esto solo reduce el amplio abanico de posibilidades que implica vivir en democracia.