2017: un año arriesgado para la música colombiana

En 2017 tuvimos la posibilidad de conocer, re-descubrir y rectificar la importancia de muchos proyectos que se salieron del molde de lo establecido y nos han dado un paseo por nuevas sonoridades y atmósferas dentro del espectro musical.
Viernes, 29 Diciembre, 2017 - 12:04

Por: Juan Jaramillo

Desde el post-rock, el shoegaze, la canción latinoamericana, el jazz-rock y una gran cantidad de fusiones, las bandas que reseñamos a continuación se han atrevido a entrar al estudio sin predisposiciones ni ninguna clase de cánones que las aten a lo convencional, todo lo contrario, con la expectativa de descubrir y presentar nuevas formas de ver, vivir y transmitir el arte y la existencia.

Hagamos juntos un recorrido por esas bandas colombianas que en 2017 nos enseñaron que la resistencia a través de la música es posible con riesgo y con pasión.

 

Ghetto Kumbé

En un periodo donde abundan las agrupaciones que fusionan los ritmos colombianos con otras corrientes como el rock, la electrónica y el pop, es muy difícil consolidar un proyecto que realmente marque la diferencia. A pesar de dicha sobrepoblación de sonidos fusionados, Ghetto Kumbé logró un estilo propio, fresco y realmente impactante con su más reciente EP Soy Selva (2017). La versatilidad del 'Guajiro' sumada al conocimiento rítmico del 'Chongo' y la energía explosiva de 'Doctor Keyta' hace de la banda un proyecto futurista dispuesto a mostrarle al mundo otra faceta de la Selva, una mucho más profunda.


Mula

Un género como el noise-jazz es, desde un principio, una apuesta bastante arriesgada para una banda, no solo por lo difícil de entender y digerir para el público en general sino por el nivel musical e instrumental que exige. Qué fortuna que exista en Colombia una agrupación como Mula que se embarcó en un viaje sonoro, espectral, atmosférico y experimental en su más reciente álbum Resiliente (2017), el cual demuestra que es posible seguir ahondado y descubriendo nuevos sonidos y que nunca habrá un final y un límite para la creación musical. Mula es libertad, frescura, caos y desenfreno, todo enfrascado en un producto ordenado y de una calidad estética impresionante.


Hermanos Menores

Psicodelia de nuestros días es un concepto perfecto para definir la contundencia, pasión y energía tanto conceptual como instrumental de esta banda bogotana que deslumbró a la escena musical del país con su trabajo Campoamalia (2017). Supropuesta es bastante ecléctica pero sin perder el norte estético que los caracteriza: la psicodelia. La banda es capaz de lograr momentos emocionantes, contemplativos, alegres y de intensa rabia en una misma canción, esto, sumado a un trabajo honesto, comprometido y autogestionado, los posicionó como uno de los actos en vivo más sorprendentes del país.


El Otro Grupo

Este trío samario se ha caracterizado por ser una de las agrupaciones que más ha experimentado alrededor del pop, el post-rock y el shoegaze en Colombia en los últimos años.

Con su disco Rompecabezas (2017), El Otro Grupo logró consolidar un sonido propio que va y viene entre lo melódico y lo atmosférico sin enfrascarse en un sonido repetitivo, aburrido o previsto. El uso de métricas irregulares, loops y efectos vocales son una constante en esta propuesta que, con cada canción, crea una atmosfera particular que convierte el ambiente en un espacio casi extraterrestre.


Meridian Brothers

En uno de los años más movidos para la banda, Meridian Brothers nos presentó una obra instrumentalmente impecable con su álbum llamado ¿Dónde estás María? (2017), el cual rescata las raíces musicales latinoamericanas y les da un nuevo significado de la mano de la experimentación con sintetizadores y bases de percusión. La inclusión de diversos tintes de la chicha peruana, la salsa y el folk latino en su música profundamente experimental logra un producto novedoso y libre de encasillamientos y zonas de confort.


Tristán Alumbra

Esta agrupación bogotana logró introducir el carácter teatral a su musica más allá de lo performático y hacer del teatro un elemento musical más que le da un giro a lo que es la música contemporánea en Colombia. Con tintes de varios géneros tradicionales como el bambuco, la ranchera y la balada, Tristán Alumbra invita a sus oyentes a dar un paseo profundo por Latinoamérica más allá de lo simple y superficial.


Danta

Si de crear atmósferas se trata Danta es una de esas bandas que hay que nombrar. Con su más reciente trabajo Páramos (2017) esta agrupación paisa logró condensar un hermoso paisaje sonoro de nuestro país dentro de un viaje de post-rock ambiental bastante particular; a pesar de la dificultad que esto requiere dentro de su música podemos encontrar niebla, viento, montañas, frío y un sin fin de elementos y características que se mezclan entre sí para lograr una experiencia de escucha llena de tranquilidad y naturaleza.


Whites

A pesar de que este año no conocimos nuevo material de Whites, la banda se embarcó en un sinnúmero de presentaciones en Colombia con uno de los actos en vivo más experimentales del 2017. Loops grabados al instante con una nota de voz, experimentos químicos, invitados especiales y una explosión eléctrica para cerrar una presentación hacen del show de Whites un espectáculo en toda la dimensión de palabra. Es una ventaja que Camilo, Julián y Daniel no hayan tenido miedo de darlo todo en una tarima y ofrecer, además de la música, entretenimiento y sorpresa para quienes tienen la posibilidad de verlos en vivo.


Mitú

Cosmus (2017), tercer trabajo discográfico de Mitú, es la confirmación de que la música electrónica y los sonidos ancestrales y tradicionales colombianos se llevan de maravilla. Este año la agrupación, conformada por Julián Salazar y Franklin Tejedor, logró abrirse a mercados internacionales de la mano de un sonido selvático y electrónico que se ha convertido en un ritual para las nuevas generaciones. La música de Mitú es la puerta de entrada para que los jóvenes se interesen por los ritmos colombianos y se den cuenta que es posible poner a convivir  el pasado, presente y futuro e incluso crear a partir de este diálogo, nuevos mundos, sonidos e historias.


Vientre

Recién empezado el 2017 esta agrupación caleña nos sorprendió con su trabajo “Las Huellas que Dejamos”, un disco cargado de energía, sentimientos encontrados y mucha pasión. Vientre es tan solo una muestra del rumbo que está cogiendo la escena del Hardcore y sus variantes en Colombia, sobretodo en la ciudad de Cali. Provenientes de otras agrupaciones como Desnudos en Coma, Take Off y Mico, estos 4 músicos decidieron unirse para consolidar un proyecto sincero que no ha temido experimentar, alrededor del screamo, el noise y el post-hardcore, para crear un sonido único que atrapa y enrarece el ambiente, dando la extraña sensación de querer volar.


MICO

Otra de las sorpresas del año, hablando de sonidos extremos en Colombia, fue el disco Segunda Muerte (2017) de este trío que ya lleva algunos años merodeando la escena caleña. A pesar de que el metal en Colombia ha caído en una zona de confort en lo últimos años, MICO supo reinventarse y tomar elementos de otros géneros extremos como el hardcore y el grindcore para amalgamar un sonido pesado pero versátil con mucho protagonismo de las guitarras y cambios de ritmo bastante espontáneos. Da cierta esperanza para el metal en el país ver bandas que se atreven a dejarse influenciar por otras sonoridades y salen de esa mentalidad cerrada de la división de géneros que tanto daño le hizo a la escena metalera moderna.