3 destinos siniestros para visitar en Halloween
Si están en la capital y no se aguantan más las tormentas, el trancón, las calles rotas y el caos; y tienen ganas de hacer un plan distinto que no involucre un montón de gente, filas interminables, ruido y más trancón, pues hay unos destinos cercanos que se salen completamente de lo convencional.
Tanto, que mezclan viaje, naturaleza y terror. Si algo tiene este país es un rico folclore lleno de mitos y leyendas de fantasmas, cosas paranormales y criaturas de las tinieblas, pero hay tres lugares donde lo fantasmagórico se vuelve real. Donde de verdad hay energías extrañas y distintas porque fueron lugares que han visto el horror y que tienen una relación directa con la muerte.
Pero al tiempo, son lugares dotados de una tremenda belleza, que nos recuerdan ese juego extraño entre la vida y el abismo que todos los días jugamos. Así que si le gustan los sustos o simplemente quiere romper de forma radical la rutina, para el fin de semana de Halloween le tenemos estas tres opciones.
El salto del Tequendama
Esta célebre cascada ha mutado su significado a lo largo de los siglos de forma muy radical. Lo que primero fue un lugar sagrado para los muiscas que cumplía una función vital dentro de la cosmovisión de este pueblo, después se volvió un centro exclusivo de la burguesía capitalina. Durante inicios del siglo XX se construyó un hotel que alberga los eventos más elegantes y a la gente más acaudalada del país. Desfiles de moda, cócteles, fiestas glamurosas se realizaban en el salto hasta que cayó la maldición.
En un punto la gente empezó a usar la belleza de este lugar como su entrada a la otra vida. Durante décadas varios suicidas han ido a saltar a esta cascada y en un punto esto se volvió tan complejo, que se instaló una virgen para persuadir a las personas. Incluso se difundió un mito que decía que había una fuerza que motivaba a la gente a brincar al vacío. Las muertes sumadas al hecho de que recuperar los cuerpos es muy difícil por la vegetación del lugar y la contaminación del río, hicieron que el lugar fuera tomado por un olor mortecino, que alejó a las personas.
Hoy hay un museo en la antigua casa, pero se dice que las energías extrañas siguen recorriendo el lugar.
Armero
El 13 de noviembre de 1985 Colombia vivió una de las peores tragedias de su historia. La erupción del Nevado del Ruíz produjo un alud que por la noche sepultó al pueblo de Armero, en donde murieron más de 20 mil personas. Lo más doloroso de este horror que conmovió al mundo es que pudo ser prevenido porque durante semanas se advirtió de la actividad del volcán, pero el gobierno de turno no hizo nada al respecto, de hecho los organismos de rescate llegaron 12 horas después de la tragedia.
Hoy cuando se llega a donde quedaba el pueblo, sorprende que solo quedan los techos de las casas, pero la vegetación reclamó el lugar y entre los frondosos árboles hay miles de cruces que marcan las tumbas de quienes descansan bajo esa tierra. Este paisaje es como un macabro poema que nos recuerda dos cosas: la naturaleza es mucha más poderosa que nosotros y que jamas se puede permitir que ningún gobierno sea tan incompetente con la población.
San Bernardo
Este es un pequeño pueblo ubicado a 99 km de Bogotá que tiene varios caminos reales, cerros lindos para caminar y un montón de momias. Por razones que todavía no son del todo claras, en el cementerio de San Bernardo las personas viven un proceso de momificación natural. Se dice que es la comida, los sedimentos del suelo y el clima o el fervor religioso, pero sea lo que sea, en este lugar se puede ver el rostro del descanso eterno.
Estas momias están exhibidas en un mausoleo especial dedicada a la memoria de quienes fueron en vida y como recuerdo de nuestros efímeros cuerpos.